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Pocas veces la ecología y los negocios convergieron como lo están haciendo ahora. La clásica treta entre desarrollo y presión ambiental parece encontrar una vía de solución: Biomasa.

13 Marzo de 2018 14.51

Pocas veces la ecología y los negocios convergieron como lo están haciendo ahora. La clásica treta entre desarrollo y presión ambiental parece encontrar una vía de solución: Biomasa.

Las compañías comenzaron a vislumbrar una oportunidad para reducir el impacto ambiental, aportar al sistema energético y aumentar su capital social, en base a la ponderación positiva que tienen este tipo de proyectos de energías renovables.

Al plan de inversión impulsado por el Gobierno a través de las rondas de RenovAr, que ya tiene proyectos aprobados por más de seis mil millones de dólares, se ha sumado la aprobación de la ley de generación eléctrica distribuida, que habilita la producción de energía en origen para descontar de la factura del servicio, tanto para usuarios residenciales como para empresas (en este punto, las mejores posicionadas para implementar sistemas eficientes), y un rol activo del Estado que le da aliento a las inversiones en la materia.

Una apuesta que coloca a la Argentina como uno de los mercados más atractivos en el rubro, aunque aún en plano potencial.

Estos rumbos han tomado grandes, medianos y hasta pequeños players del mercado, sobre todo vinculados a actividades agro-ganaderas y forestales, que comenzaron a invertir en proyectos de generación de energía para aprovechar desechos, en particular centrados en la biomasa y el biogás.

Las empresas que apuestan por la Biomasa

Ledesma

La histórica empresa de la familia Blaquier, con 110 años de existencia, es una de las pioneras en la generación de energía alternativa. “La energía renovable es un terreno familiar para Ledesma”, dijeron desde su equipo de comunicación a Forbes.

“En 2010 incorporamos la biomasa a nuestra matriz energética a través de dos fuentes: malhoja y madera. Hasta el momento, esto nos llevó a crear 120 puestos de trabajo y nos permitió reemplazar más de un 50% del gas utilizado por energía renovable. Ledesma invirtió en este proyecto más de 25 millones de dólares”.

Al moler la caña, extraen sus jugos, que procesan para obtener azúcar y alcohol. Con el alcohol, además de abastecer a diversasindustrias, hacen bioetanol, el biocombustible con el que se mezclan lasnaftas en todo el país, lo que permite ahorrar energía no renovable y mejorarla calidad de las emisiones.

“El 10% de esas fibras, que no sirven para papel, así como la médula de la cañaque devuelve el proceso papelero, se envían a las calderas de biomasa, juntocon las 7 u 8 toneladas de hojas que juntamos por hectárea tras la cosechamecanizada en verde, y chips de madera de eucaliptus que plantamosespecíficamente con esa finalidad. Con todo ello, conseguimos que la mitad de la energía que consumimos hoyen todo nuestro complejo industrial de Jujuy sea renovable, y aspiramos a ampliar gradualmente ese porcentaje”, indicaron.

El proyecto de biomasa empezó a tomar forma en 2008, de la mano de una creciente “conciencia ambiental” y, también, por la “creciente escasez energética”, que ponía en jaque la producción de Ledesma.

El objetivo era reemplazar al gas natural como fuente de energía, disminuir el impacto ambiental y garantizar la provisión energética, amortiguando los incrementos de la factura.

Para eficientizar el proceso, la empresa decidió “incorporar a las calderas chips de madera, provenientes de forestaciones propias: 420 hectáreas de eucalyptuscamaldulensis, grandis yun híbrido de ambos, de crecimiento rápido, y nos permiten obtener biomasa de alta densidad y alta rotación,cosechando cada tres o cuatro años”. En cada hectárea pueden caber entre 1.700 y 2.200 plantas, dependiendo de lacalidad del suelo.

Arrebeef

El principal exportador de carnes de la Argentina se metió de lleno en las energías renovables a través del Programa RenoVar 2.0. “A mediados del año 2017 la ecuación económica del proyecto cambió y decidimos participar de la licitación porque como Agroindustria sabíamos que disponemos de mucho potencial para generar energía eléctrica”, explicó a Forbes Mauricio Accietto, gerente de Seguridad y Salud Ocupacional del frigorífico.

