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Liderazgo

Quemados e infelices: el "burnout" afecta a 1 de cada 3 trabajadores argentinos

Eugenia Iglesias

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Un estudio presentado esta semana asegura que los niveles de cansancio son tan altos que no pueden realizar otras actividades después del horario laboral. Además, la mitad de los argentinos se sienten insatisfechos con su vida. Consejos para revertirlo.

8 Agosto de 2024 08.00

Esa sensación de estar "quemado" por el trabajo es real y tiene un nombre. El burnout, de hecho, viene en aumento entre los trabajadores argentinos y los niveles registrados ya son los más altos de los últimos años. Datos recopilados por el Observatorio de Tendencias de Insight 21, hub de Conocimiento de Universidad Siglo 21, muestran que 1 de cada 3 argentinos se siente tan cansado que no puede realizar otras actividades después del trabajo.

El burnout es un síndrome que surge por la exposición al estrés crónico y agudo y está íntimamente ligado al mundo del trabajo. De hecho, el informe también registró que 1 de cada 4 personas siente que no puede relajarse después del trabajo.

Hay dos dimensiones importantes que componen el burnout que son el agotamiento y el cinismo. El agotamiento no hace referencia solamente al cansancio, sino que es la depleción total de las reservas de energía. El cinismo es la emoción que surge de la condición laboral donde la persona empieza a tener emociones negativas con el trabajo como una forma de defensa del cuerpo frente a esa exposición al estrés. 

Burnout - Siglo 21
 

Luis Morera, director del Observatorio de Tendencias Sociales de Universidad Siglo 21, afirmó que "al tratarse de una cuestión multicausal, el aumento del estrés y la disminución de los niveles de felicidad se atribuye a una combinación de variables sociales, económicas y personales, como el capital social o la cohesión social. Es por ello que su abordaje también tiene que ser holístico, para así integrar todas las dimensiones que atraviesan el bienestar de la población".

Desde 2018 que la institución mide los niveles de burnout en el país y la tendencia viene en aumento. Según Morera, medir burnout es importante porque este es la puerta de entrada para trastornos más complejos. "Las personas que sufren burnout clínico tienen el doble de probabilidades de desarrollar depresión. También aumenta en un 50% las probabilidades de desarrollar ansiedad generalizada, mientras que aumenta en un 80% el riesgo de desarrollar enfermedades cardiovasculares", advierte el experto.

La comunidad científica comenzó a hablar de burnout en la década de 1980, y se detectó primero en trabajadores de la salud y cuidadores. Y si bien no se puede establecer una generalidad respecto a las causas de este agotamiento,  Morera analiza que el contexto en el que está inmersa la persona es muy importante: "La economía o el contexto socio-político pueden influir en el bienestar. Pero también hay cuestiones que son acumulativas, algo que ocurrió en un año puede impactar mucho tiempo después", aclara. 

¿Cada vez menos felices?

El Observatorio de Tendencias también analiza periódicamente los niveles de felicidad y bienestar de la población argentina y allí los resultados tampoco son alentadores. Este año, disminuyeron con respecto a 2023: la mitad de los argentinos –50,7%– se siente satisfecho con su vida y 7 de cada 10 argentinos –63,4%– están disconformes con su situación actual. 

Aunque los resultados de esta edición –presentados oficialmente esta semana– no muestran diferencias significativas según el género, sí se ven diferencias por edad: hoy el segmento que más sufre esta tendencia es el que comprende a los argentinos de entre 50 y 59 años, mientras que aquellos en el rango entre 18 y 29 son los que empiezan a mostrar una leve mejoría.

Burnout - Siglo 21
 

"La ecuación de la felicidad tiene tres componentes: un componente afectivo, un componente cognitivo y un tercer factor que es el contexto, porque yo puedo estar haciendo un esfuerzo para ir hacia una dirección, pero si el contexto no acompaña, yo voy a sentir que no estoy progresando", explica Morera.

Otro factor interesante que destaca Morera en el análisis es que el capital social impacta en el bienestar de las personas, y hay literatura que demuestra que a medida que crece la polarización de pensamientos ese capital social se ve más afectado, lo que también podría repercutir en la felicidad de las personas.

En la agenda de las empresas 

Al ser dos temas ligados a la vida laboral, el problema también está en agenda de las compañías que cada vez apuestan más a temáticas de salud mental y bienestar para sus empleados. "Incluso hay países donde ya hay legislación sobre el tema y se determinó que burnout es una enfermedad que la obra social debe cubrir. Acá todavía no tenemos legislación acorde. Tratar burnout se relaciona mucho a costos económicos por el nivel de ausentismo que genera. Hay muchas cosas por hacer a nivel organizacional, pero primero tenés que medir y ver qué está pasando específicamente en tu empresa y en qué fase están", agrega Morera.

Para prevenir el burnout, el experto aconseja, además de medir y llevar un control del tema, entender que cuanto más demanda se sienta la persona, más necesitará aumentar sus recursos para enfrentar esas demandas. También es necesario trabajar en la recuperación post horario laboral, donde el ocio juega un papel fundamental. Sin embargo, el ocio tiene que ser activo, y se debe evitar el pasivo, más relacionado con actividades de pantallas y redes sociales.

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