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26 Julio de 2019 16.44

Nacieron de la mano de la tecnología y están poniendo en marcha una revolución en el mundo financiero. Se multiplican de manera explosiva, con modelos de negocio cada vez más innovadores y creativos. Cómo está hoy el ecosistema, la relación con los bancos y las principales tendencias.

Son una revolución en sí mismas para el sistema financiero. Y, con toda su visión emprendedora, vienen a resolver uno de los problemas más viejos y enquistados de Argentina: somos el séptimo país con menos crédito privado con relación al PBI en el mundo, según datos del Banco Mundial. Y es ahí donde la reciente disputa entre fintech y bancos por “nivelar la cancha” pierde sentido: el desafío de la inclusión financiera reclama a todos los jugadores. Cuantos más, mejor.

Existen en Argentina 217 empresas fintech, según la Cámara que las agrupa. El dinamismo del sector, reconocen, hace difícil mantener las cifras actualizadas. Las hay de los más variados modelos de negocios (los denominados “verticales”), desde medios de pago y financiamiento hasta crowdfunding, seguros e inversiones. Pero todas ya entendieron que el futuro de las finanzas pasa por la pantalla del teléfono.

Ilustración: Luisa Jung.

En la medida en que fueron ganando escala y visibilidad, los bancos reaccionaron. Ultimamente, los reclamos por las asimetrías en materia de regulación pusieron de manifiesto una tensión que existe hace tiempo. Al cierre de esta edición, las novedades llegaban desde el frente sindical. Luego de cerrar la paritaria de su gremio, el secretario general de La Bancaria afirmó: “Ahora voy por Marcos Galperín”. Una advertencia al universo fintech.

Y aunque todavía no hay novedades en materia regulatoria con relación a las fintech que dan créditos, la AFIP acaba de anticipar que las billeteras digitales también tendrán que pagar el “impuesto al cheque”. “Los pagos digitales son una herramienta clave para la inclusión financiera y para la formalización de la economía. Deberían contar con beneficios impositivos que promuevan su uso, en detrimento del efectivo. Es importante destacar, sin embargo, que los anuncios que realizó la AFIP impactarían solo en empresas o individuos que registran alta transaccionalidad”, dice su titular, Juan Pablo Bruzzo.

En todo caso, los bancos también entendieron hace rato que hoy el juego cambió. No solo hicieron de la tecnología su mayor inversión, sino que muchos compraron (Supervielle - InvertirOnline) o se asociaron (BIND - Mercado Pago) con fintech. Como dice Carlos Canova, gerente de Canales Digitales de HSBC: “La competencia aceleró el proceso de cambio. Pero no hay una grieta. Nos necesitamos. Acá no se trata de Blockbuster contra Netflix”.

Historias de apps

Pierpaolo Barbieri es el creador de Ualá. “El 50% del país nunca pagó con tarjeta. Hagamos algo grande, dije. Una tarjeta sin cargo, sin mantenimiento, sin renovación. Todos se pensaron que me había vuelto loco”, cuenta. Dos años después, tenían una tarjeta prepaga mediante un acuerdo con MasterCard y una app. “El core bancario es propio, lo hicimos nosotros desde cero”, dice con orgullo. “Hoy somos la fintech más grande con solo 19 meses salvo por MercadoPago, que tiene más de diez años. El 3% de Argentina ya tiene la tarjeta. Se emiten 4.000 por día. Estamos por llegar al millón”, apunta.

La app permite hacer transacciones de todo tipo. Desde transferencias gratis con tecnología biométrica (facial, huella) o QR, pago de 4.000 boletas diferentes de servicios, recarga de celulares y, ahora, otorga préstamos. Llevan emitidos más de 500 por $ 30 millones. “Hay pocas cosas más gratificantes que cuando alguien me dice que ya no le roban porque no tiene que caminar ocho kilómetros hasta el banco más cercano”, dice el emprendedor.

