El desarrollo de sistemas con varios agentes de IA permite combinar interacción, supervisión y evaluación en tiempo real, con el objetivo de ofrecer una experiencia terapéutica más segura y eficaz.
Un recurso técnico diseñado para afinar la precisión de los modelos empieza a generar efectos colaterales inesperados: más consumo eléctrico, más carga operativa y una presión creciente sobre la infraestructura digital.
OpenAI comenzó a redirigir algunas conversaciones hacia GPT-5 cuando detecta señales de angustia o comentarios perturbadores. La decisión busca ofrecer contención, pero genera dudas sobre privacidad, consentimiento y posibles fallos del sistema.