“Hacía tiempo que veníamos estudiando la manera de realizar un mejor aprovechamiento de nuestros residuos orgánicos”.

ArreBeef proyecta una inversión de 4,3 millones de dólares. “Producto de los análisis y ensayos que realizamos con nuestros residuos orgánicos, estimamos generar 1.5 MW/h de potencia y aportar a la red un piso de 7.200.000 KW de energía eléctrica por cada año de contrato”, amplió Accietto.

La empresa se encuentra ahora en la etapa de desarrollo de las especificaciones asociadas al Lay-Out de la planta y evaluando diferentes alternativas de equipamiento con los proveedores. Por otro lado, mantienen reuniones con diferentes entidades bancarias a fin de evaluar las mejores alternativas de financiación.

La generación de biogás (a través de los desechos, como estiércol, grasa y otros) tendrá como destino la provisión de energía al Sistema Argentino de Interconexión (SADI), a partir de un compromiso con CAMMESA. “Una vez cumplido ese compromiso y en el caso de generar un volumen de biogás aún mayor, contamos con la posibilidad de consumirlo en nuestras calderas reemplazando el consumo de gas natural”, informó Accietto.

Fiplasto

La empresa lleva 70 años en la industria maderera, con presencia en 20 países, decidió dar también un paso en las renovables al instalar una caldera de Biomasa.

“El objetivo es reaprovechar los residuos de madera propios originados en el proceso productivo para la generación de vapor y la disminución del 100% de disposición de los mismos”, señalaron desde prensa de Fiplasto.

La planta que la compañía tiene ubicada en la localidad bonaerense de Ramallo produce unas 700 toneladas de residuos industriales por mes. Con una inversión de 3 millones de dólares, la caldera de biogás proyectada por Fiplasto permitirá genera 20 toneladas de vapor, a partir de la utilización de un recurso renovable (residuos de madera), con un sistema de control de gases certificados bajo estrictos estándares europeos.

“Se agrega, además de la caldera, un patio generador de chips o preparador de biomasa, con silos y tecnología de última generación. Este proyecto reducirá significativamente el impacto ambiental de la planta industrial, eliminando la generación de desperdicio, como también se logrará reducir el consumo de gas en un 50%, siendo este último un recurso no renovable”, añadieron.

Trap SRL

La ola verde no sólo está entusiasmando a los grandes y medianos. También empresas familiares como Trap SRL, dedicada a la cría y engorde de ganado en la provincia de Buenos Aires, ven una posibilidad de diversificación de su actividad en la apuesta por las energías renovables.

“Empezamos hace cuatro años, nos vimos en la obligación de solucionar los problemas ambientales que generan los feedlots. Buscamos alternativas, y surgió la idea de hacer un biodigestor”, contó a Forbes Patrick Truppel, integrante de la empresa.

Además de energía, producen biofertilizantes que destinan a las tierras que tienen abocadas a la producción alimentos para el ganado.

El primer paso fue la construcción de plataformas de hormigón para poder recolectar los desechos de manera eficiente. El proyecto consta de cuatro etapas (la última, claro, es la generación de energía) y Trap transcurre la segunda con muchísimo entusiasmo. “Para fines de 2018, principios de 2019, esperamos tener todo listo para ya empezar a producir”, agregó Patrick.

Esta empresa familiar espera, como muchas otras, la reglamentación y puesta en marcha de la Ley de Generación Distribuida ?aprobada a fines del año pasadó, cuya aplicación favorecerá a Pymes y usuarios residenciales.

“La inversión total son 2 millones de dólares. Cuando empecemos a producir electricidad, se empieza a repagar entre el cuarto y quinto año”, detalló Patrick, quien a su vez reconoció que el “cuello de botella es quién te compra la electricidad, es la parte más engorrosa”.

Con el encierre de 1000 cabezas de ganado, Trap prevé producir 250 kilowatt-hora. “Es el primer módulo, con un biodigestor, pero tenemos proyectados cuatro módulos, para llegar a producir un mega”, adelantó Patrick.

Por Franco Spinetta

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