Matías Friedberg creó Ixpandit en 2010. “Era trader en BBVA cuando empecé a darme cuenta del efecto que estaba teniendo Internet y vi cómo hizo crecer en forma exponencial al e-commerce. Y me dije: ?Esto también va a pasar en el sistema financieró”, relata.

Ixpandit brinda financiamiento online en mercados emergentes. Es 100% digital, instantáneo, 24x7 y sin documentación física. Su portfolio incluye la plataforma para pymes Grouit.com y Adelantos.com, que presta efectivo a individuos. En conjunto, otorgan más de 20.000 créditos por mes. En Grouit, las empresas que solicitan un crédito reciben un score a través de fuentes no tradicionales de información como conexiones API, información de Mercado Libre, de AFIP, de Todo Pago u otras. Friedberg rescata cómo el sector cambió la forma en que se comporta el consumidor. “Hoy es más exigente, pide servicio personalizado, transparencia y simplicidad”, detalla. “Deberían tomarse como modelo mercados como Tel Aviv, Nueva York o Londres, donde bancos y fintech trabajan juntos, usan plataformas compartidas y el gran ganador de esa complementariedad es el usuario”, añade.

Findo nació en 2016. “Somos varios socios, entre ellos Ignacio Ortega, con quien trabajábamos juntos en el Hipotecario”, cuenta Diego Varela. “En el banco experimentamos la dificultad para llegar a ciertos segmentos; necesitábamos analizar su carpeta de crédito, generar un legajo y un historial de financiamiento. Se encarecía mucho el proceso”. Tomaron como modelo casos de otros mercados con baja penetración de activos financieros y vieron que evaluaban al cliente a partir de sus hábitos en el uso del celular y tomaban ese comportamiento como un proxy de su vida, lo que permitía predecir el riesgo crediticio. “Hicimos una prueba piloto en Corrientes, con fondos propios, y fuimos mejorando el modelo. Finalmente recibimos una inyección de capital a través de un fondo representado por Latus View, donde es socio Federico Sturzenegger. Hoy estamos abriendo oficinas en Paraguay, Uruguay y México. Perú y Brasil están en el roadmap más adelante”, anticipa.

En el caso de Findo, se trata de un modelo en el que se establecen alianzas y los bancos pueden utilizarlos como medio de acceso para otorgar financiamiento. Tienen acuerdos con 15 entidades en Argentina y están cerrando tratos en Paraguay y México. “Para llegar a algunos segmentos, usamos fondeo propio”, aclara. Ya se originaron 200 millones con esta tecnología.

Manuel Beaudroit optó por el negocio de las criptomonedas. “Veníamos trabajando con bitcoins desde 2012 pero, en 2014, decidimos crear una fintech regional, Bitex, que diera acceso fácil a bitcoins”, relata. Con el tiempo, si bien continúan con el exchange y la custodia de bitcoins, fueron migrando también a otro negocio, el de proveedores de servicios a instituciones financieras, dándoles liquidez en bitcoins y soluciones en pagos internacionales. “Había que construir toda la infraestructura para esta tecnología”. El año pasado, un banco de Salta, Masventas, fue el primero a nivel mundial en realizar un pago internacional con bitcoins, lo que representó un ahorro enorme: una quinta parte del costo habitual. “Eliminás al intermediario bancario”, detalla Beaudroit. Bitex tiene 60.000 usuarios y 300 empresas y está en proceso de integrarse con dos empresas de core bancario (proveedores de software) para dar acceso a 11 bancos. Junto a su hermano, Bruno Ferrari encabeza la mayor insurtech del país, 123seguros, también presente en Chile y Colombia. Fue elegida por una publicación inglesa como una de las 100 insurtech más innovadoras del mundo. Surgió en diciembre de 2010 y casi podría decirse que ellos estaban destinados a dedicarse al negocio: padre y madre venían del mundo de los seguros. “Desde la concepción, quisimos mantener el espíritu del productor, en tanto intermediario del que depende la distribución del producto, pero potenciado por la tecnología”, resume. Con la plataforma, el productor está en condiciones de asesorar más eficientemente e incluso acompañar en el proceso de un siniestro.

