La nueva arquitectura Baby Dragon Hatchling, desarrollada por la startup Pathway, busca romper con el límite más grande de los modelos actuales: su incapacidad para aprender a medida que operan. Inspirado en principios de neurociencia, el sistema apunta a construir máquinas que razonen, se adapten y evolucionen con el tiempo, como lo hace una mente humana.
El nuevo dispositivo, creado con proteínas bacterianas en lugar de silicio, consume apenas unos picojulios por impulso y responde a señales químicas como el sodio y la dopamina. También logró sincronizarse con células vivas.
El periodista científico, David McRaney, comparte la ciencia del cerebro detrás del arte de persuasión y de cambiar la opinión de una persona.
Andrew Amigo desarrolló un software que está utilizando para ayudar a las personas que sufren lesiones y enfermedades cerebrales a recuperar el control de sus vidas mediante ejercicios que les recetan sus profesionales de la salud.
El AZ Alkmaar (Holanda), la Real Sociedad (España) y el Southampton (Inglaterra) vienen trabajando con la empresa BrainsFirst. capaz de evaluar el potencial cerebral de los jóvenes talentos.
