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Liderazgo

Lo que hacen distinto los mejores oradores de las charlas TED y nadie te cuenta

Carmine Gallo

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Lejos de la improvisación, las charlas TED más exitosas esconden años de entrenamiento, errores fuera de cámara y una estrategia paciente para domar los nervios.

28 Mayo de 2025 18.30

El camino para hablar bien en público en un escenario TED se construye con pasos cortos y práctica constante. Cuando uno ve a un orador cuya charla TED alcanzó millones de vistas, puede parecer que nació con un don. Pero, en la mayoría de los casos, ocurre lo contrario.

Los buenos oradores lo hacen parecer fácil porque trabajaron mucho para que salga bien. Cada vez que entrevisto a oradores TED, sobre todo a los más buscados en el mundo de los negocios, me cuentan que su seguridad en el escenario grande apareció después de muchos años de presentaciones en lugares más chicos.

Un ejemplo claro es el del astronauta Chris Hadfield. Dio una charla TED sobre "quedarse ciego en el espacio" que juntó decenas de millones de vistas. Durante una caminata espacial, una sustancia química en su traje lo obligó a cerrar los ojos. Hadfield mantuvo la calma, identificó el problema y lo resolvió.

Cuando le pregunté a Hadfield en una entrevista cómo logró tener tanta confianza arriba del escenario, me dijo que aprender a hablar en público no era tan distinto de aprender cualquier otra habilidad, incluso una caminata espacial. Hace falta tiempo y práctica, paso por paso.

Hadfield me recordó que, como uno de los pocos astronautas canadienses, tuvo mucha demanda en el circuito de conferencias y aceptó invitaciones durante décadas. Afinó su técnica en contextos de poca presión, desde aulas hasta almuerzos de trabajo.

La misma lógica sirve para oportunidades de oratoria con mucha presión, como una charla TED o una presentación ante inversores o clientes. Los pasos chicos traen resultados grandes.

1.Enfrentar el miedo de a poco

Susan Cain, autora del bestseller Quiet, me dijo en una entrevista que hablar en público no le salía de forma natural. De hecho, sintió pánico durante buena parte de su carrera. Antes de dar una charla de 18 minutos sobre "El poder de los introvertidos" —una de las TED más vistas de la historia—, Cain trabajó durante más de diez años como abogada y consultora. En los siete años que pasaron entre que empezó a investigar su libro y su aparición en TED, fue a reuniones de Toastmasters y habló frente a grupos chicos.

"La manera de superar cualquier miedo, pero especialmente el de hablar en público, es exponerse al miedo en dosis muy pequeñas", me dijo Cain.

No podés arrancar con una charla TED. Si sos un orador nervioso, tu cerebro reacciona como si tuvieras enfrente a un tigre dientes de sable. Necesitás sumar suficientes experiencias exitosas, en porciones chicas, para reeducarlo y que empiece a ver el escenario más parecido a un narciso que a un tigre.

A Cain todavía le llama la atención haber perdido el miedo a hablar en público. Incluso dice que ahora le resulta "disfrutable". Quizás hoy te cueste imaginarlo, pero vos también podés disfrutar de hablar frente a una audiencia. El secreto está en avanzar con pasos chicos y constantes para ganar confianza.

2. Practicá... mucho


La Dra. Jill Bolte-Taylor, neurocientífica formada en Harvard, me contó que ensayó su charla TED más de 200 veces. Mi golpe de intuición superó los treinta millones de vistas y se convirtió en una de las charlas TED más vistas de la historia.Claro que no hace falta practicar una presentación cientos de veces. Yo suelo encontrar que con al menos diez ensayos, de punta a punta, ya estoy listo para dar lo mejor. Pero la experiencia de la Dra. Jill deja clara una cosa: los oradores que parecen espontáneos suelen haber repetido su presentación muchas más veces de lo que uno imagina.

3. Practicá como corresponde

Los grandes oradores no solo practican más que la mayoría. También lo hacen de manera deliberada, como si estuvieran en una situación real.

Si tu próxima presentación requiere pararte frente a un grupo con una presentación de PowerPoint proyectada atrás, entonces ensayá como si ya estuvieras ahí.

No te limites a pasar las diapositivas en silencio. Parate, agarrá un control remoto y hablá en voz alta. Si te equivocás o te olvidás de decir algo, seguí hasta el final. En los ensayos no hay que volver al principio cada vez que algo sale mal.

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El miedo a hablar en público es común. Viene de nuestra herencia evolutiva.

Cuantas más veces sientas un poco de incomodidad, con algo de tensión en la práctica, más confianza vas a ganar. Cuando llegue el momento, vas a estar preparado.

El miedo a hablar en público es común. Viene de nuestra herencia evolutiva. Activa la respuesta de lucha o huida: te transpiran las manos y el corazón se acelera.

Como decía Susan Cain, solo hay una manera que funciona: entrenar al cerebro para que vea al público como un narciso y no como un tigre.

 

Nota publicada por Forbes US

 

 

 

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