El esquema funciona con acuerdos con aseguradoras para comercializar sus productos, y tienen licencia de broker habilitada por la Superintendencia. Lo que la fintech propone es digitalizar la relación con el cliente pero la póliza, aclaran, la sigue emitiendo la empresa y es esta la que la paga. Hoy tienen acuerdos con 14 compañías en seguros de autos, siete en motos y con Zurich en Vida. La app tiene un nivel de sofisticación que permite sugerirle al cliente una suma asegurada en función de su historial e incluso evaluar opciones de cuotas mensuales.

En el caso de Rebanking, un banco digital que nació en 2015, el Grupo Transatlántica, de origen local, con negocios en turismo, finanzas y real estate, compró la totalidad de una entidad regulada por el BCRA. Así lo explica Stefano Angeli, quien asegura que desde entonces comenzó un trabajo intenso de desarrollo puertas adentro para disponer de la infraestructura, la tecnología y los canales para operar. Se lanzó el primer día de julio. “El BCRA controla todos los procesos, que la infraestructura sea muy robusta y sólida, así que son necesarias muchas pruebas y testeos. Durante este tiempo seguimos funcionando como banca de empresas, de nicho, y negocio cambiario. Pero Rebanking, que es el banco digital, está dirigido al mundo retail. El plan es integrar todo en una segunda fase”, adelanta. El banco es una app que se puede descargar en cualquier teléfono. “Es la desburocratización total”, sintetiza. Rebanking se suma así a los dos bancos digitales que ya están operativos en Argentina: Wilobank (ver aparte) y Brubank, liderado por Juan Bruchou, expresidente del Citi, que propone una plataforma 100% digital y móvil. Obtuvo la licencia en septiembre de 2018 y debutó en enero.

En fintech, los modelos de negocio posibles son tan variados como la capacidad de innovación de los empresarios lo permita. Increase, de Sebastián Cadenas, es un buen ejemplo. Nació en 2014, emplea a 50 personas y opera en Ecuador y República Dominicana, después de tres rondas de capital. “Trabajaba en una empresa de turismo y mi socio en un restaurante, y veíamos de primera mano los problemas con las administradoras de tarjetas. A medida que entendíamos la problemática, vimos que involucraba desde el manejo de las finanzas hasta el stock y el conocimiento de los clientes”, precisa. Los comercios conectaban con los adquirentes (tarjetas) pero entre los adquirentes y el banco faltaba un eslabón.

Juan Pablo Bruzzo, además de liderar la Cámara Fintech, está al frente de Moni desde hace cuatro años, una billetera con crédito. Fue la primera en emitir un fideicomiso fintech, es decir que securitizaba activos puramente digitales como herramienta de fondeo. Al igual que otras de su categoría, Moni cuenta con clientes sin un historial crediticio, por lo que se ven obligados a analizarlos por otros mecanismos. Datos más soft, uso del dispositivo móvil, hasta la forma en que tipean. Y, como es lógico, son montos transaccionales menores de $ 5.000.

Arfintech no es una app pero sí una iniciativa novedosa ligada al mundo de los que creen en el potencial fintech. Es un fondo de inversión que reúne a ocho bancos que invierten en start-ups tecnológicas. Banco de Valores fue elegido como uno de los 25 bancos más innovadores de América Latina por esta iniciativa. “Hoy se trata de potenciar las capacidades digitales”, comenta Juan Nápoli, presidente del banco. En su propia entidad, “para comprometer al management, montamos lo que llamamos un digital bankinglab, lo que implica además la contratación de consultoría e involucra desde talleres hasta eventos y viajes”, comparte.

