La Fed aún no está fuera de peligro, ni tampoco los inversores

Si bien una sorpresa a corto plazo, es decir, una subida de tipos de 75 puntos básicos en la próxima reunión de la Reserva Federal de EE.UU. (Fed), no es muy probable en nuestra opinión, no se puede decir lo mismo a largo plazo, ya que la visibilidad de la dinámica de la inflación en el futuro sigue siendo limitada.

Se espera que las cifras mensuales de inflación alcancen pronto su punto máximo, probablemente en torno a mayo, y que a partir de entonces empiecen a descender de forma significativa. Todavía no está claro si las cifras volverán a niveles más razonables, por ejemplo cerca del 2% en los próximos 12 meses. Además de la rigidez del mercado laboral estadounidense, mucho dependerá de factores como un posible embargo energético a Rusia o el alcance de los cierres chinos.

La visibilidad de estos factores sigue siendo baja, aunque, en lo que respecta a China, el presidente Xi Jinping ha expresado recientemente su intención de no dañar la economía más de lo necesario en el futuro.

Además, las expectativas de inflación a más largo plazo (break-evens a 10 años), un indicador importante para la Fed y su credibilidad a la hora de lograr la estabilidad de los precios, han empezado a subir de forma significativa en las últimas semanas, a pesar de que los precios de las materias primas se han estabilizado en el mismo periodo. Esta evolución también debería impedir a la Reserva Federal estadounidense, al menos a corto plazo, modificar su actual postura agresiva, aunque hayan aparecido en el horizonte los primeros factores desinflacionistas: un dólar fuerte y un yuan que se deprecia.

 

Por último, pero no por ello menos importante, tras el periodo desinflacionista de las últimas décadas, los mercados financieros aún no se han adaptado plenamente a una dinámica inflacionista potencialmente sostenible, en nuestra opinión.

En este sentido, el potencial de sorpresas a corto plazo podría ser mayor en la próxima reunión del Banco Central Europeo (BCE) de junio, ya que la autoridad monetaria europea podría decidir subir los tipos antes de lo previsto, es decir, en julio en lugar de septiembre. En cualquier caso, a ambos lados del Atlántico, ¡la inflación decidirá!

Teniendo en cuenta el contexto descrito, el posicionamiento de nuestros fondos sigue siendo prudente, tanto en términos de duración como de productos de diferencial, es decir, bonos periféricos, crédito y deuda de mercados emergentes.

 

*La columna fue escrita por Gergely Majoros, miembro del Comité de Inversión de Carmignac