El Nuevo Frente Popular, que amalgama al socialismo tradicional, el Partido Comunista y La Francia Insumisa (LFI) del polémico Jean-Luc Mélenchon, ganó las elecciones con 182 escaños.
El debilitamiento de los partidos tradicionales de izquierda y derecha y el surgimiento de partidos de extrema izquierda y derecha se debe en parte a la revolución política original de Macron de 2017 y su habilidad para monopolizar el centro.
Casi 49 millones de franceses están llamados a las urnas en miles de centros de votación en Francia metropolitana, los territorio de ultramar y el extranjero.