"El gran desafío de Argentina es exportar de verdad". Los líderes empresariales y económicos ven con optimismo las oportunidades que se presentan en sectores clave durante este 2024. La apuesta ahora está en consolidar ese cambio cultural y transformar el potencial en resultados concretos que impulsen el crecimiento del país en los próximos años.
El 17 de septiembre, el hotel Four Seasons de Buenos Aires fue sede de la sexta edición del Forbes Reinventando Argentina Summit, un evento clave en el que empresarios, economistas, políticos y líderes de diversos sectores debatieron sobre los desafíos y oportunidades que enfrenta Argentina en su camino hacia la reinvención.
En un contexto de profundas transformaciones, el foco del segundo panel de la jornada estuvo en los motores económicos que impulsarán el futuro del país y en las reformas estructurales necesarias para un crecimiento sostenible.
Titulado "Los motores de la economía que viene", contó con la participación de José Luis Alonso, CEO de Grupo Mirgor; Gabriel Caamaño, economista de Outlier; y Matías Campodónico, presidente de Dow América Latina. Moderado por el editor de Forbes Argentina, Fernando Heredia, el panel giró en torno a temas como la estabilidad macroeconómica, la competitividad internacional, y el rol de los sectores estratégicos como la energía y la tecnología en el desarrollo de la economía argentina.
Alonso, quien lidera una de las principales empresas industriales del país, habló sobre los desafíos que enfrentan las empresas argentinas en el contexto actual. Según el CEO de Grupo Mirgor, la estabilización de la situación económica es clave para que las empresas puedan planificar a largo plazo: "A nivel regional, está empezando a calmarse la incertidumbre sobre hacia dónde va Argentina, lo que permite que las empresas rearmen estrategias clave como encontrar la manera de exportar más y agregar valor a las exportaciones".
En su opinión, el crecimiento económico dependerá de tres pilares fundamentales: exportar tecnología, proteínas y talento. "Hoy el gran desafío de Argentina es cambiar la cultura y comenzar a exportar de verdad", enfatizó el ejecutivo, refiriéndose a la necesidad de que el país amplíe su presencia internacional en sectores con valor agregado.
También destacó la importancia de la estabilidad macroeconómica como una condición imprescindible para que el país pueda crecer. "Tanto la industria como el motor económico de Argentina necesitan una macro estable", afirmó. A medida que las señales positivas comienzan a aparecer, las empresas pueden empezar a tomar riesgos y salir a competir en el mercado global.
Por su parte, Caamaño se mostró optimista sobre las oportunidades de inversión en el país, aunque señaló que el principal desafío sigue siendo generar las condiciones adecuadas para que esas inversiones se materialicen. "El RIGI es la principal herramienta para pedir inversiones que tiene el gobierno", comentó Caamaño, en referencia al Régimen de Inversiones para Grandes Infraestructuras. Sin embargo, advirtió que, aunque hay señales de mejora, aún quedan cuestiones clave por resolver, como la liberación del cepo cambiario: "Si no salís del cepo, perdés credibilidad", sentenció.
Caamaño también se refirió al cambio de enfoque en la política económica, destacando que en años anteriores Argentina se centraba casi exclusivamente en cuestiones macroeconómicas, dejando de lado la importancia de las reformas estructurales. "Hace muchos años que en Argentina no hablábamos de micro, y ahora sí", indicó. En su opinión, si el país logra mantener un régimen fiscal ordenado, esto se convertirá en una institución duradera: "Si la gente ve que las reglas fiscales les sirven para vivir mejor, se volverán una institución".
En tanto, Campodónico puso el foco en el potencial del sector energético, especialmente en Vaca Muerta, uno de los yacimientos de petróleo y gas no convencionales más grandes del mundo: "En el sector de la energía hay mucho potencial. Bajo tierra, Argentina es igual a EE.UU. y Noruega; el problema es lo que pasa arriba".
También se mostró cautelosamente optimista sobre el futuro de la economía argentina. Según él, hay señales claras de que la actividad económica está repuntando, aunque los tiempos de recuperación pueden ser más largos de lo esperado. Destacó que el desarrollo de Vaca Muerta tiene el potencial de transformar la economía argentina, no sólo en términos de exportaciones de gas y petróleo, sino también en la posibilidad de agregar valor industrial. "Lo que podría significar Vaca Muerta es un campo entero en exportaciones. El potencial de Vaca Muerta es fenomenal. Hemos sido bendecidos con ese recurso", afirmó.
A pesar de los desafíos, Campodónico sostuvo que el cambio cultural que se ha dado en la sociedad argentina en los últimos años es una de las señales más positivas, "y ojalá sea sustentado con resultados concretos".
Los tres líderes coincidieron en que, aunque el camino hacia la estabilidad económica y el crecimiento sostenible será largo, Argentina cuenta con los recursos y el talento necesarios para posicionarse como un jugador importante en sectores estratégicos como la energía, la tecnología y la agroindustria. Como describió Caamaño, "el gran desafío es generar las condiciones para que esas oportunidades se conviertan en realidad".