Eco- ansiedad: una preocupación que persiste y requiere actuar urgente

Cada vez más personas sienten ansiedad e impotencia cuando piensan en el futuro del planeta. La crisis climática ya no es solo una cuestión de datos, es una cuestión emocional profunda, un espejo del futuro cuando se intenta imaginar cómo será la vida dentro de unos años.

A esto se le llama eco ansiedad, una preocupación persistente sobre el estado del planeta y las consecuencias de esta crisis climática; que sigue empeorando. Durante mucho tiempo, se concibió  a las personas y a la naturaleza como dos cosas separadas y el progreso de la sociedad se midió por cuánto extraíamos, no por cuánto cuidábamos o mitigábamos. Esto alimentó la destrucción ambiental, y nos trajo innumerables consecuencias a nivel social, humano y hasta cultural. En este mundo crecieron las generaciones que hoy padecen ese vacío emocional en el que crece la eco ansiedad: cuando sabemos que el planeta está en peligro, pero sentimos que no hay mucho que podamos hacer, que lo que hacemos no está a la altura de las circunstancias o que nada será suficiente para cambiar una realidad preocupante.

La crisis climática, que es resultado de esta enorme crisis de las personas con la naturaleza y entre sí, fue ganando terreno en los espacios de discusión y decisión: empresas, sociedad civil, sector público, se apropiaron del término para visibilizar una realidad innegable. Esta mirada dio paso a los movimientos por la ecología y luego a la sustentabilidad: la norma era reducir, compensar, mitigar. Si bien este enfoque fue un avance necesario, hoy ya no alcanza. 

 

No basta con hacer menos daño. El desafío de esta era es otro: el de regenerar. Es decir, reconstruir y reequilibrar los vínculos de las personas con lo que las rodea y cambiar la lógica. En este contexto, nosotros desde Natura por ejemplo presentamos nuestra Visión 2050 como una hoja de ruta que busca convertirnos en una empresa regenerativa para mediados de siglo. Buscamos crear valor integralmente, desde adentro hacia afuera y en conjunto con otros, para la naturaleza, las personas y el planeta. El objetivo es promover cambios sistémicos que contemplen una actuación colectiva porque creemos que es la única manera de lograr cambiar la realidad. Queremos que cada aspecto de nuestra actuación sea, en sí mismo, generador de impacto positivo.

Esta ambición busca cambiar de raíz el mindset de cómo comprendemos hoy el mundo de los negocios, traer una nueva lógica, conectada con el contexto y con lo que preocupa a las personas. En tiempos donde esta eco-ansiedad se siente como una carga individual, buscamos traer propuestas comunes de acción colectiva que nos devuelvan un imaginario de prosperidad, más optimista y esperanzador: donde se sanen los vínculos y potenciemos esfuerzos. 

Si trabajamos en modelos de negocio que persigan esta lógica, que se consideren parte de un todo interdependiente, lograremos construir una relación más consciente con la naturaleza, con una visión a largo plazo que siente otras bases también para las generaciones futuras. Tenemos aún margen para transformar ese miedo que nos anestesia en acción transformadora y sobre todo, en esfuerzos colectivos.
 

La autora es Gerenta de Sustentabilidad de Natura Argentina