Los muchos proyectos de inversión que integran la amplia cartera de proyectos mineros que están en línea de largada en la Argentina permiten trazar un horizonte de inversiones, producción y exportaciones que, en menos de una década, estarían en condiciones de influir fuertemente en la golpeada macroeconomía local. Pero ese auspicioso escenario requiere fortalecer las condiciones apropiadas para colocar al sector entre los tres mayores generadores de divisas, sólo detrás de la agroindustria y los hidrocarburos.
Entre la búsqueda de corto plazo de la concreción de proyectos de una gama amplia de minerales que el mundo demanda, el sueño de la industrialización del recurso y la realidad de los mercados, hay una agenda de desarrollo abierta que es necesario trabajar de manera colaborativa. En ese sentido coincidieron en la segunda edición del Forbes Mining Summit, Roberto Cacciola, presidente de la Cámara Argentina de Empresas Mineras (CAEM); Fernando Ciacera, director nacional de Cadena de Valor e Infraestructura Minera; y Natacha Izquierdo, directora de Operaciones de la consultora económica Abeceb.
En el panel de apertura de la jornada, Cacciola se mostró optimista ante la inminente llegada de inversiones significativas, estimando que podrían superar los US$30.000 millones en los próximos seis o siete años, para lo cual un factor clave para este flujo de capital será la implementación del Régimen de Incentivo para Grandes Inversiones (RIGI).
"Hay inversiones de envergadura que van a empezar a llegar sobre el final de este año con la aprobación del RIGI", aseguró el titular de la CAEM, destacando que numerosos proyectos de cobre y litio cuentan con la factibilidad técnica necesaria para concretarse. Si bien reconoció la complejidad del proceso administrativo, que involucra a 16 organismos, confía en que la curva de aprendizaje permitirá agilizar los trámites en el futuro.
No obstante, Cacciola advirtió sobre la necesidad de abordar desafíos de infraestructura de manera coordinada entre el sector privado, las provincias y la Nación. Es que, si bien el Estado nacional no participará directamente en la financiación de la obra pública, es crucial que agilice los procesos licitatorios, por ejemplo, para rutas, redes eléctricas y ferrocarriles.
Otro punto fundamental que planteó fue la capacitación de recursos humanos, especialmente en las etapas iniciales de los proyectos, para evitar la dependencia de contratación extranjera. "Es importante que tanto las empresas operadoras como los operadores vayan armando cursos específicos en la materia que corresponde", enfatizó.
Por su parte, Ciacera ratificó que desde la visión del Gobierno nacional hay un futuro auspicioso para las exportaciones mineras, estimando que podrían alcanzar los US$19.000 millones hacia comienzos de la próxima década en tanto que comiencen a operar los proyectos previstos. En cuanto al litio, anticipó una producción de 130.000 toneladas equivalentes para 2025 y señaló que varios proyectos están aplicando al RIGI, cuya demora en su aprobación está generando la ansiedad del sector.
El funcionario también valoró el aumento del 15% en el presupuesto destinado a exploración, lo que posiciona a la Argentina en un lugar destacado a nivel regional, incluso por encima de Perú y Brasil; pero sobre todo destacó que en la industria también se proyecta una inversión de capital de alrededor de 30.000 millones de dólares entre 2025 y 2031, si se cumplen las condiciones apropiadas para recibir ese flujo de capex en los distintos minerales.
El director de Cadena de Valor e Infraestructura Minera hizo hincapié en la interdependencia entre infraestructura y el avance de los proyectos, especialmente en la región del NOA con los desarrollos de litio allí proyectados, donde la logística juega un papel crucial. En este sentido, mencionó la implementación de una red federal de concesiones y los esfuerzos para optimizar la logística ferroviaria en coordinación con el sector privado que es el que debe realizar las inversiones.
Al igual que el titular de CAEM, Ciacera resaltó la importancia de la formación de los trabajadores necesarios para las distintas etapas de los proyectos, de manera de evitar un cuello de botella que se debe abordar con una mirada de largo plazo. "El recurso humano para esta industria requiere especificaciones en el perfil de profesionales y oficios mineros, quizás no tan técnicos, pero que deben estar cerca de los proyectos y hay que estar preparados" cuando empiecen la construcción y la operación de cada una de las iniciativas.
Izquierdo, desde su perspectiva como analista económica, resaltó el significativo efecto multiplicador de la minería en el empleo formal y en las actividades económicas que la rodean a nivel provincial. Identificó, en ese sentido, el impacto de los potenciales anuncios de inicio de construcción de proyectos de cobre, el aumento de la producción de litio y el desafío de desarrollar una cadena de proveedores robusta y especializada.
"Vemos como desafío toda la cadena de desarrollo de proveedores porque estos proyectos, si empiezan a funcionar de forma simultánea, van a generar necesidad de insumos y de servicios que incluso con la matriz de proveedores que hay puede quedar saturada", advirtió Izquierdo. En este sentido, propuso pensar en un mapa de proveedores más amplio que el provincial para lograr economías de escala y alcanzar los estándares técnicos de la industria. También subrayó la necesidad de certificar y generar nuevas habilidades en los recursos humanos para evitar la competencia por perfiles similares.
Izquierdo concluyó destacando el aporte múltiple de la minería al diversificar la matriz exportadora, generar divisas de manera continua y su potencial para integrarse en las cadenas globales de valor, impulsado por la demanda de minerales críticos para la transición energética y el avance de la inteligencia artificial. La analista remarcó su impacto regional, representando un alto porcentaje de las exportaciones y la demanda de empleo formal en algunas provincias, con salarios superiores a la media que dinamizan el gasto local. "Todo lo que está alrededor se multiplica con la presencia de la minería, sus muchos efectos y la importancia para las economías provinciales y regional", sintetizó.
En resumen, la mesa dejó en evidencia el enorme potencial de la minería para impulsar el crecimiento económico de Argentina a través de inversiones millonarias y la generación de empleo y divisas. Sin embargo, los participantes coincidieron en la necesidad de abordar desafíos clave en materia de infraestructura, desarrollo de proveedores y capacitación de recursos humanos para garantizar un desarrollo sostenible y maximizar los beneficios de esta actividad estratégica.