Cerrar la brecha en la protección cibernética: un llamado a la colaboración público-privada
Christian Rada Líder de Finpro y Cyber para Argentina y Uruguay
Christian Rada Líder de Finpro y Cyber para Argentina y Uruguay
En un mundo cada vez más digital, la protección contra riesgos cibernéticos se ha vuelto un desafío fundamental para empresas y gobiernos. Sin embargo, la realidad es que la brecha en la cobertura cibernética sigue siendo preocupante, especialmente para las pequeñas y medianas empresas que a menudo carecen de las herramientas necesarias para protegerse ante estos riesgos. Es imperativo entonces que abordemos esta situación mediante la colaboración entre el sector público y privado.
Estos días, Marsh McLennan y Zurich Insurance Group presentaron un informe titulado "Cerrando la brecha de protección contra riesgos cibernéticos", que destaca la necesidad urgente de desarrollar soluciones innovadoras para protegernos de las amenazas cibernéticas cada vez más preocupantes. Este reporte no sólo resalta la importancia de fortalecer la ciberseguridad, sino que también subraya un problema clave: la incapacidad de las soluciones tradicionales para enfrentar eventos cibernéticos catastróficos.
El costo global de los ciberdelitos se proyecta que aumentará a casi 24 billones de dólares para 2027, en comparación con los 8.5 billones de dólares en 2022. Los pagos de rescate por ransomware alcanzaron un récord de 1.1 mil millones de dólares en 2023, lo que subraya la creciente magnitud de este problema. Sin embargo, un dato preocupante es que el 87% de los tomadores de decisiones a nivel mundial consideran que sus organizaciones no están adecuadamente protegidas contra los ciberataques.
Es acá donde entra en juego la importancia de las asociaciones público-privadas. La colaboración es clave para desarrollar soluciones que fortalezcan el mercado de seguros cibernéticos y protejan a nuestras economías de los riesgos cibernéticos que podrían ser devastadores. Este tipo de colaboración implica tanto la creación de nuevos productos de seguros, como también la implementación de marcos regulatorios e incentivos que impulsen a las empresas a mejorar sus capacidades de ciberseguridad.
Para alcanzar este objetivo de manera efectiva, es esencial adoptar cuatro enfoques clave: fortalecer la resiliencia cibernética mediante la educación, la concienciación y las inversiones en ciberseguridad; abordar los riesgos cibernéticos cuantificables, que pueden asegurarse, pero presentan desafíos debido a su potencial acumulativo de pérdidas financieras y gestionar los riesgos no cuantificables a través de asociaciones público-privadas, en especial para eventos catastróficos que podrían impactar severamente la economía global. Finalmente, la implementación de incentivos sólidos resulta clave para fomentar la adopción de medidas de seguridad cibernética sin necesidad de recurrir a más regulación, permitiendo que las organizaciones se fortalezcan frente a un panorama de amenazas en constante evolución.
Es momento de repensar cómo enfrentamos los riesgos cibernéticos en nuestra región. Mejorar la resiliencia cibernética no solo es un desafío técnico, sino también un reto colaborativo, y para proteger a nuestras sociedades y economías del impacto de eventos cibernéticos catastróficos, el camino ineludible es fomentar la cooperación entre el sector público y privado.