¿Querés inclusión de verdad?
Martín Guerra Socio fundador de InCapital, Paigo y Handy
Martín Guerra Socio fundador de InCapital, Paigo y Handy
Estar fuera del sistema financiero formal implica una fuerte injusticia: se paga más por lo mismo, con condiciones más inseguras, pérdida de acceso a oportunidades y, sobre todo, viviendo en una constante vulnerabilidad económica. La exclusión financiera perpetúa la desigualdad estructural.
Por lo tanto, que una persona pase a ser visible para el sistema financiero es ofrecer una oportunidad de pertenencia y de dignidad. Es también crear un puente hacia oportunidades que antes parecían inalcanzables.
¿Qué necesitamos para que el crédito sea una verdadera herramienta de inclusión?
La respuesta obvia sería decir que hace falta más crédito. Pero no se trata solo de abrir las puertas del crédito formal y esperar que todo mejore mágicamente. Hay que asegurarse de que sirva.
Se necesita un crédito pensado para la vida real, para las personas que viven con ingresos variables, que no tienen un historial crediticio perfecto.
Las fintechs han demostrado que hay otras maneras de evaluar riesgo y otorgar crédito sin depender del historial bancario tradicional.
En Uruguay, una gran parte de las personas del sector económico bajo están excluidas del sistema crediticio formal (un dato relevante: el 88% del sector bajo no tiene acceso a tarjeta de crédito). ¿Eso significa que no pueden pagar? No. Significa que nadie los evaluó con las herramientas correctas, ni diseñó los productos acordes.
Para que el crédito funcione de verdad, hace falta:
- Modelos de crédito flexibles, que permitan la inclusión sin volver inviables a quienes prestan.
- Modelos de evaluación basados en comportamiento financiero real, no en lo que pasó hace años.
- Uso de tecnología para evaluar riesgo sin depender de un historial bancario que muchos nunca tuvieron.
- Entender que la persona o el pequeño comerciante se puede "trancar", para lo cual debemos encontrar la forma de que pueda volver rápido o, idealmente, que no se caiga en los pagos asumidos.
De nada sirve abrir la puerta si, al cruzarla, los consumidores encuentran condiciones imposibles de sostener. Hay que asegurarse de que las herramientas que les ofrecemos realmente funcionen en su contexto.
El crédito no es solo una transacción; es la posibilidad de transformar vidas y generar progreso. Diseñar soluciones de financiamiento adaptadas a la realidad de quienes las necesitan es la clave para romper con la exclusión financiera y abrir nuevas oportunidades. Porque, al final del día, el verdadero impacto del crédito se mide en la capacidad de las personas para construir su propio futuro.