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12 Diciembre de 2018 16.40

Julio César Crivelli, flamante presidente de la Cámara Argentina de la Construcción, opina sobre la implicación de su sector en la causa de los cuadernos y el desafío de contrarrestar el costo reputacional en medio de la recesión.

La candidatura se venía formando desde mayo, pero en agosto, con las primeros allanamientos del Juez Bonadío, el “fierro caliente” de la Cámara Argentina de la Construcción se volvió aún más difícil de agarrar. Julio César Crivelli, sin embargo, persistió y cosechó el consenso que hoy lo pone frente a la dura tarea de reconstruir credibilidad. Además de Juan Chediack y Aldo Roggio, ambos ex presidentes de la entidad e imputados en la causa, su antecesor más cuestionado es Carlos Wagner (dueño de Esuco), quien declaró como arrepentido en la causa de los cuadernos y describió con lujo de detalles el “club de la obra pública”, del que él participaba como facilitador. Ahora, dice Crivelli, las nuevas autoridades son ajenas a este esquema: “No hay ningún otro miembro que esté mencionado con funciones dentro de la Cámara”.

Abogado, presidente de la Asociación de Amigos del Bellas Artes, coleccionista de arte, autor de dos novelas y conferencista en temas como “Borges y la Biblia”, es una rara avis entre sus pares. Su historia en el sector comienza con su padre, ingeniero y fundador de la constructora Crivelli (que llevó a cabo las obras del Hotel Sheraton y el Banco de Londres en su época de oro), y presidente de la Cámara en los 70. Su muerte involucró al hijo tempranamente en el negocio y en la institución, ocupando distintos cargos en el Consejo Ejecutivo. Crivelli Construcciones se transformó en un estudio de abogados que funciona hoy como socio aportante de ingeniería legal y contractual en consorcios de obra pública y privada. La especialidad del nuevo presidente es la financiación privada de proyectos públicos y, en ese sentido, es una voz autorizada sobre los proyectos de Participación Público Privada (PPP), el fetiche por el que la administración Cambiemos apunta a financiar el desarrollo de infraestructura nacional.

¿Se veían venir una cosa semejante en la Cámará

Bueno, la Cámara como tal, como institución, no tuvo participación en todo esto. Eran cosas que se hacían al costado. Y que, si bien los que no participábamos sabíamos que existían, lo sabía la sociedad también...

Sin embargo, Carlos Wagner era el presidente de la Cámara.

Yo diría que él sí, pero eso, digamos, no se producía dentro de la Cámara, ni en las reuniones de la Cámara, ni en nada. Incluso, se reunían en otra parté

Y nadie lo sabía dentro de la Cámara...

No. Todos sabían lo que estaba sucediendo en la Cámara. Pero había muchas personas que no sabían los detalles. Porque no estábamos en eso, y no queríamos meternos.

¿Qué detalles?

Cuánto, cómó

Entonces, dentro de la Cámara sabían que había un sistema de cartelización con licitaciones truchas. Pero no esperaban que eso estallara.

Yo creo que no, que nadie esperaba que esto pasara. Todo el mundo sabía que las cosas habían sucedido, pero digamos que nadie esperaba que hubiera una acción, un proceso así.

¿Qué iniciativas dentro de la Cámara se llevaron adelante para revertir esa situacióñ

Bueno, renunciaron todos. Cuando todo esto empezó a salir a la luz, ya en los principios de todo eso, ellos renunciaron voluntariamenté Wagner había renunciado voluntariamente hace mucho tiempo, y los demás renunciaron en el inicio de este proceso. No hay nadie de ellos en este momento.

¿Se hizo algo más?

Incorporamos un sistema de compliance, contratamos a KPMG para que lo haga. Estamos formando un consejo asesor con gente con una trayectoria amplia en integridad y compliance, para que hagan una especie de auditoría de nuestro trabajo, y también para que aconsejen sobre los caminos a tomar para cuando haya decisiones difíciles.

¿Qué pudo haber hecho la Cámara durante el período investigado en la causá

Primero hay que tener en cuenta que la sociedad tomó la decisión de elegir un Gobierno tres veces. Al principio, sabía levemente que había corrupción. Después, ya lo sabe de memoria, se publica en todos lados, y lo sigue eligiendo, con mayoría en los parlamentos, dominio sobre el poder judicial y todo lo demás; la verdad que, a una estructura como esa, no hay ningún sistema jurídico ni ninguna entidad que la pueda resistir. Hay que entender una cosa. La obra pública es muy difícil de cartelizar. En Argentina, como es un país subdesarrollado y chiquito, hay muchas industrias cartelizables, porque hay pocos protagonistas. En la obra pública, donde las empresas no requieren grandes activos fijos, es totalmente al revés.

¿Entonces hubo o no cartelizacióñ

Durante el kirchnerismo, sí. Porque había una autoridad que permitía que eso se hiciera.

¿Y los empresarios participaron extorsionados de ese esquemá

Yo no diría extorsionados, sí presionados.

¿Y cómo era la relación entre los que participaban y los que nó ¿Nadie hizo nada para frenarlos?

Eso no se puedé Es absolutamente imposible, son empresarios, comerciantes, no son héroes. ¿Por qué tienen que ser héroes? ¿Qué hizo la sociedad argentina para frenar un gobierno que tenía sospechas de corrupción por todos los costados? ¡Lo eligió y lo siguió eligiendo! ¡La última vez con el 54% de los votos!

