Aunque tiene corazón futbolero -de hecho hasta fue arquero de Chacarita-, al presidente Javier Milei le ganó la necesidad de volver a subir al ring a una discusión que lleva adelante desde el inicio de su gestión. Boca y River tuvieron una muy mala performance en el Mundial de Clubes y quedaron fuera en primera rueda, y el mandatario aprovechó la situación para retomar el tema de las Sociedades Anónimas Deportivas (SAD).

"Ni River ni Boca. Sin argentinos en el Mundial de Clubes. Brasil fue con cuatro equipos, los cuatro pasaron. ¿Hasta cuándo hay que señalar el fracaso del modelo 'Chiqui' Tapia? Un campeonato endeble, de 30 equipos, sin competitividad, sin SAD, sin incentivos", lanzó el presidente en su cuenta de la red social X, apenas River perdió 2-0 contra el Inter y perdió toda chance de seguir en la competencia.

Y a esta estrategia de exponer las supuestas diferencias entre las SAD y el modelo argentino, a Milei no le podría venido mejor el buen desempeño de los cuatro clubes brasileños que participan del Mundial (Flamengo, Fluminense, Botafogo y Palmeiras), y que sí jugarán los octavos de final.

En este contexto, Milei retwiteó un posteo de "Derechazo", una cuenta ligada al mundo libertario y que publicó: "El fútbol brasileño sigue domando. Todos los equipos de Brasil clasificaron a octavos de final del Mundial de Clubes".

La nueva embestida del oficialismo con las SAD no es casual y tiene que ver con los tiempos. Es que en 2023, y a través del DNU 70/2023, el Gobierno habilitó la posibilidad de que los clubes se conviertan en Sociedades Anónimas Deportivas, como parte de la política de desregulación que aplica el Gobierno en diferentes segmentos.

Ese decreto fue reglamentado en agosto de 2024 y a partir de ese momento dio un plazo de un año a la AFA y los clubes para que adapten sus normas a esta medida, es decir que abran la posibilidad a transformarse en SAD. Apenas ocurrió esto se generó una catarata de presentaciones judiciales que terminaron en fallos que suspendieron artículos claves del DNU, por lo que ese plazo de un año, que se cumple en algunas semanas, no debería regir.

Desde entonces varias entidades presentaron recursos de amparo y lograron las suspensiones de artículos del DNU 70/2023, A la par de esto, tanto la propia AFA como los clubes se manifestaron totalmente en contra de que se abra esta puerta.

El Gobierno manifestó, incluso, que de ser necesario recurrirá las medidas cautelares ante la Corte Suprema de Justicia para que se permita la plena aplicación de las SAD, una carrera que seguramente comenzará a desarrollarse una vez que se cumpla el año fijado por el Gobierno.

El oficialismo, sin embargo, entiende que pese a las determinaciones judiciales en contra nada cambió, y agosto continúa siendo el "Día D" y, ante la proximidad de la fecha, quiere volver sobre el tema.

La comparación con Brasil

Si se toma como ejemplo el caso de Brasil -donde el modelo es el de las Sociedades Anónimas de Fútbol (SAF), el más cercano y exitoso al menos desde los resultados, y del que también se aprovecha el presidente Milei, la situación tiene sus vueltas.

Es cierto que el dominio de Brasil en los torneos continentales es notorio, aunque desde lo estrictamente económico la situación no es tan simple. Se ve una suerte de "efecto inflación" y sobreendeudamiento que se comenzó a dar desde hace ya un tiempo, además de una disparidad que los propios clubes definen como cada vez más notoria.

Uno de los casos más paradigmáticos es el del Corinthians. Es el equipo más endeudado del país, con un pasivo de 409 millones de euros, pero gastó cerca de 30 millones de euros en refuerzos durante la temporada 2024. 

Mario Bittencourt, presidente de Fluminense, incluso, a la inflación que el ingreso de las SAF genera. Afirmó que "ahora es todo caro" en el fútbol brasileño, y sostuvo que "desde que llegué a la presidencia, el salario del jugador que ganaba R450 mil (unos US$ 75.000) se duplicó".

Otro que mostró su preocupación es el tirular de Fortaleza, Francisco Serrano.  "La entrada de los inversores lo ha inflado, porque es un dinero de fuera y eso no representó un crecimiento en los ingresos de los equipos, sino solo un aporte. Esta burbuja va a estallar en algún momento, de eso no hay duda. Los clubes que quieran seguir organizados lo tendrán difícil para competir, porque competirán con los que se han inflado y que tendrán mejores resultados deportivos a corto plazo", sostuvo.

Un sistema instalado en Uruguay, con suerte dispar

Uruguay es otro de los países más cercanos a la Argentina que implementó las SAD. Lo hizo en 2001 con la aprobación de la Ley 17.292, pero el primer ingreso privado no se dio hasta 2009, y no de la forma más feliz.

Deportivo Maldonado fue el primero en tocar terreno privado al pasar a ser manejado por un grupo internacional manejado por el empresario inglés Malcolm Caine, de la megaempresa Stellar Group, liderada por Jonathan Barnett desde Londres.

Durante varios años utilizaron el club uruguayo como plataforma para transferir futbolistas argentinos y brasileños a clubes del exterior, principalmente europeos. El caso más conocido fue el traspaso de Jonathan Calleri, que pasó de Boca Juniors al Maldonado por U$S 12 millones. El delantero argentino no jugó un solo minuto allí, y fue cedido a préstamo al San Pablo y posteriormente al West Ham inglés, otra vez desde el club uruguayo.

De esa forma, Stellar Group eludió la prohibición de la FIFA de que una persona física sea dueña de los derechos económicos de un futbolista y minimizó la carga impositiva al negociar el jugador desde Uruguay y no desde Argentina. Esa práctica fue muy habitual y se la bautizó "pases puente", que también involucró a otros clubes uruguayos como Sudamérica, Fénix, Progreso, Bella Vista, Cerro, Boston River y Rampla Juniors.

Más acá en el tiempo, y ya en otro formato, hubo distintas experiencias. Solo por nombrar algunos, Montevideo City Torque es el caso más emblemático, gestionado por el Grupo City, aunque también se destacan el caso de Racing de Sayago, transformado en SAD con la llegada del exfutbolista argentino Fernando Cavenaghi y luego del Bayern Múnich.