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No, la reacción de estrés es la misma, pero un CEO está cotidianamente exigido a realizar toma de decisiones asertivas para la cual su estado emocional y su vigilancia cerebral son muy importantes.

01 Febrero de 2018 09.28

Cuando el cerebro detecta una amenaza reacciona liberando dos hormonas que le permitirán sobrevivir o huir. Son las hormonas de estrés, el cortisol y la adrenalina.

Ellas aumentan la sudoración corporal, enfrían la piel, tensionan los músculos, aumentan a la frecuencia cardíaca y la respiración además de hacer que el cerebro esté hipervigilante y memorioso. Para poder dar la combustión necesaria, el azúcar aumenta en la sangre. Esto es el estrés agudo.

¿Pero porque estamos tan estrenados en la actualidad? ¡Ya no hay más mamuts ni dientes de sables, que amenacen nuestra existencia como en épocas primitivas!

Porque nuestro cerebro no mutó, sigue reaccionado de la misma manera que lo hacía durante la Prehistoria, aumentando las hormonas de cortisol y adrenalina cada vez que algo nos amenaza, real o imaginariamente.

Hoy en día, las situaciones de alarmas están por doquier, llamadas al celular, WhatsApp, discusiones familiares, las malas noticias, la inseguridad, la visita de alguien inesperado o no deseado, etc.

Y sin respiro, no tenemos ya un momento de relax, la activación de nuestras hormonas de estrés es permanente y el estrés se convierte en un estrés crónico o también llamado distress.

Las tensiones musculares, el insomnio, el dolor abdominal son los primeros síntomas del estrés crónico también pueden estar acompañados de dermatitis alérgica, urticaria, caída de cabello, por ejemplo, la presión arterial aumenta, así como el riesgo de obesidad y de diabetes.

Como última fase, ya la permanente acción de las hormonas de estrés a nivel cerebral no aumenta la vigilancia, sino todo lo contrario.

Por su impacto a nivel de la amígdala (control de las emociones) y del hipocampo (de la memoria) la persona se vuelve más irritable, los enojos son frecuentes (la mecha corta), la mala relación con empleados, familia, amigos deteriora los vínculos sociales, el cansancio, agotamiento acompañan esta situación, así como también, la pérdida de memoria.

El cortisol a nivel cerebral perturba la atención selectiva, es decir ya no podemos jerarquizar lo que es una amenaza real de lo que no lo es, dejando de lado información relevante que requieren atención.

Quien debe tomar decisiones importantes cotidianamente se ve perturbado en el análisis de las mismas justamente por perder la posibilidad de jerarquizar las relevantes de su entono.

¿Todos reaccionamos igual al estrés?

Mucho depende de nuestra personalidad, pero también de factores ambientales, situaciones de vida, genética y ¡hasta de la vida intrauterina!

¿Qué se puede hacer?

Estar atentos a las diferentes etapas del estrés crónico, intervenir lo antes posible, ¿cómó Generando oxitocina la hormona del placer y del apego. Buscando soporte social entre amigos, salir a caminar, abrazar, reírse, correr o la actividad física que guste, buscar momentos y actividades placenteras, y recordar que la ¡actividad sexual es una potente estimulo!

Si no podemos, si la situación nos supera en ese momento, estar alertos/as para buscar ayuda, la consulta está indicada con un equipo P.I.N.E (Psico Inmunoneuroendocrinología) equipo entrenado que estudia la relación entre las hormonas y la conducta.

Es importante evaluar la reactividad al estrés del organismo, mediante un estudio de biofeedback que permite conocer si la reacción de estrés es normal en su intensidad y tiempo de duración (estrés crónico), realizar ciertos test de personalidad y eventualmente poder medir el cortisol en el pelo.

Con estas herramientas podemos plantear la mejor conducta para un mejor control de la reactividad a la reacción del estrés que permita controlar las señales fisiológicas que permanentemente elevadas impactan tan negativamente en la salud.

Por Dra. Laura Maffei, Directora del Maffei Centro Medico.

Especialista en endocrinología clínica, docente, implementa un programa de biofeedback especialmente focalizado en el manejo del estrés y sus consecuencias. 

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