El tema del cuidado del medioambiente parece haberse vuelto un tema urgente. ¿Cómo impacta en la gestión de la empresa? 

Representando a L'Oréal me siento empoderado. Tenemos un propósito que es crear la belleza que mueve al mundo. En esta frase, “mueve al mundo”, incluimos los esfuerzos para minimizar el impacto sobre los recursos de la tierra. Además, tenemos un programa que se llama L'Oréal por el futuro, que tiene toda una serie de objetivos hasta 2030 de reducción de emisiones de carbono, de uso de agua y de plásticos, que es un punto crítico en la industria. 

En Argentina, tenemos dos sitios: uno logístico y nuestra oficina. Los dos son neutros en carbono. Uno de los objetivos es que todos nuestros sitios –incluidas las plan - tas– sean neutrales en 2025. Falta poco tiempo y ya logramos dos tercios. Personalmente, siento mucho entusiasmo en los equipos. Poner la sustentabilidad en agenda es un factor de orgullo y de motivación. 

Y con el plástico, ¿en qué están trabajando en concreto? 

Tenemos un compromiso a 2030 de usar 100% de plásticos reciclables o alternativos a los plásticos. Un ejemplo concreto que ya está disponible en Argentina es en la línea de protector solar de La Roche Posay. Tenemos un producto cuyo tubo es de cartón. Estamos desarrollando nuevas tecnologías y lo vamos a expandir en el resto de las líneas. 

¿Y cómo le está yendo?

Es una innovación y la tenemos que industrializar masivamente. Pero eso está llegando. Además, en el país renovamos los autos que usan nuestros equipos de venta y tenemos coches híbridos. También trabajamos sobre las rutas que hacen los camiones que entregan nuestros productos y hemos conseguido bajar 60% la emisión de CO2 ligado al transporte de mercancía el año pasa - do, que es un logro del equipo argentino. 

¿Tuvieron alguna tensión en este camino? 

La primera tensión que hay es el costo. Muchas veces las buenas ideas tienen en el inicio un costo adicional, porque no hay escala económica y la innovación siempre es un poco más costosa. Como empresa estamos convencidos de que todo eso es anecdótico porque L'Oréal está muy comprometida con estos temas –hace más de 15 años que medimos el impacto ambiental– y los resultados de la compañía continúan siendo muy buenos. No es incompatible.

¿Y qué rol tienen los consumidores? 

El programa “L'Oréal por el futuro” tiene como ambición –fuera de las metas que le otorga a la empresa hasta 2030– también influenciar toda nuestra cadena de valor, desde nuestros proveedores hasta nuestros clientes o el consumidor final. Por ejemplo, hay que saber que, cuando uno usa un shampoo, el impacto mayor del CO2 es calentar el agua. 

En la producción, es mínima. Podemos hacer todo lo que queremos del lado de nuestra industria y empresa, pero no es suficiente. Necesitamos una colaboración de toda sociedad y en particular de los consumidores al final de la cadena. Si no cambiamos algunas costumbres de nuestras vidas modernas, el impacto sobre el planeta será infelizmente muy grande.