Forbes Argentina
23 Diciembre de 2022 12.43

Delfina Krüsemann

En la nueva edición de Forbes, el mejor alumno

Hace unos 15 años, Manuel Ron, presidente y cofundador de Bio4, Bioeléctrica, Bio5 y Carbón Neutral+, impulsó la primera planta de bioetanol de la Argentina, en Río Cuarto. Para lograrlo, tuvo que convencer a casi 30 productores agropecuarios de Córdoba, un proyecto asociativo sin precedentes para el sector del campo.

Esa movida puso a la provincia en el mapa energético nacional. Hoy, las cuatro empresas que lidera conforman un complejo de economía circular basado en la descarbonización como negocio y como propósito, que factura US$ 100 millones anuales.

Pero la nota que iba a cambiarle la vida a Manuel Ron se titulaba así: “Ponga un choclo en su tanque”. 

Escrita por el periodista Héctor Huergo, hablaba de la industria del bioetanol y de su enorme potencial para sustituir a los combustibles derivados del petróleo, con dos consecuencias ventajosas: dejar de depender del precio del barril de petróleo y descarbonizar la movilidad (cada litro de nafta que se sustituye con bioetanol, un alcohol a base de materia vegetal como caña de azúcar o maíz, reduce las emisiones de gases de efecto invernadero en un 75%).

Manuel Ron
Manuel Ron

Por entonces, Ron, de 35 años, llevaba una década vendiendo insumos agropecuarios en Río Cuarto. Después de recibirse de ingeniero agrónomo, había cambiado Buenos Aires por esta ciudad cordobesa de 200.000 habitantes, rodeada de sierras, conocida por su producción agropecuaria y por su universidad homónima. En todo ese tiempo, jamás había abandonado su idea de emprender en un proyecto que le agregara valor al campo.

Planta Bioetanol Paysandú. Fuente: ALUR
Planta de Bioetanol 

Todavía con el diario en la mano, Ron sintió estar en el lugar justo en el momento indicado: con unos 30 millones de toneladas anuales, Córdoba era la principal productora de maíz de la Argentina, y la ley nacional de biocombustibles estaba por ser sancionada. “Solo me quedaba la tesis para terminar mi MBA y decidí hacerla sobre el bioetanol. Ahí me di cuenta de que era ideal para desarrollar en nuestro país y en Córdoba en particular. Así empieza la historia de Bio4”, resume.

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Ron leyó la nota periodística/profética en 2005, Bio4 comenzó sus operaciones en agosto de 2012. ¿Qué hizo en el interín? Cualquier cosa menos quedarse quieto. Para empezar, necesitaba inversores que le confiaran varios millones de dólares. El paso lógico fue acudir a sus clientes, la mayoría empresas familiares. Conseguir las reuniones no era complejo, lo (casi) imposible era persuadirlos de asociarse. “Toqué más de un centenar de puertas. Tres de cada cuatro me dijeron que no. El gran desafío era lograr que financiaran un negocio que no iban a gerenciar ellos, algo inaudito para la gente de campo. Romper el individualismo era algo tabú”, explica.

Así y todo, convenció a 27. Uno de los primeros fue el ingeniero mecánico Marcelo Otero, hoy vicepresidente de Bio4, que estuvo a cargo de la construcción de la que fue la primera planta de bioetanol de la Argentina. Sobre su socio, dice: “Ideas hay muchas, pero hay que saber ejecutarlas y liderarlas. Manuel demostró una capacidad enorme para armar los equipos y transmitir su visión. Sabíamos que se abría un mundo nuevo, aunque quizás no entendíamos del todo el alcance que iba a tener”.

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