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Entrevista exclusiva a Domingo Cavallo: "No creo que la inflación baje mucho más que el 8%"

Lucas Llach Economista, ex vicepresidente del Banco Central y del Banco Nación.

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El tipo de cambio, cómo bajar la inflación y la importancia de explicar las reformas, según el "padre de la Convertibilidad".

18 Abril de 2024 10.00

En los '90, todos recordamos la convertibilidad y un montón de reformas que acompañaron en simultáneo. ¿Cuál es tu opinión sobre la relación entre las reformas y la estabilización, pensando en la Argentina de ahora? ¿Cómo ves esa interacción y esa secuencia?

Siempre pensé que el crecimiento económico requiere de un clima de estabilidad, pero sobre todo requiere de evitar distorsiones de precios relativos que obliguen a aislar a Argentina del mundo. En el libro que escribí, Historia económica de Argentina, enfatizo mucho la existencia permanente de un sesgo antiexportador. Es algo que también enfatiza mucho Pablo Gerchunoff, pero con un enfoque diferente -habla del tipo de cambio real y evitar las sobrevaluaciones, y que cuando se deteriora el tipo de cambio real se crean problemas. Yo creo que el sesgo antiexportador tiene que ver con las restricciones al comercio que derivan de restricciones cuantitativas en las importaciones, retenciones a las exportaciones, la no devolución de los impuestos internos que se gravan los procesos de producción y que, si no se devuelven al exportador, se desalienta toda esa actividad exportable. Le asigno mucha importancia para la sostenibilidad de la estabilización y el crecimiento hacer el máximo esfuerzo para remover el sesgo antiexportador de la economía. Me gusta la idea de Adolfo Sturzenegger de tratar de eliminar todo tipo de distorsiones. Pero cuando uno tiene que estabilizar y viene de una alta inflación, sobre todo de un período de estanflación como el que hemos estado viviendo, habría que haber priorizado las reformas o la desregulación y la eliminación de distorsiones relacionadas con el comercio exterior. Por eso el plan que se está aplicando tiene muy buenas intenciones y es muy bueno que se ponga tanto énfasis en el equilibrio fiscal para eliminar la inflación, pero veo como talón de Aquiles el hecho de que se introdujeron distorsiones adicionales.

Impuesto País, por ejemplo…

Claro. Y se querían meter más retenciones. Pese a que al gobierno le pareció mal, fue beneficioso que no pusieran más retenciones. La desregulación y la eliminación de impuestos distorsivos son claves para que el país vuelva a crecer y cuanto más amplio sea el proceso de desregulación, mejor. Pero habría que haber comenzado con la desregulación más relevante para el proceso de estabilización y eso no ocurrió.

Hay un dilema con lo fiscal, porque Argentina tiene una estructura de aranceles muy altos. Como una maldición donde el gobierno nacional quiere capturar del comercio exterior…

Pero el Impuesto País, por ejemplo, podría haberse evitado. No digo bajar los aranceles, que en realidad no son tan altos, son más bien las restricciones cuantitativas que hay, el hecho de que el importador no puede comprar divisas. Las retenciones que todavía existen son también distorsivas. Cuando se piensa en términos de tipo de cambio real para los exportadores, algunos dicen: “Bueno, ahora está tendiendo a ser tan bajo como en la década del '90”. Pero ahí además de que no había retenciones había reintegro de impuestos internos para todos los sectores (en particular para la industria) y eso era importante en términos de que la actividad industrial pudiera también avanzar por vía de las exportaciones. La clave de un proceso de industrialización exitoso es que las empresas industriales puedan exportar, estén alentadas a hacerlo y de paso abastezcan al mercado interno.

¿Te sorprendió la inflación? ¿La velocidad a la que se movió? 

Había previsto en un ejercicio de simulación que hice que en abril ya tendríamos alrededor de 8% de inflación mensual. Ahora, no creo que después baje mucho más, porque hay que tener en cuenta que hay una inercia aun cuando se elimine el déficit fiscal. Sería suficiente con que desaparezca el déficit fiscal primario. Pretender que desaparezca el déficit fiscal financiero que incluye los pagos de intereses es un poco exagerado, pero en buena hora si lo consiguen. Pero después, para bajar más drásticamente y en forma completa (erradicar) la inflación, va a ser necesario un plan de estabilización. Ahora, no se puede pensar en un plan de estabilización con un sistema cambiario como el que todavía tenemos. Es fundamental, para estabilizar, que funcione un mercado único y verdaderamente libre de cambios, que no haya restricciones al movimiento de capitales y que no haya desaliento a exportaciones por vía de que el tipo de cambio de exportación sea inferior al financiero o cualquier otro libre. Ahora, para avanzar a la unificación y liberalización del mercado cambiario, lo primero que habría que hacer es eliminar las restricciones al movimiento de capitales, el cepo financiero.

