Producción y consumo: una responsabilidad que parte del sector privado

Hace 50 años se celebró por primera vez el Día Mundial del Medio Ambiente. Fue en 1972, cuando el desarrollo de una producción y un consumo sostenible todavía no era un eje central en la industria y en el día a día de las comunidades. Hoy nos enfrentamos a un gran desafío que no está sujeto a una sola transformación, sino a un movimiento colectivo, una sincronización que debemos llevar a cabo entre el sector privado, el público, el tercer sector y, como consecuencia, desde los hábitos individuales. 

En 2021, por séptimo año consecutivo, la temperatura media mundial superó cerca de un 1,11 (+-0,13) °C los niveles preindustriales, según el reciente informe de la Organización Meteorológica Mundial (OMM) sobre el Estado del Clima Global. El informe también destacó una clara tendencia en alza de las concentraciones de gases de efecto invernadero. 

Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), el 67% de las emisiones de efecto invernadero están asociadas a la forma en la que vivimos y la forma de consumo, por lo que un giro en nuestros comportamientos puede ayudar a reducir las emisiones de carbono que aceleran el cambio climático. Es un problema global requiere de una solución colaborativa y local. Para elegir el camino del consumo sustentable debemos crear opciones atractivas y alcanzables para todos y cada uno y así contribuir a la toma de mejores decisiones diarias.

.

En Cervecería y Maltería Quilmes estamos viviendo un proceso de transformación para pasar de ser una compañía tradicional de bebidas a una plataforma que genere un crecimiento colaborativo de todo nuestro ecosistema. Trabajamos día a día para modificar, no sólo nuestros hábitos de consumo, sino también la cadena de producción, distribución y comercialización de nuestros productos. 

Por eso adoptamos la mirada de crecimiento inclusivo, porque se trata de una mirada más amplia de la sustentabilidad que tiene como pilares fundamentales la colaboración y la regeneración. Estos conceptos son los que unen a las 6.000 personas que formamos parte de la compañía: soñamos en grande para construir un futuro con más motivos para brindar.

En tiempos de transformación, la combinación entre el desarrollo de tecnologías y el uso de la data, la creatividad y el talento de las personas es la fórmula imbatible para generar cambios de raíz y lograr metas a largo plazo. Es importante que los compromisos sean desafiantes y medibles, que cuenten con planes de acción concretos basados en la ciencia y la tecnología. Esta mirada de largo plazo es una oportunidad para el crecimiento pero que requiere, dado el contexto complejo y volátil propio de la Argentina, de una cuota extra de esfuerzo, planificación y creatividad sostenidas por convicción e innovación.

 

Sabemos que no tenemos todas las respuestas para los desafíos que afrontamos, por eso necesitamos trabajar articuladamente con otros actores para acelerar la acción y lograr la transformación necesaria. Argentina tiene una capacidad creativa y profesional increíble y confío mucho en el trabajo colaborativo, el todo es mucho más que la suma de las partes.

Un lindo ejemplo de esto es el lanzamiento del Fondo de Agua del Río Mendoza, una iniciativa pionera de cooperación público-privada para contribuir a la seguridad hídrica de la cuenca, que hoy está en riesgo, y lograr que las comunidades y sus actividades productivas puedan acceder al agua utilizando este valioso recurso sin comprometer el equilibrio ecológico del acuífero a futuro. 

Aportar soluciones robustas para problemas locales es nuestro gran desafío. Queremos contribuir a la transformación de la matriz energética del país e impulsar una economía circular y baja en carbono. Hace dos años inauguramos formalmente el Parque Eólico Budweiser en la localidad de Achiras, en Córdoba, que nos permitió ser la primera empresa de consumo masivo en utilizar 100% energía eléctrica renovable para su producción y reducir un 25% nuestras emisiones de carbono. 

 

Si queremos ser una población que consuma de manera responsable, tenemos que asegurarnos de que la producción también sea responsable en cada eslabón de la cadena de valor. En el campo, donde se origina el proceso que termina en la elaboración de nuestras cervezas, también estamos cambiando, impulsando la agricultura regenerativa y la aplicación de buenas prácticas agronómicas que contribuyen a la salud del suelo y a la reducción de emisiones de carbono. 

Desde Logística, estamos en pleno desarrollo de nuestros Centros Distribución de Urbanos, que agilizan la entrega en ciudades mediante vehículos eléctricos. Empezamos el año teniendo dos sucursales, actualmente tenemos seis, y proyectamos inaugurar doce centros en 2022 con 40 vehículos.

Estamos ante un desafío único, siendo una generación que está viviendo la crisis climática, tanto en sus consecuencias como en la posibilidad de despertarnos y actuar a tiempo. Las compañías tenemos mucho por trabajar, pero con la convicción de que la responsabilidad que tenemos es igual de grande que el impacto que podemos lograr repensando nuestra forma de producir y consumir. Ya no se trata de sostener o mantener lo que ya está, sino de impulsar la recuperación del ecosistema y las comunidades. 

 

Hoy se trata de transformar y recuperar el tiempo que perdimos, o el tiempo que aún tenemos. Podemos generar el momento bisagra para que, dentro de 50 años, cuando recuerden el primer Día del Medio Ambiente, el curso de las cosas haya cambiado y alcancemos un desarrollo sostenible que implique estar en equilibrio con el mundo que habitamos. Necesitamos impulsar esa transformación cultural lo más rápido posible.

 

*La columna fue escrita por Martín Ticinese, presidente de Cervecería y Maltería Quilmes