Un grupo de pequeños desarrolladores independientes demandó a Google por prácticas monopólicas. Finalmente, el gigante tecnológico ofreció US$ 90 millones para llegar a un acuerdo.
En una publicación de blog, la tecnológica aclaró su política sobre el tema y señaló que las empresas que ofrecen sus aplicaciones a través de Google Play Store tendrán que usar el sistema de facturación del titular de la plataforma.