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El Gobierno decidió no convocar a sesiones extraordinarias para tratar el proyecto de reforma laboral y hasta se estima que podría enfriarse la iniciativa ante la falta de apoyo de la oposición y el posible costo político que acarrearía.

18 Enero de 2018 15.37

El Gobierno decidió no convocar a sesiones extraordinarias para tratar el proyecto de reforma laboral y hasta se estima que podría enfriarse la iniciativa ante la falta de apoyo de la oposición y el posible costo político que acarrearía.

El jefe de Gabinete, Marcos Peña, volvió a la carga con el discurso previo a las elecciones legislativas, cuando habló de “reformismo permanente”, y no ya de una ambiciosa reforma integral. Sin embargo, el sector empresario no se resigna e insiste en la necesidad de modificar la legislación laboral.

Si bien hay sectores que se muestran más esperanzados con que la cuestión se debatirá en el Congreso tarde o temprano y que se lograrán al menos algunos cambios.

Otros se pusieron más exigentes y creen que la iniciativa que se consensuó con la CGT dejó de lado aspiraciones del sector empresario y que las modificaciones deberían ser más profundas.

En ese sentido, el titular de la Cámara Argentina de la Construcción (CAMARCO), Gustavo Weiss, aseguró a FORBES Argentina:

“Es importante hacer una reforma laboral incluso de más profundidad que la que se terminó acordando con la CGT”, y se quejó: “Pero ahora ni siquiera eso es lo que se puede tratar”. Weiss afirmó que en esa postura coinciden “todas las cámaras” empresarias.

“Uno de los problemas graves que tiene la Argentina es la competitividad y para aumentarla hay que ir a una reforma laboral que haga bajar el costo laboral. Y bajar el costo laboral, no es bajar el salario de bolsillo. Hay muchas cosas por hacer en ese sentido”, explicó el empresario. Y puntualizó: “Ahora tenemos el problema de que Brasil sí se realizó una reforma laboral muy grande que nos va a dejar en peores condiciones para competir”.

Respecto de los motivos por los cuales el Gobierno tomó la determinación de postergar el tratamiento, Weiss dijo sin titubeos: “Es público que es porque la oposición no la quiere votar. El gobierno no tiene mayoría en el Congreso y para poder votar esta y todas las leyes necesita de un acuerdo con la oposición, que no está dispuesta a votarla”.

El costo político de la reforma laboral

En referencia a los costos que se pagarían por esta reforma laboral, el titular de CAMARCO estimó: “Todas las reformas que modifican situaciones preexistentes por su puesto que tienen costo político. Lo mismo pasa con la previsional. Todo el mundo sabe que la caja previsional está desfinanciada y, si bien el Gobierno no lo dijo con todas las letras, este es un problema gravísimo, pero cuando les decís los jubilados que van a cobrar un poco menos, claro que no están contentos”.

En referencia al costo político, para “cualquier cosa que uno quiera hacer para ajustar ciertas cosas, tiene un costo político. Obviamente que los asalariados actuales pueden sufrir algunas consecuencias, pero nadie piensa en que los millones de desempleados que si se producen estas reformas podrían tener trabajo”.

Por su parte, el vocal de la Unión Industrial Argentina, José Urtubey, se mostró más optimista y consideró que eventualmente se tratará la reforma. “El Gobierno pensó que no se daba la situación de tratarlo de manera razonable y decidió no convocar a extraordinarias. Es un tema de timing. Sí van a hacerlo en la dinámica ordinaria (del Congreso). No lo veo como una falta de legitimación del proyecto (por parte de Cambiemos)”.

En referencia al proyecto propiamente dicho, Urtubey observó que el articulado “quizá tenga modificaciones” y que cuando efectivamente se trate sea distinto al que se conoce actualmente. “Vamos a ver finalmente cuál es el proyecto que se envía”, concluyó.

Sin embargo, Urtubey también coincidió en la necesidad de realizar una reforma laboral y estimó que debería apuntar “a que obviamente tiene que haber aggiornamientos en la ley. En el mundo se está trabajando bajo normativas distintas. Sin cercenar derechos de los trabajadores hay que mirar qué pasó en el mundo y modernizarse”.

Por Ana Vainman

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