La oficina se reinventa: del espacio físico al ecosistema de experiencias
En un contexto económico incierto y con nuevas dinámicas laborales, las compañías redefinen el rol de sus espacios de trabajo. Cushman & Wakefield revela las claves de esta transformación: personas en el centro, flexibilidad y colaboración como motor.

El Real Estate Corporativo enfrenta un cambio profundo. Si bien el costo continúa siendo el principal factor que guía las decisiones, es claro que las personas, su bienestar y la cultura organizacional están ganando protagonismo en las estrategias empresariales. 

Así lo revelan dos recientes estudios de Cushman & Wakefield, empresa global de servicios inmobiliarios corporativos , que muestran que la oficina ya no se concibe solo como un gasto ni como un espacio físico, sino como un ecosistema que debe generar experiencias significativas, impulsar la colaboración y convertirse en un activo estratégico para atraer y retener talento.

Según el informe Qué buscan los ocupantes, el costo sigue siendo el principal motor de las decisiones de Real Estate Corporativo (CRE). Sin embargo, la incertidumbre económica y política, sumada a la redefinición del rol de la oficina, condiciona las estrategias. Un dato clave es que casi un tercio de las compañías que modificaron su estructura de reporte hizo que el CRE pase a depender de Recursos Humanos, lo que refleja un cambio hacia una agenda más centrada en las personas, la cultura y la experiencia.

Históricamente, explican desde Cushman, las compañías pusieron el foco en el costo de sus oficinas al momento de definir dónde instalarse y hoy no es la excepción. En esta nueva etapa, la presencialidad volvió para quedarse bajo un esquema híbrido que en promedio contempla al menos tres días por semana en la oficina. "Sin embargo, este regreso supuso un desafío: cómo garantizar entornos que promuevan la productividad sin descuidar el bienestar de los colaboradores. En este punto, el área de Recursos Humanos adquirió un protagonismo central. Su rol no solo se orienta a cuidar la experiencia de los empleados, sino también a favorecer la fidelización y el desarrollo del talento, factores claves para la competitividad de cualquier organización", analiza Mercedes Pagliettini, broker senior de Cushman & Wakefield.

El regreso a las oficinas supuso un desafío: cómo garantizar entornos que promuevan la productividad sin descuidar el bienestar de los colaboradores.

En paralelo, otro estudio sobre experiencias señala que la oficina ya no es solo un espacio físico, sino un ecosistema donde convergen cultura, tecnología, diseño y comportamiento. Los empleados acuden a ella principalmente para colaborar, fortalecer vínculos y conectar con la cultura organizacional. Sin embargo, solo seis de cada 10 sienten que su oficina cumple efectivamente con esos propósitos.

El principal desafío a superar para que cada vez más empleados sientan una conexión entre la oficina y su propósito, es la falta de alineación entre el diseño del espacio y las nuevas dinámicas de trabajo: "En algunos casos, se intenta replicar modelos de otras compañías sin considerar el tipo de trabajo, el sistema operativo y la cultura propia. Si el propósito es fomentar la colaboración y la cultura, debemos entender que habrá tantas oficinas como culturas organizacionales", dice Jeanette Motok, gerente de Project Management de Cushman & Wakefield, quien menciona como otro punto clave a la comunicación: si los empleados no comprenden el propósito del espacio o no se sienten parte de su construcción, difícilmente lo adopten. 

Flexibilidad y estabilización del mercado

Los resultados muestran que la flexibilidad es hoy el nuevo estándar. Según Qué buscan los ocupantes, el 61% de las empresas amplió su alcance geográfico de contratación y un 24% ya no exige presencialidad. Al mismo tiempo, tras años de reducción post pandemia, la contracción de portafolios se modera: solo un 32% planea nuevas bajas, mientras que un 13% proyecta expandirse. La ocupación promedio se estabiliza entre el 51% y el 60%, impulsada por políticas más estrictas de regreso a la oficina.

Mercedes Pagliettini, broker senior de Cushman & Wakefield.

"La flexibilidad llegó para quedarse, y es la moneda de cambio hoy en día. Si bien su implementación puede variar según la industria y la cultura corporativa, es un beneficio más que se pone sobre la mesa, en igual peso que el salario y las vacaciones", menciona Motok, y explica que lo importante debe ser sobre cómo se trabaja en los días de oficina. "Las organizaciones que entienden esto, están invirtiendo en espacios que acompañen esas necesidades, creando áreas que prioricen la productividad y el bienestar de igual modo, y eso tiene un impacto directo en la atracción y fidelización de talento", amplía.

De la oficina como costo a la oficina como servicio

Ambos informes coinciden en que los propietarios tienen una oportunidad estratégica. Según Qué buscan los ocupantes, el 85% de las empresas espera mayor apoyo de los dueños de los inmuebles, y el 46% está dispuesto a pagar más por mejores amenities, servicios y experiencias que aporten valor.

"En un contexto donde los inquilinos buscan espacios modernos, eficientes y adaptados a nuevas formas de trabajo, la inversión proactiva de los propietarios no solo favorece la retención de los actuales ocupantes, sino que también amplía las oportunidades de atracción de nuevos clientes. En definitiva, el mantenimiento y la innovación se convierten hoy en herramientas estratégicas para quienes quieran asegurar la vigencia y rentabilidad de sus inmuebles en el mediano y largo plazo", asegura Pagliettini.

Jeanette Motok, gerente de Project Management de Cushman & Wakefield.

Entre los amenities más valorados se destacan las salas de reuniones y conferencias, que brindan flexibilidad para encuentros corporativos de distinta escala; los comedores comunes; y gimnasio, que contribuyen a promover hábitos saludables y mejorar la experiencia del día a día laboral.

A estos factores se suma la sustentabilidad. Si bien no se trata de un amenitie en sí mismo, que el edificio cuente con certificaciones ambientales como LEED o Well es considerado un plus diferencial y, en algunos casos, un requisito indispensable, especialmente para compañías multinacionales que buscan alinear su operación con estándares globales de responsabilidad ambiental.

Por otro lado, el estudio sobre experiencias agrega que la oficina debe convertirse en un destino con propósito: un lugar al que los empleados quieran ir y no solo al que deban asistir. Para lograrlo, propone cinco ejes de acción: inclusión de la neurodiversidad, consideraciones sensoriales, comportamiento y cultura, variedad y flexibilidad, e integración tecnológica. Estos factores, integrados en una estrategia coherente, permiten transformar la oficina en un activo estratégico que potencia la productividad y fideliza al talento.

La conclusión de Cushman & Wakefield es clara: el sector se encuentra en un punto de inflexión. El costo seguirá siendo importante, pero las decisiones más efectivas serán las que logren equilibrar métricas financieras con variables humanas, culturales y de bienestar. Diseñar experiencias significativas en los espacios de trabajo ya no es opcional, sino un imperativo estratégico para atraer y retener talento en un mercado cada vez más competitivo.