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Negocios
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04 Febrero de 2019 12.32

Una start-up que brinda servicios de polinización para productores agrícolas ganó el premio de Samsung a la innovación. Tecnología y la ciencia en la industria alimenticia.

Todo el mundo nombra la innovación, una de las palabras de moda, un sustantivo muy usado en los medios, empresas y eventos cuando se habla de tecnología y el futuro. Pero ¿qué significá Es una manera sutil y más novedosa para hablar del cambio sin que suene tan común como nombrar la palabra cambio. Pero significa casi lo mismo. Según el diccionario, la innovación es “un cambio que introduce novedades”.

Pero, más allá de la cuestión semántica, lo cierto y verdadero es que las empresas tradicionales de casi todas las industrias se encuentran en la obligación de transformarse para no sucumbir frente a las empresas llamadas disruptoras y digitales. Y es en ese proceso, en la transformación digital, que las empresas van en la búsqueda y la creación de nuevas y diferentes visiones, alternativas, creatividad y oportunidades. Es ahí cuando necesitan, sí o sí, apalancarse en la innovación.

En este contexto nació Samsung Innova, un concurso organizado por la filial local de la empresa coreana que busca promover la innovación en el país e impulsar a las personas emprendedoras a superar las barreras de sus propias disciplinas y fomentar el progreso general. Este año, por segunda vez consecutiva, se premiaron los proyectos que tienen como objetivo impactar en la sociedad de manera positiva. Los doce proyectos finalistas se alinearon dentro de cuatro categorías: Arte y Cultura, Ambiente, Ciencia y Salud, y Soluciones Inteligentes. De ellos surgieron los ganadores elegidos por un jurado de especialistas y el proyecto que se llevó el premio mayor.

Se llama Beeflow y se quedó con el Gran Innova, un galardón de $ 200.000 (sumados a los $ 250.000 que ganaron también en su categoría, Ambiente). ¿Qué hacé Brinda servicios profesionales de polinización a productores agrícolas, aplicando conocimiento científico para aumentar la producción de los cultivos de forma sustentable y resguardar la salud de las abejas frente a su crisis poblacional, para reducir su mortalidad.

La empresa fue fundada en 2016 por tres amigos: Matías Viel, Agustín Sáez y Pedro Negri. El año pasado se sumó una cuarta socia, Milagros Ganazy. “Trabajamos con apicultores de todo el país para darles nuestro servicio. Les alquilamos sus colmenas y generamos una nueva fuente de ingreso para profesionalizar una actividad como la apicultura, que es muy informal en Argentina. No todas las flores producen frutos de la calidad y tamaño deseados (como kiwis en Mar del Plata, manzanas en Río Negro o almendras de Mendoza). Nosotros desarrollamos abejas fuertes para resolver eso. Además alimentamos a sus colmenas con moléculas orgánicas que son patentes del CONICET, la Universidad Nacional de Mar del Plata y la UBA para fortalecer el sistema inmunológico de las abejas”, explica Pedro Negri, que tiene un doctorado en Ciencias Biológicas y es investigador del CONICET. El proyecto ya había ganado otros concursos similares, pero este es especial. “Ganar este premio Innova nos vuelve a confirmar que vamos por el buen camino”, agregó Matías Viel, cofundador de Beeflow.

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