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En medio de una crisis de autoridad, renuncia la sucesora de Angela Merkel a la conducción del partido

Forbes Digital

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11 Febrero de 2020 11.42

La semana pasada, la Unión Demócrata Cristina (CDU) desoyó una orden explícita de  Annegret Kramp-Karrenbauer (AKK) de no aliarse con el partido de extrema derecha AfD en las elecciones locales de Türingen. Luego de ser desconocida, anunció su renuncia a la cabeza del partido y a su candidatura el año que viene en las elecciones para Canciller de Alemania. 

A poco más de un año de ser ungida por la canciller de Alemania, Angela Merkel, como su sucesora, Annegret Kramp-Karrenbauer anunció que no se presentará como candidata el año próximo y, además, renunciará a la presidencia del partido oficialista, la Unión Cristianodemócrata (CDU), luego de que sus correligionarios en un estado del centro del país desafiaran su liderazgo la semana pasada.  La decisión de Kramp-Karrenbauer deja al mayor partido alemán sin candidato claro para las elecciones generales del año próximo -las primeras en dos décadas en las que tendrá que competir sin Merkel como su máxima figura- y profundiza aun más las tensiones que empezaron a hacerse patente entre los conservadores desde que el gobierno de la canciller aceptó a alrededor de un millón de refugiados en 2015, durante la llamada crisis europea de refugiados.  "Pienso moderar el proceso para elegir candidato y mi renuncia a la candidatura me da más libertad; después creo que la jefatura y la candidatura deberán quedar en las mismas manos", explicó Kramp-Karrenbauer, más conocida como AKK, en su anuncio ante la prensa, citada por la agencia de noticias EFE.

 Poco después, Merkel lamentó el paso al costado de su delfín. "Asumo con el mayor respeto, pero también digo que lamento su decisión; imagino que no ha sido fácil", afirmó la canciller en una conferencia de prensa conjunta con su par húngaro, Viktor Orban, en la sede de gobierno en Berlín.  En Alemania, la candidatura a canciller y la cúpula del partido oficialista suelen quedar en manos de la misma persona. Es una forma de evitar un doble comando y de garantizar un liderazgo indiscutido.  La dirigente de 57 años y ex gobernadora de un pequeño estado asumió al frente de la CDU a fines de 2018, luego de que Merkel anunciara que el actual sería su último mandato, una decisión que buscó calmar las crecientes tensiones dentro de la coalición oficialista con el ala bávara conservadora, la Unión Socialcristiana (CSU), muy crítica a su política de inmigración.  Estas tensiones estuvieron acompañadas por el crecimiento del partido de extrema derecha Alternativa por Alemania (AfD), una fuerza fundada con un discurso xenófobo y antimigración que logró ingresar en la mayoría de los parlamentos del país, incluido el federal en Berlín, a partir de la pérdida de apoyo de los conservadores en las urnas.

La semana pasada, las tensiones dentro del campo conservadores volvieron a quedar al desnudo cuando el capítulo local de la CDU en el estado de Thuringia desoyó una orden directa y pública de Kramp-Karrenbauer y votó juntó a la AfD y otros partidos para garantizar la victoria electoral del liberal Thomas Kemmerich al frente del gobierno estadual.  AKK llegó a viajar al estado del centro del país y se reunió a puerta cerrada con los conservadores que habían votado junto a la AfD durante horas, incluso entrada la madrugada. Su fracaso, en persona, fue aún más contundente.

 Finalmente, Merkel tuvo que intervenir con un mensaje público desde un viaje oficial a Sudáfrica para recordarle a sus aliados en Thuringia que las coaliciones con la extrema derecha son "imperdonables".  "Haremos todo lo posible para que quede claro que esto no es lo que representa nuestro partido", prometió la canciller, quien no suele hablar de política nacional durante sus viajes al extranjero.  Tras su intervención y a solo tres días de asumir, Kemmerich renunció como jefe de gobierno de Thuringia.  Los dirigentes conservadores locales de esa región y de la parte oriental del país, en general, tienden a tener una mirada más benévola de la AfD o, al menos, a considerar que el empoderamiento de esta fuerza de extrema derecha es preferible al de La Izquierda, los herederos del partido socialista de la ex Alemania del Este (República Democrática de Alemania, RDA).  Por eso, uno de sus principales argumentos -que incluso llegó a tomar de manera ambigua AKK- es que los socialdemócratas y los verdes no les habían dejado opción porque se habían aliado con La Izquierda -la primera minoría en Thuringia- para intentar forma un gobierno de izquierda en minoría.  La CDU tiene ahora más de un año y medio para elegir a un líder que no solo pueda ganar las elecciones generales, sino que además logre controlar todas las fuerzas internas del partido para no seguir perdiendo votos a manos de la extrema derecha.

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