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Joseph Cook - Rolex
Movimiento Inspirador

A los polos y más allá

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Con la ayuda de tecnología de vanguardia, el biólogo y explorador Joseph Cook estudia la vida microscópica que se encuentra en los glaciares para encontrar la manera de ralentizar o, idealmente, revertir el calentamiento global. El científico inglés de 32 años recibió en 2016 el Premio Rolex a la Iniciativa y eso le dio un gran impulso a su misión.

02 Noviembre de 2020 08.39

“La pregunta científica sobre el cambio climático ya no es '¿está sucediendo?' Hoy la cuestión es '¿qué tan rápido está sucediendo, cuánto tiempo tenemos para actuar y cómo debemos actuar?' Una de las claves que determinará qué hacer y cuándo es comprender con precisión cómo se derriten los glaciares y las capas de hielo. Desentrañar ese proceso será fundamental para proteger el retroceso y la desglaciación del hielo”. La reflexión es de Joseph Cook, un microbiólogo glacial de origen inglés que estudia los territorios polares para comprender la influencia que los microorganismos tienen en el calentamiento global.

Cualquiera imaginaría que el Ártico es un lugar blanco, árido, helado y sin muchos indicios de vida. Pero Cook, que pasó ya 12 temporadas en Groenlandia, observó que existen ecosistemas prósperos. Claro que sólo se ven en los microscopios. Los primeros dos metros de hielo albergan unos miles de millones de microorganismos. Existe una selva tropical helada en la superficie del hielo. Si bien estas criaturas son demasiado pequeñas para verlas a simple vista, su impacto es demasiado grande para ignorarlas

“Mi proyecto investiga el ecosistema y sus impactos en el clima. Vivimos en un mundo que se está volviendo más cálido. Es más importante que nunca entender que estos microbios causan el rápido deshielo de glaciares y mantos polares”, aclara el experto.

Desde los polos

A sus 32 años, este investigador de la Universidad de Sheffield en el Reino Unido tiene un gran currículum. En 2016 fue uno de los Laureados en los Premios Rolex a la iniciativa y utilizó el apoyo para producir el documental Ice Alive, donde comparte su pasión por la ciencia polar y sus hallazgos. Los fondos también fueron fundamentales para realizar sus constantes expediciones. Exploró principalmente Groenlandia, pero su trabajo de campo también lo llevó a Svalbard, al norte de Islandia, y está en sus planes llegar a la Antártida.

Las condiciones de trabajo de Cook son únicas. Acampa durante meses sobre capas de hielo. También se lanza con rapel en las profundidades de grutas glaciares. Sus investigaciones están plagadas de aventuras, escaladas y procesamiento de números alucinantes. Así llega a observaciones sobre el comportamiento de algas microscópicas que hacen que los glaciares retrocedan. La teoría: cambian el color del hielo de blanco brillante y azul a grisáceo. Cuando el sol calienta esa zona oscura, se acelera el derretimiento.

Esto no es algo que suceda en un área pequeña, está tan extendido que es visible desde el espacio. En particular en Groenlandia, donde la mancha biológica puede verse como una franja oscura que a veces cubre más de 10.000 kilómetros cuadrados. “La biología de la superficie de un glaciar no está causando su deshielo, sino que lo está aumentando", detalló Cook.

Ciencia de vanguardia

Cook se sumerge en una zona donde el ser humano apenas puso un pie, pero sí dejó notar su impacto. Para mapear con precisión las capas de hielo de Groenlandia dispone de ojos en el cielo. "Utilizó drones que vinculan mediciones terrestres con lo que podemos ver desde el espacio. Lo hago volar con una cámara muy específica delante que recoge longitudes de ondas de luz reflejadas fuera de la superficie y así puedo usarlas para identificar los diferentes contaminantes, uno de los cuales es la vida", aclara.

El derretimiento de la capa de hielo de Groenlandia tiene ramificaciones importantes. Es el trozo de hielo continuo más grande del hemisferio norte, compuesto por aproximadamente 100 mil kilómetros cuadrados de agua congelada. Completamente derretido, agregaría unos 7 metros al nivel del mar en todo el mundo.

Frente a este posible escenario, Cook desarrolló un software que procesa los datos de drones y satélites y utiliza herramientas de inteligencia artificial para interpretarlos. Esto significa que se podrán realizar evaluaciones mucho más precisas de las acciones necesarias para evitar los resultados más catastróficos o para probar las mejores estrategias para combatir peligros como el aumento del nivel del mar.

Surge de un ecosistema remoto y desierto, pero el proyecto tiene un valor humanitario global. Más de mil millones de personas dependen directamente del agua de los glaciares para beber, lavar, cultivar o generar energía hidroeléctrica. Sin embargo, nuestra capacidad para observar cómo la superficie del hielo cambia con el tiempo es limitada. El objetivo de Cook es contribuir a solucionar este problema.

Encontrá más información en Rolex.org

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