Por qué las tecnologías emergentes son clave para el desarrollo

Los tiempos en que las empresas latinoamericanas esperaban a que sus pares europeas, norteamericanas o asiáticas probaran las nuevas tecnologías y obtuvieran resultados para recién después intentar implementarlas en la región parecen hoy por hoy prehistóricos. En efecto, las organizaciones con sede en nuestros países se vuelven cada vez más proclives a experimentar nuevas alternativas, al tiempo que la infraestructura digital de Lati - noamérica se vuelve más robusta.

Esto ocurre en un contexto en que la aceleración de la transformación digital y la adopción de tecnologías emergentes multiplican las oportunidades. Por ejemplo, permiten acceder fácilmente a mercados en cualquier rincón del mundo, ganar eficiencias a través de la automatización de procesos o atacar uno de los problemas re - currentes del tejido empresarial de la región: la baja productividad, una preocupación que afecta al menos a la mitad de los ejecutivos latinoamericanos, según un estudio de Harvard Business Review Analytic Services con NTT DATA.

En simultáneo, aparecen también enormes desafíos: desde satisfacer consumidores informados y cada vez más exigen - tes, que buscan conseguir lo que necesitan en apenas unos pocos clics y con la mejor experiencia posible, hasta más posibilidades de que aparezca un disruptor en el mercado en el que actúen, apalancado en estas nuevas tecnologías.

Las tecnologías emergentes pueden ser la llave para el desarrollo de Latinoamérica. Los ejemplos sobran y se multiplican conforme maduran las diferentes innovaciones.

La computación de borde (la de mayor adopción a nivel regional, con un 65%) lleva al procesamiento al mismo lugar en que se producen y se consumen los datos, permitiendo expandir el negocio sin perder desempeño. La robótica avanzada juega un papel fundamental para eliminar las ineficiencias, el trabajo manual y los errores humanos. La inteligencia artificial es fundamental para predecir escenarios, garantizar el suministro aun en caso de disrupciones y anticipar las necesidades de los clientes. 

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El blockchain habilita cadenas de valor trazables de extremo a extremo. La computación cuántica pone en carrera a las empresas regionales que quieran ahondar en investigación y desarrollo. Los gemelos digitales son ideales para explorar nuevos procesos y hasta modelos organizacionales completos a muy bajo costo y sin riesgos: las innovaciones se prueban en un ambiente virtual que imita al real y solo se implementan en este último cuando su eficacia está comprobada.

Con una alta adopción

 

El camino ya se está recorriendo: la adopción de tecnologías emergentes es elevada en nuestros países. El estudio muestra que el 90% de los ejecutivos de Latinoamérica las consideran importantes para el futuro de su negocio, un 87% las capitalizó durante los últimos dos años para obtener mejores resultados de negocios, y un 88% asegura que, en función de los beneficios, la inversión valió la pena.

Este conjunto de datos nos permite conjeturar que las empresas de la región no solo están implementando este tipo de innovaciones, sino que también están logrando extraer de ellas el máximo valor agregado. Los beneficios mencionados incluyen me - joras en la reputación de marca, el incremento de ingresos y de rentabilidad y una mayor retención de clientes. No en vano el 90% afirma que piensa incrementar el monto invertido en tecnologías emergentes durante el próximo año.

 

El trayecto no está exento de obstáculos: la falta de talento y skills asociados a estas tecnologías es un problema que aqueja al 73% de las empresas. Las tecnologías emergentes constituyen aquí una paradoja: en tiempos de trabajo a distancia y una competencia global por los recursos humanos que no registra precedentes, ser una empresa moderna, innovadora y que apuesta por proyectos desafiantes es un imán para atraer candidatos. La capacitación continua con estrategias de upskilling es otra alternativa para que los colaboradores sin capacidades digitales puedan reconvertirse profesionalmente para estar al tono con los tiempos que corren y, al mismo tiempo, suplir la enorme escasez que sufre el mercado.

 

Aparecen otras barreras de tipo cultural, como la incapacidad de alinear las nuevas herramientas con los objetivos del negocio, la resistencia al cambio o la falta de compromiso por parte de los líderes organizacionales. Para resolver estos conflictos, las empresas de la región deciden mayormente abrazar una cultura innovadora, por un lado, y apelar al trabajo conjunto con socios tecnológicos que los acompañen en el complejo recorrido hacia la transformación digital.

Tal vez la lección más importante consiste en entender cuál es el impacto real que cada una de estas tecnologías emergentes produce en el negocio, en la plantilla de colaboradores, en los clientes, en el ecosistema de partners, en la cadena de valor y en la comunidad en general. En un mundo que se transforma de manera vertiginosa, las empresas latinoamericanas se encuentran transitando precisamente esos aprendizajes para avanzar a toda marcha en dirección hacia el futuro.