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Alejandro Rubio
Liderazgo

Cuál es la emoción que puede maximizar los negocios, según este experto

Flavia Tomaello

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Según Alejandro Rubio, analista de datos del Happiness Research Institute de Dinamarca, se trata de la felicidad. Cómo impacta en las organizaciones.

12 Enero de 2021 08.23

Los negocios son siempre una búsqueda de la felicidad. Quien lo piensa la vive en el proceso de alcanzar el objetivo. Quien lo conduce la vivencia en el timón que domina para seguir la senda trazada. Quien lo consume la transita en la experiencia y en la satisfacción de la necesidad bien lograda.  

El 2020 representó un tiempo turbulento único. Con, quizás, el peor de los condicionantes: una incertidumbre que como la niebla de un junio húmedo de sudestada sumergió a todos los proyectos bajo su oscuridad de pretormenta encapotada. Nada de certeza.  

En ese escenario, aún algunos crecieron, acertaron, fueron temerarios; perdieron la calma pero no las ganas de intentarlo. Muchos se vieron derrotados por las circunstancias, pero trataron de recalcular y encontrar una ruta nueva. La resiliencia de negocios es uno de los atributos más certeros en el camino al éxito que destaca el Happiness Research Institute, de Dinamarca. Se trata del primer centro del mundo donde la felicidad se toma muy en serio en términos cuantitativos. Interesa saber los porqué, pero también hay mucho de indagar en las cifras que permiten encontrar sendas viables para operar acciones positivas en el acercamiento a esa emoción que atraviesa todos los procesos de negocios. 

No es casualidad que esta entidad tenga sede en Copenhague -de hecho, Dinamarca es el país más feliz del mundo según el informe anual que realiza la ONU. Su experiencia se centra en una filosofía llamada hygge (se pronuncia “hu-ga”), que es el estilo de vida que los llevó a superar a países como Islandia o Suiza en índices de bienestar. Más que de las cosas, se trata de la actitud con que las personas se conducen respecto de ellas. No se puede traducir a una sola palabra, sino que abarca una sensación de satisfacción y bienestar a través de disfrutar de las cosas simples de la vida.  

Hygge es una parte tan importante de ser danés que se considera “una característica definitoria de nuestra identidad cultural y una parte integral del ADN nacional”, según Meik Wiking, CEO del Happiness Research Institute. “En otras palabras, lo que la libertad es para los estadounidenses, hygge es para los daneses”, dice Wiking en su libro “Hygge, la felicidad en las pequeñas cosas”. 

¿Hay business en hygge? 

La ONU aprobó una resolución sobre la felicidad en 2011 y la OCDE comenzó a utilizar la satisfacción con la vida como uno de los indicadores del progreso social. Personas como el ex primer ministro británico David Cameron buscaban incorporar la satisfacción con la vida como una forma de medir el progreso. Y hoy esos rangos se comenzaron a integrar a los mercados de todo el primer mundo. 

Alejandro Rubio es español, físico, experto en big data y analista de datos del instituto danés. En una charla exclusiva con Forbes Argentina, indica: “No se necesitan macrodatos para entender que la pandemia ha socavado nuestro bienestar. Pero nos hemos puesto como objetivo examinar qué podemos hacer para proteger nuestra felicidad durante estos tiempos perturbadores”. 

Acaban de presentar un estudio sobre luz emocional, patrones circunstanciales y de comportamiento, y su relación con diferentes dimensiones de bienestar subjetivo bajo un parámetro de experiencias económicas. “Estas observaciones -dice- nos han permitido analizar implicaciones de la pandemia mundial y, a partir de ahí, desarrollar recomendaciones para proteger a las personas de sus efectos negativos”. 

La pandemia ha dado lugar a una variedad de temores y preocupaciones que, en el giro comercial, pueden tener un impacto negativo en el bienestar. “Encontramos -dice Rubio- que el 43% de los encuestados estaba preocupado por perder alguien a quien aman, pero que en esos rangos se presenta también la preocupación sobre una crisis económica de larga duración”. Sin embargo, este evento parecería tener un efecto insignificante sobre la satisfacción en las vidas.  

