Horas decisivas para Vicentin: las negociaciones contrarreloj para tapar un agujero financiero de casi US$ 1400 millones
Se espera que en las próximas horas tres empresas hagan efectiva una oferta para brindarle a la concursada empresa santafecina la materia prima que le permita retomar operaciones. El papel de la Justicia y las propuestas que hay sobre la mesa de negociaciones.

El futuro de Vicentin pende de un hilo y las próximas horas podrían claves para trazar el camino que deberá recorrer la icónica empresa agropecuaria de Santa Fe. Viterra, Bunge y la Asociación de Cooperativas Argentinas (ACA), tienen en sus manos lo que podría ser una posible solución, al menos para el cortísimo plazo, y que le daría una cuota de oxígeno que hoy no tiene.

Ese trío de compañías manifestó ya su intención de cerrar nuevos contratos de fasón con Vicentin -es decir otorgarle los granos que precisa para operar-, en este caso para brindarle a la firma concursada cierto volumen de materia prima y permitirle así reencausar la actividad y comenzar a generar ingresos.

De este modo se estaría retomando la iniciativa que se había acordado entre las partes hace algunas semanas, pero que luego fue desestimada por la Corte Suprema de Santa Fe, que decidió no convalidar la homologación del concurso preventivo, por lo que se cortaron esos envíos.

Vicentin entró en default en diciembre de 2019 con una deuda de US$ 1350 millones, y sin grandes soluciones a la vista. Hoy el rojo posconcursal ya superó los US$ 30 millones.

Se espera que en las próximas horas la Justicia se expida sobre este nuevo intento, sobre todo teniendo en cuenta que dentro de la propia Vicentin afirman que el tiempo con el que se cuenta para resolver la situación "es realmente poco".

 

Aquí, sin embargo, se abre un nuevo interrogante. La propuesta que las tres compañías habían manifestado todavía debe ser oficializada, y se espera que ocurra en breve, tal como ya solicitó el juez Fabián Lorenzini, a cargo del concurso de acreedores. El interés de las empresas, hoy en el listado de acreedores es cobrar sus deudas, algo que lograrían solo si Vicentin empieza a generar dinero.

El detalle no menor es que las fuentes consultadas no se refieren solo a la urgencia que se da por esta negociación en particular, sino a toda la situación financiera de Vicentin en general. Hoy, la propuesta de ACA, Viterra y Bunge es casi el único hilo del que se puede sostener Vicentin. La situación económica de la empresa ya había llegado a un punto de inflexión y había encontrado cierto respiro con los contratos a fasón, pero la decisión judicial volvió a dejar todo en cero.

Ni Bunge ni ACA accedieron a hacer comentarios respecto de su postura, ante la consulta de Forbes.

También se debe resolver una propuesta que elevó el Grupo Grassi -a través de su empresa dedicada al acopio, Commodities SA- que pretende volver a poner en marcha la planta en la localidad de San Lorenzo, también con el esquema de fasón, y con el procesamiento de hasta 320.000 toneladas mensuales de soja.

Poner esta sede en marcha, sin embargo, no se podría dar de un día para el otro. Paralizada desde fines del año pasado, requiere de tareas de mantenimiento propias de un sistema frenado, algo que requeriría de una inversión cercana a los US$ 1,5 millones, un dinero que dada la situación debería desembolsar Grassi, si finalmente prosperara su idea.

Esta opción estaría lejos de resolver la situación de la empresa concursada, pero al menos le sería de gran ayuda en su búsqueda por lograr ingresos.

El resto de las plantas, instaladas en Ricardone y Avellaneda, no tienen un nivel de producción demasiado estable, y dependen de acuerdos con otras firmas.

La falta de tiempo de la que se habla quedó plasmada en un informe que se difundió ayer y que fue realizado por los interventores judiciales Andrés Shocrón y Guillermo Nudemberg, que trazan la gravedad no solo de la situación, sino también de cómo las idas y vueltas judiciales complican todavía más todo.

Allí se indica que en marzo Vicentin tuvo una pérdida operativa de u$s 4,57 millones, con deudas con terceros por encima de los $ 6.700 millones, y un rojo de más de $ 8.000 millones con empresas relacionadas con el mismo grupo.

 

Sin confianza y con recortes

En los últimos meses se habían sucedido situaciones financieras y operativas complejas, con el pago de salarios en cuotas -la empresa todavía cuenta con un plantel algo por encima de los 1000 empleados- y plantas paradas.

De no haber un guiño por parte de la Justicia, a Vicentin le irán quedando cada vez menos caminos posibles. Hoy la empresa dice estar prácticamente paralizada -y por lo tanto sin chances de generar ingresos, lo que desemboca en la imposibilidad de cubrir las deudas-, una situación que se agrava por la falta de confianza de los productores.

"La incertidumbre genera que los clientes no quieran celebrar contratos de fasón ante el riesgo de una eventual declaración de quiebra con sus mercaderías ingresadas a la empresa. Esta situación disminuye hasta reducir a cero la actividad de la empresa concursada", sostuvo la empresa en la última presentación judicial que realizó.

La propuesta concursal original había sido aprobada por más del 60% de los acreedores.

En medio de esto, el plan que proponen los interventores judiciales incluye un recorte muy fuerte. Se cerrarían las filiales de Uruguay y Europa, hoy inactivas, aunque requieren fondos para su mantenimiento.