Julio César Crivelli asumió la presidencia de la Cámara el 11 de diciembre.

Ahora, se cuestiona que, por ejemplo, Roggio y Chediack, ambos expresidentes de la Cámara imputados en la causa, acaban de ganar una licitación para una obra de ampliación del Salado.

Bueno, yo en ese tema sí creo que hay que evolucionar un poquito. En Estados Unidos, luego de los casos de Enron, Siemens, Arthur Andersen y otros, se viene desarrollando todo un concepto entre la existencia de la empresa por un lado y los empresarios o funcionarios por otro. Entienden que las empresas van más allá de quién es el dueño, son un patrimonio económico de la sociedad, y que hay que tratar de no perderlas.

Aunque no aplica a los cuadernos, la ley de responsabilidad empresaria se ocupa de estos temas. ¿Cuál es su posición sobre la ley?

Algunas penalidades implican casi la extinción, con las cuales estoy en absoluto desacuerdo. Yo creo que Argentina tiene muy pocas empresas, muy poca inversión y que realmente nosotros debiéramos hacer esfuerzos para conservarlas. Hay partes que son extintivas de las empresas, habla de suprimirlas del registro, y si una empresa de obra pública no puede contratar con el Estado, la acabás.

Según su opinión, entonces, las empresas mencionadas deberían seguir participando en licitaciones de obra pública.

Un país no se puede quedar sin industria de ingeniería, no se inventa de un día para el otro.

Es probable que 2018 sea el año del “que se vayan todos” para los contratistas del Estado. ¿Comparte esa sensacióñ

No veo tanto cuestionamiento. Digamos, la industria argentina de la obra pública ha sido muy competitiva toda la vida, y las acusaciones de falta de competitividad arrancan con el kirchnerismo.

¿La corrupción en la obra pública inició y terminó con el kirchnerismó

Absolutamente. Si vos te fijás en los precios de competencia que existen hoy en día, bajaron un 20%...

¿Antes del kirchnerismo no hubo nada parecidó

No. Que yo conozca por lo menos, así, no hubo nunca en la Argentina.

Parafraseando a Pichetto, ¿la causa de los cuadernos está matando a las empresas?

Sí, pero es una combinación entre los cuadernos y la falta de financiación. No sé cuál de los dos jinetes es más letal.

La construcción cayó un 4,2% interanual en septiembre. ¿Qué medidas esperan para mitigar esta recesióñ

Bueno, ya ese es un problema económico, no de construcción. Yo creo que, en la medida en que se logre el equilibrio macroeconómico, de a poco, la actividad económica va a volver.

¿Con este nivel de tasas?

Es otro agravante. Es una preocupación hoy para la industria de construcción, para el presupuesto actual, porque la realidad es que va a haber muchas empresas que se va tener que concursar.

¿Hay algún estimativo de cuántas seráñ

No. Son suposiciones, pero como se lanzó un plan de infraestructura muy importante, hubo mucha competencia y se tomaron obras a precios muy, muy ajustados. Las empresas tuvieron que equiparse para hacer estas nuevas obras, que esos equipos se tomaron con crédito, leasing, lo que fuere, y esos créditos se deben. Esas obras no te las están pagando y entonces, la verdad, tenés un agujero financiero.

Dujovne dijo en septiembre del año pasado que esperaba que para 2018 la inversión privada y en obra pública, pasara del 0,9% del PBI al 1,8. ¿Se van a llevar a cabo los PPP?

Depende mucho de cuál sea el comportamiento del Riesgo País, de acá a los cierres financieros, que son en agosto de 2019.

Y de las medidas judiciales. ¿O nóTotalmente, sí. ¿Cuánto impactá No sabés, para los mercados son subjetividades absolutamente incontrolables.

¿Cuáles son, además del compliance, los caminos para mitigar el costo reputacional y dar esa mejor imagen hacia el exterior que permita el financiamiento privadó

Hay algo importante en el proceso administrativo de los contratos. La cartelización sistemática no se puede dar sin una contribución fuerte de una autoridad. Ahora, hay otra corrupción posible, que es la que se deriva de un gran autoritarismo de las normas jurídicas argentinas en la administración de los contratos. En toda la legislación comparada, hay una tendencia hacia la equiparación entre el sujeto público y el privado. Esa equiparación se debe fundamentalmente a dos motivos. Una: financiamiento barato, porque, en la medida de que hay un todopoderoso que manda en el contrato, yo que soy el banquero, tengo miedo de que a vos que sos un sujeto privado venga el todopoderoso, te mate a cachetadas y yo no pueda cobrar. Entonces, esta equiparación es necesaria para que vos consigas plata barata y puedas hacer la infraestructura que yo necesito. El otro tema es el arbitraje, para evitar que los conflictos se dilaten y se resuelvan rápido. Y otra cosa muy importante es el programa respecto de los pagos. El estado argentino desde 1810 tiene problemas presupuestarios. Y, por ahora, suponemos que los va a seguir teniendo, con muchos actores a quien les tiene que pagar. En consecuencia, yo que soy el que decide a quién le pago primero, tengo también otra posibilidad de presionar. Eso se soluciona con la emisión de instrumentos de crédito, que venzan en el ejercicio siguiente. Son todos tecnicismos del programa que estamos llevando a la Cámara, para evitar cosas como estas a futuro.

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