Un gigante en infraestructura marítima se renueva con la draga más grande de su flota
La firma belga Jan de Nul acaba de sumar a sus activos las máquinas Willem Van Rubroeck y Galileo Galilei. Cuáles son las características de cada equipo.

 Con una trayectoria que avala su popularidad y logros, la empresa líder en obras de infraestructura marítima, dragado, ingeniería civil y medioambiente rompió su propio récord en materia de equipamiento. El logro llega concretamente tras la incorporación de dos nuevas dragas a Jan de Nul, la Willem Van Rubroeck y la Galileo Galilei; la primera de ellas, la más grande de toda su flota.  

Se trata de una draga de corte y succión que cuenta con una potencia instalada total de 40.975 kw, tres bombas de dragado de 8.500 kw. cada una, una capacidad de corte de 8.500 kw. y una profundidad de trabajo operativa de hasta 45 metros. La nave fue construida especialmente para dragar suelos rocosos muy duros y gracias a su tamaño puede hacer frente a condiciones climáticas adversas como olas de gran altura, entre otros posibles obstáculos desafiantes. 

La Willem Van Rubroeck salió del astillero Remontowa de Polonia hace unos días y ya se dirige al centro logístico de Jan de Nul en Zelzate, Puerto de Gante, donde la embarcación quedará amarrada durante algunas semanas para prepararse para su primera misión.  

Draga Willem Van Rubroeck.



La compañía que se encuentra presente desde hace 25 años en la Hidrovía Paraná-Paraguay contribuyendo al transporte de millones de toneladas de producción agropecuaria nacional desde Argentina hacia el resto del mundo también acaba de incorporar a su flota la draga de succión Galileo Galilei. 

La nave cuenta con una capacidad de tolva de 18.000 m³ y atravesó de manera exitosa una serie de pruebas que tuvieron lugar directamente en el mar. Una característica especial de esta embarcación, detallan, es que tiene dos tolvas separadas a bordo, lo que permite que el material dragado se distribuya uniformemente en ambas, controlando así la carga y el tiro. 

Con una presencia en 150 países, 7.000 empleados a nivel global y unos 500 profesionales empleados en el país, el gigante belga busca seguir sumando versatilidad y modernización a su flota para poder continuar con sus obras de gran porte. En este sentido, la operación local del grupo líder en actividades como la construcción de nuevos puertos, la instalación de parques eólicos en alta mar o la reconversión de zonas industriales contaminadas se destaca por su nave Afonso de Albuquerque.  

Internacionalmente, esta innovadora draga es reconocida por ser la primera del mundo en cumplir con las normas medioambientales más estrictas, las Euro V, lo que la convierte en la más ecológica del planeta. Esto marca un hito para Jan de Nul, cuya misión, afirman, es avanzar cada vez más en su camino hacia la sustentabilidad en este y otros países en los que opera.