Viaje a los confines del océano
Por sus constantes esfuerzos para explorar y proteger los arrecifes de coral más profundos, Luiz Rocha recibió el Premio Rolex a la Iniciativa 2021, lo que le permitirá al experto mundial en ictiología concretar nuevas misiones en las Islas Maldivas con el objetivo de proteger ecosistemas marinos.

Cuando sus amigos de la infancia idolatraban superhéroes, Luiz Rocha se convirtió en fan del biólogo marino Jaques Cousteau. En su João Pessoa natal, en Brasil, dedicaba su tiempo libre a construir balsas artesanales para poder sumergirse lejos de la orilla. Lo que más quería en el mundo era pasar tiempo cerca de los peces. "Empecé a hacer snorkel y poco a poco comencé a bucear. Quería llegar cada vez más profundo; desde muy pequeño quise comprender mejor el océano y descubrir más cosas sobre él", confiesa Rocha. 

Hay pasiones del conocimiento a las que vale la pena dedicarles la vida. Rocha decidió que lo suyo era explorar los mares. Ya participó de 70 expediciones científicas, la mayoría comandadas por él mismo. "Decidí ser biólogo a los cinco o seis años, y siempre sentí esa atracción por salir al océano y admirar la vida marina", confiesa quien hoy se siente orgulloso de haber sido Laureado en el Premio Rolex a la Iniciativa 2021. El reconocimiento es un apoyo a su labor de dos décadas como buzo fuera de serie. Rocha logra hazañas difíciles de concretar, llega a profundidades récord para investigar nuevas formas de vida y ahora se propone ir por más. 

Que la mayoría de arrecifes coralinos de aguas profundas del mundo (entre 30 y 150 metros) sean un misterio es algo que obsesiona a Rocha. Conocidos como ecosistemas mesofóticos, permanecen casi inexplorados. Por eso, después de hundirse en el Atlántico, el científico se propone develar los misterios del océano Índico. Rocha planea realizar esta expedición pionera en el mar que rodea las islas Maldivas, consideradas durante mucho tiempo como uno de los últimos refugios de coral de la Tierra. Su plan es estudiar y dar a conocer los arrecifes de aguas profundas y la multitud de especies que los habitan para defender su conservación. "En el Océano Índico no hay estudios sobre arrecifes a más de 60 metros de profundidad. Así que ese fue uno de los principales motivos que me impulsaron a elegir esta región para hacer este trabajo", afirma. 

Luiz Rocha, Laureado de Rolex. Crédito: Justin Grubb

También se propone investigar sobre la idoneidad para albergar especies en peligro de extinción procedentes de arrecifes más superficiales que están amenazados por el calentamiento global. "Quiero protegerlos porque son productos únicos de un proceso evolutivo de millones y millones de años. Para mí es arte", señala. 

Rumbo a lo desconocido

Además de 6.000 horas bajo el agua, Rocha tiene un currículum lleno de títulos y logros. Doctorado en Pesca y Ciencias Acuáticas en la Universidad de Florida, hoy es Full Curator en la Academia de Ciencias de California y se lo considera una eminencia internacional en ictiología (el estudio de los peces). 

Su fascinación por estudiar la evolución de las criaturas marinas que viven en los arrecifes de coral lo llevaron a convertirse en uno de los pocos en visitar la misteriosa y poco explorada "zona crepuscular" o "twilight zone". Entrar en el área mesofótica de los océanos es arriesgado, exigente a nivel técnico y físico, y requiere un alto grado de preparación, destreza y profesionalismo.

De hecho, Rocha es uno de los pocos científicos en el planeta que están capacitados para bucear en las profundidades mesofóticas más bajas. El Laureado por Rolex domina la inmersión extrema y alcanza hasta 150 metros por debajo de la superficie donde casi no hay luz. Para conseguir esas hazañas, requiere un equipo respiratorio especial que limpia de dióxido de carbono las exhalaciones antes de recircular el aire al buceador. 

Luiz Rocha ya participó de 70 expediciones científicas. Crédito: Rolex/Bart Michiels

"Llegar hasta el fondo, que puede estar entre 100 y 150 metros, toma entre cinco y 10 minutos. Después tenemos entre cinco y 10 minutos de trabajo de alta intensidad, con mucha adrenalina, muy estimulante. Tenemos que hacer un seguimiento de todos los sistemas para asegurarnos de que el reciclador funcione a la perfección; de lo contrario, estamos perdidos. Así que tenemos ese tiempo para capturar o tomar fotografías de peces antes de tener que comenzar el ascenso. Dependiendo de la profundidad, esto puede demorar hasta cinco horas", detalla. 

El experto intuye que hay una gran variedad de peces por descubrir. En el Océano Pacífico, por ejemplo, se encuentran hasta 10 nuevas especies por hora de exploración de los arrecifes de aguas profundas, y prevé que las cifras en los ignotos arrecifes de las Maldivas sean aún más altas. 

Bosques sumergidos

Casi el 25% de la totalidad de la vida marina depende de los arrecifes en algún momento de su ciclo vital. Si bien no son tan conocidos como sus contrapartes de aguas poco profundas, los ecosistemas de coral mesofóticos desempeñan un papel igual de importante en la provisión de alimento y refugio para innumerables especies. 

Al disponer de tan poca información sobre ellos, los arrecifes de aguas profundas son olvidados o descuidados por quienes deberían legislar para protegerlos. En sus expediciones submarinas, Rocha observó con creciente desolación el deterioro de los mares, la invasión de la basura, los fondos asolados por la pesca de arrastre. Para frenar el desastre, se embarcó en regenerar el mundo natural mediante el desarrollo de nuevos conocimientos sobre estos entornos vulnerables. 

El proyecto del ictiólogo incluirá tres expediciones a lo largo de dos años en colaboración con el Ministerio de Pesca de las Maldivas. Su primera tarea es adentrarse en las profundidades crepusculares, cartografiarlas y descubrir exactamente lo que albergan y obtener datos sobre las variaciones por cambios de temperatura prolongados. 

Luiz Rocha planea tres expediciones nuevas en tres años. Crédito: Tane Sinclair-Taylor

Los arrecifes profundos pueden contener nuevas sustancias químicas para la medicina humana, y son una fuente importante de alimento para las naciones insulares. El apocalipsis de los arrecifes de coral abarca el planeta entero, pero nadie repara en él porque está sucediendo fuera de la vista. Los descubrimientos del experto buceador servirán para visibilizar la importancia de explorar y protegerlos. "El proyecto encarna realmente ese espíritu de exploración, descubrimiento y conservación tan esencial para Rolex”, afirma. 

Rocha confía en que el Premio le aporte mucho más que financiación. Está seguro de que atraerá publicidad internacional y la posibilidad de que organizaciones y medios hagan foco en su trabajo. Resulta inspiradora la tarea de este científico que trabaja en laboratorios, barcos y debajo del agua. "Cualquiera puede convertirse en explorador del océano", asegura con entusiasmo este activista de la belleza del mundo natural que se niega a aceptar pasivamente los efectos letales del calentamiento global y que mantiene intacta la energía y el optimismo de los exploradores y los aventureros de la ciencia.