Crean la primera computadora con neuronas humanas vivas que se programa como si fuera código
El dispositivo, que cuesta 35 mil dólares, combina tejido humano y silicio. Funciona con un sistema operativo especial y necesita nutrientes para mantenerse activo. Sus creadores afirman que puede resolver desafíos complejos y adaptarse por sí solo.

Ya está a la venta la primera computadora biológica del mundo que se puede programar por código. Se trata del Cortical Labs CL1, que cuesta US$ 35.000 y tiene 800.000 neuronas humanas vivas, que crecen en una solución nutritiva dentro de un chip de silicio

Aunque utiliza un chip de silicio, el CL1 no funciona como una computadora tradicional. En lugar de realizar cálculos con transistores, este chip actúa como una interfaz entre las neuronas humanas vivas y el sistema informático. 

Las 800.000 neuronas crecen directamente sobre el chip y se comunican entre sí mediante impulsos eléctricos, tal como lo harían en un cerebro. El silicio no cumple acá un rol de procesamiento convencional, sino que permite registrar la actividad neuronal, enviar estímulos y traducir esas señales para que puedan ser interpretadas y programadas mediante código. En este sentido, el CL1 es una computadora híbrida: combina elementos biológicos con tecnología tradicional para crear una forma completamente nueva de procesamiento de datos.

En este caso, los programadores pueden cargar código directamente sobre estas neuronas, integradas en un sistema operativo bautizado como "biOS" (Sistema Operativo de Inteligencia Biológica), una combinación de silicio rígido y tejido blando, según explicó la empresa.

¿El objetivo, según su fundador? Desarrollar una inteligencia artificial que piense mejor, con menos componentes artificiales y más inteligencia real. A largo plazo, aspiran a crear cerebros más avanzados que los nuestros.

"La única máquina, o lo único que conocemos que realmente posee inteligencia, es el cerebro", me dijo el fundador y director ejecutivo Hon Weng Chong cuando lo entrevisté hace cinco años, mientras trabajaba con neuronas de ratones. "Así que dijimos: empecemos con la estructura básica, cuyos componentes básicos son las neuronas, y vayamos avanzando hasta llegar a la cima; quizá lo consigamos con el tiempo", señaló.

Cortical Labs, con sede en Australia, asegura que sus computadoras biológicas permiten resolver los problemas más complejos de hoy. Sostienen que son autoprogramables y completamente adaptables.

Una diferencia clave con respecto a las computadoras tradicionales basadas exclusivamente en chips de silicio es la durabilidad. Como el CL1 utiliza neuronas humanas vivas para procesar información, su vida útil está limitada por la supervivencia de estas células. Las neuronas incluidas en el dispositivo pueden vivir hasta seis meses en condiciones controladas. Una vez pasado ese período, el usuario probablemente tendrá que pagar por una actualización o reacondicionamiento que reemplace las neuronas deterioradas para que el equipo continúe funcionando correctamente.

Y sí, estas máquinas necesitan alimento, agua y nutrientes. Todo eso se suministra a través de un sistema de soporte vital integrado, que mantiene la temperatura adecuada y filtra los desechos de las células humanas vivas. Hace, básicamente, el trabajo que harían los riñones en un cuerpo.

Un chip de Cortical Labs bajo un microscopio electrónico de alta potencia. Se pueden observar conexiones estrechas entre neuronas y el sustrato de silicio, dice la compañía.

En cierto modo, el CL1 se parece más a una nave espacial que a una computadora. Funciona como un sistema de soporte vital autónomo, con mínimas necesidades externas. Aunque hay una diferencia clave: requiere alimentación externa para mantenerse operativo.

Sin embargo, por fuera, el CL1 se parece a una computadora común. Tiene puertos USB, puede conectarse a cámaras y también a actuadores, si se busca que controle un sistema físico (algo que, conviene recordar, las neuronas humanas hacen muy bien). Además, viene con una pantalla táctil que permite seguir el estado del sistema y ver datos en tiempo real.

Hace cinco años, Andy Kitchen, que en ese momento era director de tecnología de Cortical Labs, me contó que trabajaban con sistemas que usaban decenas de miles de neuronas. Su objetivo, sin embargo, era escalar a millones. Hoy, la empresa ya ve cómo sus computadoras biológicas alcanzan cientos de millones de células. Y, con otras tecnologías, proyectan llegar a miles de millones o incluso billones.

Aun así, no hay una equivalencia directa entre una neurona biológica y una neuromórfica en un sistema de silicio, explicó. Las neuronas vivas son mucho más poderosas, sostuvo.

Comunicarse con neuronas humanas reales dentro de una computadora biológica también es algo muy distinto a escribir código para una computadora artificial.

"La mejor manera sería describir tu tarea de alguna manera, probablemente a través de algún tipo de lenguaje de muy alto nivel, y luego convertiríamos eso en una secuencia de estímulos que moldearía el comportamiento biológico para ajustarse a tu especificación", indicó Kitchen.

Hace cinco años, Andy Kitchen, que en ese momento era director de tecnología de Cortical Labs, me contó que trabajaban con sistemas que usaban decenas de miles de neuronas. Su objetivo, sin embargo, era escalar a millones. Hoy, la empresa ya ve cómo sus computadoras biológicas alcanzan cientos de millones de células. Y, con otras tecnologías, proyectan llegar a miles de millones o incluso billones.

Aun así, no hay una equivalencia directa entre una neurona biológica y una neuromórfica en un sistema de silicio, explicó. Las neuronas vivas son mucho más poderosas, sostuvo.

Comunicarse con neuronas humanas reales dentro de una computadora biológica también es algo muy distinto a escribir código para una computadora artificial.

"La mejor manera sería describir tu tarea de alguna manera, probablemente a través de algún tipo de lenguaje de muy alto nivel, y luego convertiríamos eso en una secuencia de estímulos que moldearía el comportamiento biológico para ajustarse a tu especificación", concluyó Kitchen.

 

Nota publicada por Forbes US