Como lo demuestran las declaraciones de Palazzo, MercadoPago, la pata fintech de MercadoLibre, es un jugador clave de este universo. “Ya procesamos más de 8 millones de pagos y tenemos 230.000 comercios únicos”, dice la VP de Producto de MP, Paula Arregui, sobre los resultados de su modalidad estrella, el pago con QR, que tiene solo un año de vida. Y anuncia que están lanzando “un QR que se va a poder utilizar hasta en comercios no adheridos”. La división de MeLi que nació con el propósito de resolver problemas de procesamiento puertas adentro ahora mira hacia nuevos negocios y su última novedad son los fondos de inversión para “poner a trabajar” los saldos de la billetera digital. “Nuestro acuerdo con el BIND les permite a los usuarios obtener rendimientos del 48% en saldos que no usás y a la vez tenerlos disponibles para un pago”, cuenta Arregui. la regulación, en debate

“La cancha tiene que estar nivelada tanto para los medios de pago como para el financiamiento. Misma actividad, mismo riesgo, misma regulación. Si no, desestimulás un negocio intensivo en inversión en tecnología, que es hoy la mayor fuente de erogación”, explican desde un banco extranjero de primera línea. Y añaden: “El regulador fue permisivo hasta ahora con el desarrollo de la industria. Pero lo que muestra la tendencia global es que si mantenés el sector desregulado estás creando incentivos para que los bancos ?saquen la patá fuera del negocio”.

Javier Bolzico, presidente de la Asociación de Bancos Argentinos (Adeba), argumenta en el mismo sentido: “Si una empresa ofrece la apertura de cuentas y en ellas permanece el dinero de los clientes, esa empresa está captando fondos del público. En actividades análogas similares, el tratamiento impositivo nunca puede ser diferente. Es un principio de buenas prácticas internacionales. Eso además de implicar pérdidas para el fisco, genera distorsiones en el funcionamiento del mercado y desigualdades entre competidores”.

“Entiendo que la actividad fintech no requiere una regulación especial por el hecho de que prestan dinero”, aclara Lucas Llach, hoy en el Banco Nación, pero quien jugó un rol fundamental en la vicepresidencia del BCRA para dar impulso a las soluciones digitales. “Pero hay casos no tan claros como el crowdfunding, donde es necesario discriminar qué es conceptualmente nuevo y qué cambió en la tecnología. También hay que establecer un criterio claro en intermediación financiera. Tomar un préstamo para después prestar se parece a un depósito. Hay que trazar una línea clara que estipule lo que queda afuera y lo que no”.

Digitalizar sin deshumanizar

“Hay cosas que no cambiaron. A mí me encanta mi plataforma mobile. Me muero si tengo que ir a una sucursal para hacer un movimiento de cuenta, pero si necesito una hipoteca no quiero hacerlo por Internet”, admite el responsable de Canales Digitales del HSBC. Así, en la industria tradicional entienden que hay mucha gente con vocación digital, pero no son todos. “Tenemos que ser un banco tecnológico pero humano”, dice Canova. En ICBC apuestan fuerte a la tecnología. “Fuimos el primer banco en introducir la biometría facial mobile”, grafican. Además, como servicio diferencial, ofrecen desde el año pasado transferencias rápidas con QR entre clientes del mismo banco. Pero, una vez más, la entidad busca preservar lo que las fintech no pueden. “Inauguramos la primera sucursal inteligente en Puerto Madero con espacios de confort. Los oficiales de negocios no están en boxes sino en lo que llamamos mesa de experiencia. Ahí se puede optar por la autogestión o bien la atención personalizada de alguien que lo vaya guiando paso a paso en su tablet. No creemos que haya antinomia”, dicen.

Lo cierto es que nadie sabe cuál será la fórmula del futuro: si una digitalización que ahorre tiempo y simplifique o una solución intermedia en la que todavía sea posible el contacto personal, la pregunta, la sonrisa. Las fintech (y los bancos) están en eso.

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