Forbes Argentina
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Negocios
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21 Agosto de 2018 09.00

Siempre frontal, el presidente de FCA Argentina asegura que ahora hay una chance para mejorar las exportaciones industriales y que se debe hacer una limpieza del gasto público “de manera adulta”.

Cristiano Rattazzi es uno de los pocos hombres de negocios con quienes hacer una entrevista resulta sencillo. Habla sin casete, sin prejuicios ni tabúes. Se le puede preguntar sobre cualquier tema porque nada lo incomoda y responde con tranquilidad. Es carismático, frontal y desestructurado. En su oficina del piso 27, poblada de fotos, autos de colección y obras de arte, habla de las perspectivas de la industria automotriz pero también de los dilemas de la economía argentina.

Las ventas de 0 km cayeron fuerte en los últimos meses. ¿Cuál es el panoramá

Mi visión es que Argentina tiene que exportar más e importar menos; es una necesidad especialmente en el sector industrial. Con el dólar a $ 20 no se exportaba casi nada. El nivel de pérdida y el nivel marginal de contribución que teníamos en la exportación con el dólar a $ 20 era tremendo. Ahora empieza a ser aceptable, interesante, y empezamos a ver más mercados. Lo mismo pasa en toda la industria, no solo la automotriz. Después, alguna exportará más y otra menos; seguramente se importará menos.

¿El valor del dólar ahora está bien o hay que seguir devaluandó

Depende mucho de todas las otras variables macro. Yo bajaría la tasa e intentaría encontrar dónde está el equilibrio. Tampoco el dólar está atado a la inflación, en ningún lugar del mundo. El problema es que nunca buscamos el equilibrio y siempre luchamos y atacamos la inflación con un dólar atrasado. Esa es la historia de la Argentina de los últimos 85 años y termina siempre mal. Tengamos el dólar al valor que el dólar tiene que tener. Para salir de la convertibilidad en 2002 destrozaron todo y lo llevaron a $ 4, cuando todos decían que con $ 1,30 estaba bien. Ahí se empezó a destruir el país: 50% de pobreza, 20% de desempleo. Destruimos todo y mejoramos, tratemos de no hacer ese ridículo. Tratemos de hacer la limpieza del gasto público de una manera adulta.

¿Creés que el Gobierno está buscando el equilibrió

Me parece que sí, pero alguna gente está acostumbrada a la Argentina vieja. La Argentina vieja era un continuo desequilibrio macro que se resolvía cada 10 años con un caos que destruía la clase baja y media. Ahora tenemos que decir todos juntos: de este circo no hay más. La lástima es que en 2003 había superávit comercial, fiscal, inflación baja, se podía mantener inflación en 0% en ese momento, e hicimos todo lo contrario. Es bastante impresionante lo que hemos hecho al revés.

La carga impositiva es un reclamo permanente del sector.

El mensaje hoy es claro. No tenemos más margen, tenemos que bajar el gasto público y no tenemos más margen para bajar impuestos.

¿Qué opinás del acuerdo con el FMI?

Ahora el tema es FMI sí o FMI no. Las cuentas tienen que cerrar, y qué mejor auditor que el Fondo para hacer lo que tengo que hacer y quiero que se haga. Los que dicen no al Fondo te están hablando de una Argentina inviable a mediano plazo; yo quiero una Argentina viable.

Entonces creés que era necesario el acuerdo.

