Cuando hay crecimiento, las acciones son las grandes ganadoras; cuando hay inflación, el oro sale favorecido; cuando hay deflación, los bonos son la mejor alternativa; y cuando llega la recesión, el "efectivo" domina.
Creada por Harry Browne, esta teoría de construcción de portafolios busca minimizar al máximo el riesgo y la volatilidad sin sacrificar los rendimientos.