Xiao Jianhua, un magnate chino-canadiense que habría sido secuestrado en Hong Kong sin apenas explicaciones en 2017, fue juzgado este lunes en China, según informó la embajada de Canadá en Pekín a Forbes en un comunicado; días después de que los líderes del Partido Comunista celebraran el 25 aniversario de la entrega de la ciudad y desestimaran las críticas sobre la erosión de las libertades que prometieron proteger.
Datos clave
- La embajada de Canadá en China le dijo a Forbes que tenía conocimiento de que se llevaría a cabo un juicio en el que estaba implicado Xiao.
- Los funcionarios consulares están siguiendo el caso “de cerca” y están proporcionando apoyo a la familia de Xiao.
- La embajada no quiso dar más detalles sobre el juicio y sobre Xiao, por razones de privacidad.
- Xiao, que controlaba el conglomerado Tomorrow Group y tenía fuertes vínculos con la familia de los líderes del Partido Comunista, no ha sido visto en público desde 2017, después de que la policía china supuestamente lo secuestrara en un hotel de Hong Kong y lo llevara a toda prisa a través de la frontera con China continental.
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- No está claro a qué cargos podría enfrentarse Xiao y los funcionarios chinos han guardado silencio sobre el asunto desde que desapareció en 2017.
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- Según el Wall Street Journal, citando a personas familiarizadas con el asunto, los fiscales planean acusar a Xiao de cobrar ilegalmente depósitos públicos, un delito que “puede conllevar una pena de prisión de cinco años o más”.
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Antecedentes
La desaparición de Xiao, en su momento uno de los hombres más ricos de China, estuvo supuestamente vinculada a una amplia campaña anticorrupción llevada a cabo por el presidente chino Xi Jinping, que, según los críticos, busca más consolidar el poder que acabar con la corrupción.
Poco se ha sabido de Xiao desde que desapareció y su imperio empresarial se ha desmantelado. Según The Guardian, Xiao negó haber sido secuestrado en dos publicaciones en las redes sociales en la cuenta de su empresa, aunque ambas han sido borradas y hay muchas incógnitas en torno a su desaparición.
El incidente desmintió firmemente la idea de que la élite rica de China estaba fuera del alcance de Pekín. También planteó profundos interrogantes sobre la independencia y el futuro de Hong Kong, en medio de una oleada de desapariciones que se teme sean obra de agentes chinos.
En el momento de la desaparición de Xiao, sólo la policía de Hong Kong podía actuar legalmente en la ciudad. Desde entonces, Pekín ha impulsado una amplia ley de seguridad que le otorga amplios poderes para reprimir la disidencia en la ciudad y que, según los críticos, ha erosionado las libertades que China prometió proteger.
