El intento de la startup de inteligencia artificial por quedarse con el navegador de Google irrumpe en medio de la batalla judicial que amenaza con forzar su venta y abre un nuevo capítulo en la disputa por el dominio tecnológico.
Gracias a estas líneas de código, las empresas pueden acceder a gran cantidad de información sobre nosotros. Su bloqueo significa cambiar radicalmente la manera en la que funciona el mercado de publicidad en la web.