Tienen menos de 43 años, pero ya figuran en la lista Forbes 400. Algunos crearon empresas desde cero, otros apostaron temprano a proyectos que explotaron y uno solo heredó su riqueza.
Los cambios bruscos del mercado y el sorprendente aumento desde los primeros días de la pandemia Covid-19 han hecho que muchos millennials sean ávidos inversores, y nadie se ha beneficiado más de su obsesión por las acciones de memes y la criptomanía que algunos de sus pares jóvenes.