A pesar de la fuga de reservas de marzo, que finalmente se selló hace 15 días con el acuerdo con el FMI, la Argentina cerró el primer trimestre de 2025 con señales "alentadoras" tanto en el frente fiscal como en la actividad económica, según destacó un reciente informe de J.P. Morgan. Las cuentas públicas registraron un superávit primario equivalente al 1,3% del PBI en los últimos 12 meses a marzo, y anotaron un superávit fiscal total del 0,15% del PBI en el primer trimestre.
Este desempeño se dio pese a un entorno desafiante, donde los ingresos fiscales comenzaron a mostrar cierta debilidad debido a la apreciación real del peso y la eliminación gradual de impuestos extraordinarios como el PAIS. De hecho, los ingresos vinculados al comercio exterior cayeron 13,7% interanual en términos reales. Aun así, el crecimiento de los impuestos al consumo y de los aportes a la seguridad social —impulsados por la recuperación salarial— sostuvieron la recaudación total.
Desde el lado del gasto, las erogaciones primarias crecieron 11,1% interanual en el primer trimestre, concentradas en transferencias sociales. A pesar de eso, el banco destacó la administración de Milei logró mantener el equilibrio, "apoyándose en una gestión austera y la reducción progresiva de subsidios".
Pero es en el plano de la actividad donde surgen las novedades más potentes ya que la recuperación fue contundente en los primeros tres meses del año: el PBI creció 0,8% mensual desestacionalizado en febrero por lo que en el primer trimestre J.P. Morgan revisó su proyección de crecimiento a 6,2% trimestral anualizado. La producción ya se ubica un 1% por encima del máximo previo de 2023 y se acerca al récord histórico de noviembre de 2017.
Entre los sectores que lideraron esta recuperación se encuentran los servicios financieros (+27,8%), el comercio (+17,7%), la manufactura (+10,8%), la construcción (+10,7%) y la minería (+7,1%). Sin embargo, J.P. Morgan advierte que la recuperación no es uniforme, ya que algunas ramas, como la construcción, aún no alcanzan los niveles pre pandemia.
No obstante, los analistas advierten que el fuerte crecimiento inicial podría moderarse en los próximos meses, afectado por la incertidumbre externa y una posible desaceleración global, con una probabilidad superior al 50%). Para todo 2025, el banco mantiene su proyección de un crecimiento anual del 5%, aunque reconoce que las reformas recientes abren la puerta a un sendero de crecimiento más sostenible de mediano plazo.