Aunque no fuera necesario, es buenísimo tenerlo. Haber devuelto la plata al 4,5% al FMI en el 2006 para endeudarse para la misma cantidad de US$ 10.000 millones en Venezuela al 15% o 16% la verdad que es un crimen. De hecho, creo que hay algo de criminal en la operación, es un absurdo. Tiramos US$ 1.000 millones por año de los argentinos así. Creo que los argentinos ahora empiezan a darse cuenta de que la plata pública es plata de ellos, que cuando falta les falta a todos. Y en eso tenemos que contribuir todos, excepto ese 27% de pobreza al que tenemos que ayudar. Pero la única manera de ayudar en serio a la gente a salir de la pobreza es con trabajo, y cuando digo trabajo me refiero a que sea genuino, de calidad, como por ejemplo el que crea la industria, los sectores productivos como el campo o el petróleo, el comercio, la industria hotelera, todos los servicios. Eso es trabajo de calidad. Porque que alguien esté sentado en un registro viviendo de rentas no me parece un trabajo productivo; si son 10.000 personas, habrá que encontrarles un trabajo en serio.

La industria en Argentina, particularmente la automotriz, es Brasil-dependiente. ¿Se buscan nuevos mercados?

Ojalá podamos empezar a diversificar. Si abrimos con Europa va a tardar bastante en funcionar, de 5 a 7 años, pero es un gran mensaje que no dependamos solo de Brasil. Está en juego México, pero nuestra productividad en relación con el país azteca es preocupante. Y bueno, tendremos que poder competir y ser más eficientes que México, no pensar solamente que todo lo que se produce en Argentina es más caro y que si alguien nos compra es por misericordia. La diferencia del dólar entre $ 20 y $ 28 hace que sea más interesante exportar. Cuando estaba a $ 20, la verdad es que era misericordia si nos compraban algo.

¿Que pasará con las ventas internas?

Tenemos que ver cuando se estabilice la tasa de interés, obviamente a valores bastante más bajos que el 40%. Tendría que volver al 30% como máximo. Ahí veremos dónde se estabiliza el mercado, porque es un mercado muy sensible a las tasas de interés, mucho más que al valor del dólar. Es un mercado tan competitivo que siempre alguien hace un descuento y ayuda, pero la tasa de interés sí es prohibitiva.

El año que viene hay elecciones. ¿Cuál es tu visión para 2019?

Las desgracias a veces vienen bien. Si el mercado se hubiese despertado en marzo o abril del año que viene, ahí sí las elecciones podrían haber sido caóticas. Se despertó antes, ahora tenemos todo el tiempo para corregir la economía. Para abril del año próximo, con la cosecha que esperemos que sea normal, las inversiones que se hicieron, con el aumento de las exportaciones y la reforma fiscal, veo una posibilidad de que en mayo de 2019 tengamos un país en crecimiento desde el punto de vista económico, que estemos más positivos de lo que estamos hoy.

Argentina tiene que mostrar que mantiene ciertas reglas, en las que cree y con las que no cambia cada día. Por ejemplo, si hay retenciones, el Presidente decidió que se eliminen, y se están eliminando. Cuando se encuentran gastos inútiles que van a otras cajas de gente que no está produciendo nada, creo que hay que cortarlo.

Durante mucho tiempo se vivió una etapa de confrontación entre los argentinos.

¿Cómo lo ves hoy?

En los últimos 30 años de mi vida, siempre dije que con la economía no se jode. La economía es buena, normal y seria en todo el mundo. Cuando hacés algo muy lejano a lo que hacen los otros, te estás equivocando. Con impuestos distorsivos, vas mal. Todos los otros debates forman parte de una sociedad moderna y madura. El divorcio, el matrimonio igualitario, el aborto. Son parte de los debates en la sociedad, pero eso no toca la economía.

Concepto interesante...

La economía es una sola y tiene que funcionar como funciona en todos los otros países; cuando inventás alguna otra cosa, terminás como Venezuela. Íbamos camino a eso, porque la economía era falseada, teníamos diferentes tipo de dólares, uno real, uno paralelo, era caótico. Y además se incautaron (aunque no le guste a Cristina) toda la plata de las AFJP. Hicieron cualquier cosa, pagaron al FMI pero se endeudaron a 10 puntos más. Pero la sociedad se está dando cuenta de que eso es imposible, que la plata pública es plata de ellos. Ahora tenemos un gran potencial.

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