¿En qué se diferencia la metodología que se aplica a la investigación sobre la felicidad de la ciencia convencional? 

Para explicar esto, me gusta usar la analogía de la economía. Cuando hablamos de eso, podemos dividirlo en diferentes componentes. Podemos hablar de desempleo, inflación, crecimiento, PBI per cápita. Eso da información diferente sobre cómo funciona la economía. Necesitamos poder hacer lo mismo cuando se trata de felicidad. La OCDE está tratando de crear estándares para medirlo: básicamente les piden a las organizaciones que dividan la satisfacción con la vida en tres componentes, que se basan en una evaluación directa. En primer lugar, te preguntarían qué tan felices nos sentimos o qué tan satisfechos estamos con nuestras vidas en general. En segundo lugar, dicen que hay que medir las emociones o los estados de ánimo todos los días, tanto los positivos como los negativos: felicidad, tristeza, soledad, depresión, alegría, ira, amor. La tercera dimensión es si las personas tienen un propósito. Y eso se basa en la percepción que tiene Aristóteles de la felicidad, de tener una vida significativa. 

¿Existe una composición particular en el modo de construir preocupación en los mercados? 

Nuestros datos sugieren que los medios juegan un papel importante en la configuración de ciertos miedos y preocupaciones. En general, encontramos que los encuestados que aumentaron su consumo de cualquier fuente de medios para ganar información sobre Covid-19 eran más probables a preocuparse que los que no lo hicieron. Sin embargo, no todas las plataformas de medios tienen el mismo efecto. Quienes se informaron a través de sitios web y páginas online tenían más probabilidades de estar preocupados que aquellos que se basaron en otras plataformas. Periódicos y revistas parecen menos propensos a avivar preocupaciones. Las diferentes fuentes también tenían distintas relaciones con diversos tipos de angustias. Por ejemplo, leer noticias online estaba más estrechamente asociado con preocuparse sobre el desempleo que ver más televisión. 

Alejandro Rubio, analista de Datos del Happiness Research Institute de Dinamarca.

La entelequia de la felicidad 

¿Las empresas están empezando considerar la forma en que las personas encuentran la felicidad? 

Cada vez más organizaciones y países están llegando a un punto en el que cuestionan ese valor. Hemos desacoplado la riqueza y el bienestar, y no hemos logrado convertir la primera en el segundo ni a nivel empresario, ni a nivel de país.  

¿No volveremos más felices pensando económicamente en la felicidad? 

El mundo se está volviendo más feliz si se considera el “Informe de la felicidad mundial”. Por ejemplo, América del Sur está progresando, hay algunos puntos en los que va en una dirección, pero en general, desde un punto de vista global, se mantuvo estable o incluso en declive en la última década. La forma en que diseñamos nuestras ciudades, cómo afecta eso a nuestra calidad de vida, será determinante en el futuro cercano. 

Se empiezan a visualizar otro tipo de cargos en las compañías, como el director de Felicidad. ¿Deberían las empresas ser más proactivas a la hora de crear estos roles internamente? 

Vemos que cada vez más empresas hacen exactamente eso. Reconociendo que las personas que emplean también tienen una vida privada y reconociendo que, si somos capaces de crear buenas condiciones laborales, un alto nivel de satisfacción laboral y un alto nivel de satisfacción con la vida, es más probable que las personas se queden. Esto reduce la rotación y aumenta la lealtad, la productividad y la creatividad. De hecho, estamos trabajando con empresas a las que básicamente las convertimos en laboratorios de felicidad. Medimos a sus empleados en una amplia gama de diferentes indicadores de calidad de vida: autoestima, estrés, soledad, satisfacción con la vida. Y luego probamos diferentes intervenciones para ver si podemos crear un impacto positivo en los indicadores que estamos interesados en aumentar o disminuir. Las emociones nos impulsan y la felicidad es la emoción principal que puede maximizar el potencial de una empresa o una persona. Eso aún no se ha aprovechado realmente en el espacio de trabajo. 
 

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