¿Cómo sería ese sistema de cambio que imaginás para una transición?

Una transición que cuanto más corta, mejor. El equipo económico está contento porque cree que se está cerrando la brecha. Pero el tipo de cambio contado con liquidación no es realmente libre porque hay muchas restricciones. Y eso también hace que la intermediación financiera en dólares esté restringida. Es difícil pensar en que la gente va a depositar dólares en los bancos sabiendo que va a haber restricciones para el uso de esos dólares. Además, los bancos pagan 0% de interés a los depósitos en dólares. 

Que ya es poco a nivel internacional. No es lo mismo que hace unos años…

La gente puede conseguir sin mucha sofisticación financiera 5% de intereses en dólares depositando en el exterior. El hecho de que haya restricciones para el movimiento de capitales provoca una especie de represión financiera, por lo menos para la intermediación con dólares. Por lo tanto, si la gente decide que su ahorro lo va a poner en dólares, no los va a canalizar al sistema financiero argentino y de alguna manera va a estar induciendo salida de dólares. Cuando les hice este comentario a los que tienen que tomar decisiones en esta materia, me dicen que tienen miedo de que el tipo de cambio salte demasiado. No creo que salte mucho, porque si bien va a ser más caro para los que quieren sacar capitales, también va a ser más alto para los que quieran entrar capitales, y se va a encontrar un equilibrio que no va a ser al nivel del tipo de cambio contado con liqui actual, quizás sería un poco más elevado. Pero después, esa brecha, en la medida en que se vaya cerrando por entrada de capitales, va a ser la mejor forma de avanzar hacia una unificación que permita luego estabilizar el tipo de cambio por entrada de capitales y a su vez acumulación de reservas, porque el BCRA para evitar una apreciación exagerada va a comprar reservas. Esa es la mejor forma de avanzar hacia una estabilización. 

Ves que aterriza la tasa de inflación en algún momento de un dígito alto, pero que no alcanza con la política fiscal y monetaria para que baje de esos niveles…

Hay que quebrar la inercia inflacionaria.

Es una visión no tan ortodoxa, si se quiere…

En los '80, acá la inflación era muy, muy alta. También en Brasil y en muchos otros países había inflación. En una conferencia en Israel, hicieron una presentación Pérsio Arida y André Lara Resende, brasileños que luego fueron inspiradores del Plan Real. Argumentaban que el origen de la inflación no era tanto fiscal o monetario, sino por inercia inflacionaria. Y la síntesis que hizo Rudiger Dornbusch fue: tenemos un nuevo tipo de inflación, la inflación inercial, y hay que pensar en cómo se quiebra la inercia. Había distintas posiciones y apareció la idea de una reforma monetaria que convenciera a la gente de que la nueva moneda iba a hacer posible eliminar la inflación. En función de eso es que empecé a buscar algo como lo que terminó siendo la convertibilidad. Los brasileños simultáneamente buscaron esta forma de crear el real virtual y después converger al real, con un esquema no muy diferente a nivel conceptual al nuestro. En Israel avanzaron más por el lado de las políticas de ingreso junto con el equilibrio fiscal con un acuerdo de todas las fuerzas políticas. Quebrando la inercia inflacionaria, un manejo monetario y fiscal ortodoxo (digamos así) te asegura que se mantiene baja. Pero cuando se parte de tasas de inflación aunque sean de un dígito (más cercanas a 10 que 0), es imprescindible un plan de estabilización.

Seguís creyendo en un cambio de régimen…

Claro.

Entre las opciones, está la Convertibilidad, Plan Real, dolarización… ¿Otra cosa? ¿Qué te atrae más?

La dolarización es solamente en caso de que no haya absolutamente ninguna otra alternativa, que es lo que pasó en Ecuador. El sistema bimonetario funcionaba, pero como nunca pudieron equilibrar las cuentas fiscales y había un problema con bancos que habían abusado de la libertad para transferir dólares al exterior y una serie de inconvenientes más de fondo, se tornó imposible estabilizar el sucre frente al dólar. No había otra alternativa que dolarizar si se quería evitar la hiperinflación y crear un clima de estabilidad. En Argentina todavía hay que intentar con un régimen a la peruana, donde convivan el dólar y el peso, manejando bien la política monetaria, que en ese caso va a tener más instrumentos de lo habitual porque se va a poder controlar la expansión del crédito en pesos y en dólares, se van a poder poner encajes diferenciales, incluso las tasas de interés se van a poder manejar con operaciones de mercado abierto en las dos monedas. 

