Cómo resiste la redacción de Forbes Ucrania y el impacto de la guerra en la economía global
Alex Milberg Director
Alex Milberg Director
Como la de Argentina, Forbes publica 40 ediciones independientes en todo el mundo, la gran mayoría en su idioma local.
Dada la invasión brutal e inmoral de Vladimir Putin, se justificaría que el equipo de Forbes Ucrania priorizara la seguridad de sus familias. Eligieron pelear. Algunos literalmente: uno de los integrantes del staff, Maksym Skubenko, se alistó en la fuerza de defensa a pesar de no tener experiencia militar. “No sé qué está pasando –dijo después de su primera batalla–. Solo sé que debo estar aquí”.
Como describe el editor general de Forbes US, Randall Lane, “los otros miembros del equipo de Forbes Ucrania combaten a Putin con un arma a la que le teme: la verdad, un pilar de la democracia que ahora en Rusia solo circula de contrabando”.
El editor en jefe de Forbes Ucrania, Volodymyr Fedoryn, y un pequeño equipo permanecen desafiantes en Kiev. Otros sufrieron terribles obstáculos para sacar a sus familias de la capital, agrupándose en el oeste del país.
Desde entonces, ejercen el oficio de periodistas con profesionalismo y valentía: informan lo que ven y escuchan, para su país y el mundo. Muchas de estas notas pueden seguirlas en nuestra web www.forbesargentina.com.
En un grupo de Whatsapp con los editores de Forbes Internacional, Volodymyr Landa, editor en jefe adjunto desde Kiev, comparte las últimas noticias. El equipo ahora está terminando una revista impresa con temas de guerra que demuestra cómo, a pesar de la devastación que sufre Ucrania, la prensa libre continúa, literalmente, sin que nadie les diga lo que pueden o no pueden publicar. Vale la pena luchar por eso.
El conflicto ya impactó en todo el mundo tanto en el precio de alimentos como de energía que presionan a una inflación ya de por sí recalentada por la pandemia. ¿Cuánto tiempo le llevará, por ejemplo, a Estados Unidos retomar una tasa del 2% anual? ¿O esa vieja normalidad ya no volverá más y optarán por un conveniente piso –para la Reserva Federal– del 3%? ¿Lo lograrán en dos, tres o cinco años? ¿Quién asumirá el costo político de la recesión? En nuestro país esa realidad es un espejo aumentado por ocho.
Las consultoras ya proyectan una inflación del 60% o 70% anual para 2022. Mientras persistan utópicas visiones sobre el peso de la “concentración de oligopolios o las causas multicausales”, será improbable detenerla.
¿Reaccionará el Gobierno a un año y medio de las elecciones?
Hagan sus apuestas.