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Macroeconomía

Importación de maquinas usadas: de la inversión y caída de costos al riesgo del ingreso de chatarra

Carlos Boyadjian

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El decreto 273/2025 habilita la importación de bienes de capital usados, que podrían hacer viables proyectos que no tienen escala para invertir en equipos nuevos. Los riesgos de la medida y a qué prestarle atención.

15 Mayo de 2025 15.23

La relativa previsibilidad que logró la economía argentina en los últimos meses, al calor de una inflación en descenso y un tipo de cambio más o menos estable, esquivando por el momento incluso efectos indeseados derivados del levantamiento parcial del cepo, empieza a ser vista por los industriales argentinos como un incentivo a invertir.

Pero como suele ocurrir, siempre hacen falta nuevos reaseguros antes de tomar un crédito o echar mano a los dólares del colchón. Como fuere, ya no es novedad que ciertas actividades empezaron a moverse y empiezan a requerir "fierros" y tecnología de avanzada para poder competir.

Fuentes del sector de bienes de capital destacan que este año en la Embajada china se registró un récord de visas tramitadas "para asistir a ferias y ver qué productos pueden traer", lo que marca el momentum de la actividad en ciertas industrias y un cambio de tendencia, mientras el Gobierno apuesta a la apertura de la economía.

En esta línea hay que leer el decreto 273/2025, publicado en el Boletín Oficial el 15 de abril y con vigencia desde el día siguiente, que levanta restricciones para la importación de maquinaria usada.
Hasta este cambio normativo se requería tramitar un Certificado de Importación de Bienes Usados (CIBU), en el marco del Régimen de Importación Definitiva para Consumo de Bienes Usados comprendidos entre los Capítulos 84 y 90 de la Nomenclatura del Comercio Exterior, quedando exceptuados, en principio, los automotores.

La posibilidad de importar viene con la duplicación del arancel de importación de bienes usados, con un tope del 35%. Es decir, si un equipo nuevo paga por ejemplo 5% de arancel, el usado de la misma posición arancelaria pagará 10%, pero si una máquina nueva tributa un arancel del 22%, el usado pagará 35%, la alícuota máxima

"Las máquinas-herramienta, en especial, de las pymes, tienen una antigüedad de 25 años, si las empresas no se equipan, no van a poder competir", asegura Alfredo Bonazzi, presidente de Carmahe, la cámara que reúne a fabricantes de bienes de capital y tecnologías para la producción.
En relación a la habilitación de ingreso de maquinaria usada, Bonazzi destacó que "hay proyectos y requerimientos de inversión que por el tamaño del mercado argentino no dan para invertir en equipos nuevos -por ejemplo un torno vertical con 3 o 4 metros de diámetro para industria energética-, pero en usados se pueden conseguir otros valores, lo que haría viable a un industrial argentino acceder a la tecnología".

"Si se trae lo que no se fabrica en el país, no perjudica a nadie, pero si se importan bienes que se fabrican acá, no podés competir con el usado, que puede costar menos de la mitad del valor", en comparación al nuevo, destaca Pedro Cascales, titular de la Cámara de Empresas Argentinas de Gas Licuado (CEGLA) e industrial del sector de bienes capital.

Cascales recuerda cuando se permitió la importación de barcazas de Paraguay, que terminaban costando un 30% o 50% del valor de la barcaza nueva, desplazando a la producción nacional, y advierte sobre el perjuicio que causaría en la actualidad si se repitiera el fenómeno.

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Pese a ello, el empresario admite que "cuando pagás una cuarta parte o un tercio del valor, la TIR (Tasa Interna de Retorno) del proyecto se vuelve conveniente". No es un dato menor en momentos en que por los aranceles dispuestos por el presidente Donald Trump, los bienes de capital se encarecieron en Estados Unidos -también en otros países- entre 2,5% y 10%, explicó Cascales.

Sectores en guardia Desde la Asociación de Industriales Metalúrgicos de la República Argentina (Adimra) alertan que la medida "es muy negativa" y advierten que hay sectores muy comprometidos por el ingreso de los usados, como la industria naval, algunos productos de maquinaria agrícola, como cosechadoras, pulverizadoras y tractores, la minería y Oil & Gas.

Elio Del Re, presidente de Adimra, advierte sobre la disparidad de precios que se observa en el mercado de usados. "Como no están tabulados los precios de los equipos usados, no hay una lista de precios como sí hay en los equipos nuevos, el importador puede declarar el precio que quiera, pagando el arancel de importación en base a ese precio", alerta. Y destaca que la competencia "es absolutamente desleal, porque en equipos nuevos hay una tabla, no hay sobrefacturación ni subfacturación". Esto no sólo afecta la competencia, sino que tendrá también un costo fiscal por menor recaudación, destaca. La competencia con la maquinaria usada no es un dato menor si se tiene en cuenta que el proceso de importación tiene plazos mucho más cortos. 

"Imaginemos que la operación de importación estaba más o menos armada, tenemos que pensar que en tres meses tendríamos que empezar a recibir los primeros equipos y por ahí desde Brasil puede ser un poco más rápido".

"Traer un torno usado, una fresadora o una plegadora no tiene sentido, vas a traer fierro viejo", sostiene Alfredo Bonazzi, "pero si traés una buena máquina, hay proyectos que se tornarían viables", enfatiza. Y remarca: "Que no se traiga chatarra para sacar divisas del país". Un riesgo latente que no puede descartarse y el Gobierno deberá controlar.

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