¿Pero le tenés fe al peso compitiendo en primera división? ¿O es una manera de decir: “Te doy esta última oportunidad, pero no te tengo tanta fe”?

No, no. Con el énfasis que se está poniendo en el equilibrio fiscal, y si los ajustes de salario, jubilaciones y de alquileres tienden a hacerse mensualmente… Si los contratos se hacen a plazos relativamente largos (trimestres, semestres o, peor, a un año) tienen que incorporar una tasa nominal en función de la expectativa de inflación de ese período. Entonces, si uno quiere quebrar la inercia inflacionaria se encuentra con que, suponiendo que tenga éxito, se va a producir una transferencia de los que se obligaron a pagar incorporando esa tasa nominal de interés muy alto hacia los que tienen que cobrar. Y eso crea una serie de injusticia, incluso puede mandar a gente a la quiebra.

La indexación mensual hace que no haya ni precios muy adelantados ni precios muy atrasados…

Exacto. Que sea fácil. Si uno logra que la inflación baje drásticamente, no quedan contratos demasiado desfasados. Si no, hay que aplicar el desagio de Sourrouille, que fue una buena idea para ese momento. Pero que si se puede evitar, como lo evitamos en la convertibilidad, facilitaría el descenso de la inflación.Hay que conseguir que se estabilice el tipo de cambio. Para fijarlo de manera creíble, o tenés un régimen como el de la convertibilidad (que tenés las reservas para afrontar) o tenés que contar con ayuda que te permita estabilizar. Pero el FMI no es partidario de darte reservas para que fijes el tipo de cambio. Entonces, no es una cuestión sencilla. Hay que intentar estabilizar el tipo de cambio con política monetaria y sin exagerar. Porque, por ejemplo, cuando fuiste vicepresidente del BCRA después de la unificación (que fue una operación muy exitosa), en mi opinión se asustaron porque había llegado a $ 16 y decidieron producir un aumento de la tasa de interés. Para mí eso fue equivocado…

Coincido (ex post)

Consiguieron que bajara a $ 14, pero era por inducción de entrada de capitales demasiado atraída por la tasa de interés. Lo bueno hubiera sido que se estabilizara el tipo de cambio. Y en ese sentido este equipo económico no va a cometer ese error, sino el opuesto, porque forzó la baja de la tasa de interés, que tampoco es apropiado. Una vez que unifiquen y liberalicen el mercado cambiario, tienen que empezar a manejar la política monetaria. Ojalá que para ese entonces el déficit fiscal sea 0. Pero no se puede decir que en ese momento no se va a emitir más dinero, al contrario, si se da la posibilidad de que se compren reservas porque se está apreciando demasiado el tipo de cambio, hay que intervenir. Ahí se da la oportunidad de acumular reservas y va a haber que comprarlas con emisión de pesos. Algo que no entiendo de lo que surge confusamente del discurso de Caputo es que va a llegar un momento en que no se va a emitir más dinero y que la remonetización de la economía se va a tener que dar inexorablemente por entrada de dólares. Para comprar las reservas va a haber que emitir.

Cavallo y Lucas Llach
Lucas Llach y Cavallo.

Sí, pero no emitir para el fisco…

Pero emitir va a haber que emitir. Ojalá se tenga que emitir para acumular reservas y evitar una apreciación exagerada del tipo de cambio.

Ves como recomendable la indexación o la fijación mensual de los precios, pasar por una transición de doble mercado cambiario muy libre en lo financiero hasta unificar y la economía llega ahí ordenada todavía teniendo que bajar la inflación de un dígito alto a uno bajo, ahí con las herramientas monetarias evitando apreciación…  

Evitando una apreciación fuerte, aprovechando la tendencia a la apreciación que ojalá se dé en ese momento, para acumular reservas. Hay que tener presente que ante una unificación del mercado cambiario, el BCRA ya no va a poder comprar reservas por vía de limitar las importaciones y hacerse de las reservas de exportación.

Pero si no estás emitiendo para el fisco, lo más probable es que la economía necesite esos pesos que el BCRA puede abastecer comprando reservas, ¿no?

Así es. Esa es la clave del éxito, que a partir de ese momento acumule reservas por compra para evitar una apreciación.

Como pasó en la convertibilidad, de alguna manera más automática…

Claro. El régimen de convertibilidad fue también bimonetario. Mucha gente cree que solo existía el peso convertible, pero no, autorizamos que también se pudiera llevar toda la operación de intermediación financiera en dólares. O sea, fue un sistema bimonetario, lo que pasa es que para estabilizar el tipo de cambio encontramos este mecanismo de la caja de conversión…

¿Pero eso no lo recomendarías para lo que viene? Suponete que tuvieras las reservas porque las acumulaste, ¿no irías a una neoconvertibilidad? ¿Te parece innecesario?

