A lo largo de 134 páginas, llenas de conceptos vinculados al mundo corporativo, como tipos de liderazgo, modelos de negocios, y a la vez plagadas de experiencias de vida personales y salidas de las entrañas, Flavio Asch, ex Director Regional de Operaciones de Latinoamérica en Monsanto y Syngenta, cuenta en su libro “La milla extra, pasaporte al éxito”, el proceso que atravesó y superó luego de la muerte de su padre, para hacerse cargo del geriátrico familiar y convertir a Residencia del Arce en una de las instituciones para adultos mayores más importantes y reconocidas de la Ciudad de Buenos Aires.
El libro, que pretende funcionar como inspiración, no solo para los negocios, sino también para cualquier proyecto de vida, está recorrido también por otra pasión del autor, que es el running, y en la unión de esos dos mundos, que es el del trabajo y el deporte, es donde aflora la idea de que, lo que nos permite salir adelante durante grandes dificultades, e incluso de tormentas perfectas, como fue el covid para los geriátricos, es “la milla extra”, ese plus que se da como para no solo llegar al destino sino ir un poco más allá, no guardarse nada y dar siempre un poco más.
Todo comienza con la historia de la construcción de Residencia del Arce, un sueño cumplido por el padre de Flavio, Carlos Asch, que, si bien se dedicó toda su vida a la inyección de repuestos plásticos para automotores, siempre quiso tener un lugar donde poder recibir gente, brindar calidez y un excelente servicio. Con esa idea, y algunos amigos que ya tenían experiencia en el sector, Carlos fue a ver a Flavio y le propuso ser socios junto a él en este proyecto de residencia para adultos mayores.
Flavio, que en ese momento y desde hacía 20 años, trabajaba en empresas multinacionales, analizó el negocio y no tuvo dudas en formar parte de él, siempre teniendo en cuenta que el que pondría mayor foco y trabajo sería el padre. Sin embargo, luego de algunas dificultades de autorizaciones edilicias y permisos municipales, que hicieron que la apertura demorara más tiempo, el padre del autor tuvo un cáncer terminal de páncreas, por lo que, un poco sin quererlo, aunque también con algo de ganas de dejar la vida corporativa, Flavio debió hacerse cargo del geriátrico, donde él y su padre eran inversores mayoritarios.
Si esa situación resultó inesperada, además de muy dolorosa, la llegada del covid, mientras estaba haciendo pie en el nuevo negocio, terminó de ponerlo a prueba. Recordemos que la población más afectada, y donde se produjeron la mayor cantidad de muertes, fueron los adultos mayores.
Residencia del Arce, en ese sentido, desde antes de que se decretara la cuarentena, cerró las puertas, aplicó protocolos y siguió todo lo que se recomendaba y más. Pero, aun así, los enfermeros, médicos, nutricionistas, psicólogos, y demás profesionales y empleados, debían entrar y salir del establecimiento.
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De esa manera, el covid ingresó al lugar y, como era imposible de evitar, se produjeron fallecimientos de ancianos. Más allá del dolor y la tristeza, en general la situación era manejada, con muchísimo estrés y atención las 24 horas por parte de Flavio y su equipo, pero sin cortocircuitos con familiares. Sin embargo, una familia que tuvo la desgracia de perder a un abuelo, le quiso echar la culpa de lo inevitable a la residencia, y de la noche a la mañana el lugar se llenó de medios, incluso algunos llegando a llamarla “La residencia de la muerte”.
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En ese momento, sin poder ingresar nuevos ancianos por protocolo municipal, y con problemas para seguir adelante, Flavio y sus socios minoritarios se plantearon varios escenarios posibles, dentro de los cuales uno era cerrar el establecimiento.
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Sin embargo, luego de analizarlo concienzudamente, aplicando lógicas de fortalezas y debilidades de cada chance, así como también lo impredecible del covid, se decidió cambiar el modelo de negocios: de ser una residencia de gama media definieron convertirla en una premium. Para eso, debieron hacer una gran inversión en camas, equipamiento, nuevos servicios, nuevas salas, etc. El objetivo era dar un servicio de más alto nivel, aunque fuese con una capacidad menor.
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La apuesta, con gran esfuerzo, funcionó. El covid, vacunas mediante, perdió fuerza, y lo cierto es que Residencia del Arce vivió un renacer, logrando ser aún más rentable que previo a la pandemia y con mayor espacio de camas.
A lo largo del libro, lleno de anécdotas personales, que lo hacen ágil y entretenido de leer, Asch desarrolla algunos conceptos muy interesantes vinculados a los tipos de liderazgo que se deben ejercer, y en especial en situaciones de crisis como la vivida por la Residencia en el Covid. Cuenta como cada mañana surcaba avenidas desiertas en su bicicleta para ir a trabajar, y cómo volvía a última hora, ya de noche por una ciudad fantasma. Porque difícil era que pudiera pedirles a los enfermeros que fueran a trabajar si él no lo hacía también, y desde más temprano.
En síntesis, un caso de éxito en los negocios inspirador, pero a la vez una historia de vida muy enriquecedora, que nos recuerda lo vivido hace muy poco tiempo con el covid y nos invita a pensar que, a pesar de lo tremendamente incómodos y dolorosos que son, los obstáculos muchas veces se pueden convertir en grandes oportunidades.
El libro, de la editorial “Contame que lo escribo”, puede conseguirse acá.
