Aunque la inflación de Argentina sigue siendo extremadamente alta, lo cierto es que las estadísticas muestran una clara tendencia a la baja. El Instituto Nacional de Estadísticas y Censos (INDEC) informó que el índice de precios al consumidor pasó de aumentar un 25,5% en diciembre de 2023 a “sólo” un 11% en marzo de 2024.
Y de cara al futuro, se espera que los precios de la economía real sigan contrayéndose a un mayor ritmo. De hecho, el Relevamiento de Expectativas de Mercado (REM) publicado por el Banco Central de la República Argentina (BCRA) destacó que los principales analistas consultados proyectan una inflación de alrededor del 9% para abril.
A su vez, el reporte reveló que, para mayo, los mejores pronosticadores visualizan, en promedio, un crecimiento del IPC del 7,1%. Sin embargo, algunas consultoras locales ven una cifra incluso inferior.
Desde la Fundación Libertad y Progreso (LyP) calcularon que, en la primera semana de este mes, los precios avanzaron un 1,6%, por lo que la estimación mensual es del 4,5%, lo que implicaría el dato más bajo desde enero de 2022, cuando el IPC aumentó un 3,9% en el mes.
“Hay dos datos favorables. El primero y más importante es que los precios no regulados están mostrando una fuerte desaceleración. Esto como consecuencia del cambio de gobierno y los ajustes en la política monetaria y fiscal. Esta dinámica refleja que el valor de la moneda argentina empieza a estabilizarse. El segundo dato es que este proceso se está dando a la par de una caída en las expectativas de inflación; esto es, el programa del gobierno va ganando credibilidad”, relató Eugenio Marí, economista jefe en LyP.
“Si el Senado aprueba la Ley Bases y el Paquete Fiscal, entonces habría una señal contundente de cambio de rumbo y, también, un shock positivo sobre la recaudación. Esto permitiría armar un puente de recursos que facilitaría la eliminación del impuesto PAIS y la unificación cambiaria”, agregó el especialista.