Un régimen bimonetario es un régimen de convertibilidad, porque se puede pasar de una moneda a otra.

Me refiero al componente de tipo de cambio fijo.

Si uno lo puede evitar al tipo de cambio fijo como compromiso total… En la convertibilidad, el tipo de cambio fijo era para evitar devaluaciones, pero no para evitar la apreciación. En 1997, cuando hubo una fenomenal entrada de capitales, a pesar de la crisis asiática, los bancos estaban muy líquidos y eso no fue bueno porque se les ocurrió empezar a prestarles a las provincias. Además, como había una campaña electoral donde uno de los candidatos era el gobernador de la provincia de Buenos Aires, esta liquidez de los bancos llevó a que las provincias se endeudaran para financiar déficit y aumento de gasto. Y a partir de ahí habría que haber dejado flotar, porque después venían las crisis rusa, la de Brasil, que requerían que el peso se depreciara. Pero una cosa es que una vez que uno ha admitido flotación se produjo una depreciación por un shock externo y otra cosa es que se produzca una crisis monetaria donde se dice: “Hay que abandonar un tipo de cambio fijo”. Y para colmo si se hace disponiendo que todos los contratos en dólares se transformen en contratos en pesos, como pasó en 2002. Eso es un desastre. Pero cuando me convencí de que la convertibilidad con tipo de cambio fijo era la solución en aquel momento podríamos haber hecho una dolarización total porque teníamos la reserva para comprar toda la base monetaria. En el mundo académico no se hablaba tanto de caja de conversión, sino de dolarización para salir de la hiperinflación. Había un clima dolarizador. A mí me pareció más prudente la convertibilidad porque quería preservar el peso, que fuera una moneda creíble en sí misma. Siempre pensé que había que dejar competir al peso. Es difícil que una moneda, después de un proceso donde hubo una dolarización de hecho por la inflación, vaya a desaparecer porque uno obliga a que desaparezca. Si uno intenta obligar a que desaparezca el dólar como moneda lo que va a conseguir es que siga existiendo…

¿Cómo ves políticamente al gobierno de Milei hacia adelante en este contexto?

Me siento incapaz de dar una opinión objetiva. Porque también intenté avanzar hacia la presidencia, fui candidato. Y por meterme en el gobierno de De La Rúa (creí que iba a poder ayudar a resolver el problema), quemé las naves en política. Pero mi concepción era que un partido liberal como el que promoví (Acción por la República) tenía que jugar por un tiempo el rol que jugaba el partido liberal en Alemania, con la socialdemocracia de un lado (el radicalismo), el socialcristianismo del otro (supuestamente el peronismo) y yo mediar para que si se formaba un gobierno tuviera el ingrediente liberal, que se lo íbamos a dar nosotros. Si tenía éxito formando parte de las coaliciones y ayudaba, posiblemente en una segunda etapa podría acceder a la presidencia. Pero Argentina es otra cosa. Milei, con una metodología totalmente inédita, logro 56% de los votos en la segunda vuelta. Es extraordinario lo que logró. No me siento mucho en capacidad de decir: “El mecanismo que utilizó para llegar a la presidencia no es el más apropiado”. Acertó respecto a cómo acceder a la presidencia.

Ahora, para gobernar, sigo pensando que hay elementos que no está teniendo en cuenta: no podés gobernar a los latigazos, tenés que persuadir, convencer, explicar todo con mucho detalle. Por ejemplo, las reformas estructurales que están en el DNU y el primer proyecto de Ley Ómnibus. Está bien las leyes que son lisa y llanamente ridículas, como se intentó hacer y posiblemente se logre con el DNU, pero cada una de las reformas ameritaría o requeriría que los responsables de implementarlas vayan a explicar al Congreso por qué se intenta, cómo y qué resultados se van a conseguir.

¿El sistema político está preparado para aceptar algunas de esas cosas?

Sí. Tanto cuando fui Canciller como los dos primeros años de ministro de Economía, fui muchísimas veces. Al Senado sobre todo, pero también a Diputados. Los secretarios tenían que ir muchas veces a explicar y a persuadir. Como decía Fernando Henrique Cardoso (que fue un gran presidente de Brasil): “Gobernar es explicar, explicar, explicar”, para que la gente entienda qué es lo que uno busca. Es muy importante el apoyo emocional, pero también hay que conseguir el apoyo racional en función de que se entiendan los objetivos. Ojalá Milei consiga avanzar también en esa dirección. Es clave para que tenga éxito.

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