La Inteligencia Artificial (IA) continúa adquiriendo protagonismo en la sociedad. Según un estudio reciente del Foro Económico Mundial, el 75% de las empresas piensa en incorporar esta tecnología en sus negocios. Además, la institución internacional destaca que estamos presenciando dos grandes transformaciones simultáneas: la digital y la sostenible. Una conclusión posible es que ambas vías confluyen en una intersección de inmenso potencial: la capacidad de la inteligencia artificial para contribuir con las soluciones de problemas ambientales.

Los ejemplos abundan en el mundo y se multiplican. En Turquía, para hacer frente a la creciente frecuencia de los incendios forestales, emplean una herramienta FireAID, que utiliza IA para mejorar la predicción y prevención. La herramienta permite predecir los incendios forestales con un 80% de exactitud 24 horas antes de que se declaren. 

En el caso de la agricultura, en la India, el país más poblado del mundo, también emplean la IA para transformar el sector mediante el fomento de las nuevas tecnologías. La nación asiática se enfrenta a riesgos como el cambio climático, pandemias e interrupciones en su cadena de suministro debido al crecimiento habitacional. Por eso, el sector agrícola recibe apoyo de herramientas digitales que permiten vigilar la salud de sus cultivos, realizar controles de calidad y analizar el suelo. 

En Chile, Suncast emplea esta tecnología para predecir la producción de energía solar a corto plazo sin instalar dispositivos en el suelo. A través de su plataforma de software, combina datos históricos reales de plantas fotovoltaicas con datos meteorológicos satelitales para predecir los comportamientos reales de los escenarios atmosféricos. Gracias a esto, diversas compañías pueden monitorear y cumplir con las normas técnicas vigentes del país. 

Al mismo tiempo, la vida marina también se ve beneficiada por los algoritmos de Machine Learning. La combinación de la inteligencia artificial y el uso de hidrófonos ―micrófonos submarinos― permite observar y vigilar el creciente impacto de las actividades humanas en los océanos. Las economías costeras e insulares, como Hawái, Australia y Florida, se benefician de estas herramientas gracias a tener información puntual sobre los cambios en la fauna. 

Desde el punto de vista del sector sanitario, la inteligencia artificial puede ayudar a los médicos y nutricionistas. Por ejemplo, Avena Health, plataforma mexicana que emplea esta tecnología, permite que los especialistas en nutrición ahorren tiempos y ganen en precisión a partir de la creación de planes personalizados de acuerdo con el perfil del paciente de forma automatizada. 

En el sector industrial, la logística es un sector que constantemente revoluciona la forma en que se gestionan las cadenas de suministro y no se queda atrás en tendencia. En la Argentina, las compañías están trabajando en integrar en sus procesos robótica y utilizar Big Data, como también vehículos eléctricos o híbridos que permitan una entrega más eficiente y sostenible en las áreas urbanas. 

Recientemente, la multinacional CNH Industrial Argentina, incorporó Inteligencia Artificial en su maquinaria agrícola, mediante sensores, algoritmos de aprendizaje automático y sistemas que permiten relevar, procesar y analizar datos para una mejor toma de decisiones en el campo. Esto evidencia una vez más que la tecnología puede utilizarse para ayudar a que todos los sectores adopten un enfoque más informado y basado en datos para combatir las emisiones de carbono y construir una sociedad más sostenible. 

A pesar de que muchas veces la IA está observada por su impacto ambiental, según un informe del Boston Consulting Group el 87% de las personas afirman que es una herramienta útil en la lucha contra el cambio climático por la capacidad única que posee para recopilar, completar e interpretar grandes y complejos conjuntos de datos sobre las emisiones y el impacto climático.

Desde este punto de vista, las nuevas tecnologías, como la información geoespacial y el modelado de información de construcción (BIM), están siendo desplegadas para hacer que las ciudades sean más inteligentes, seguras y sostenibles.  Considerando los múltiples desafíos, riesgos y polémicas que conlleva la implementación de IA, desarrollada, guiada y administrada en forma adecuada, puede constituirse en una clave fundamental para cumplir con las metas y los Objetivos de Desarrollo Sostenible  que contribuyan a un mundo más justo, equitativo y sostenible para todos.