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Crece la preocupación por el impacto económico global del coronavirus

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27 Febrero de 2020 12.20

Según Gabriel Felbermayr, presidente del Instituto para la Economía Global, los efectos del coronavirus recuerdan a la crisis del 2008: “Algo similar podría ocurrir ahora”.

Muchos expertos realizan un parangón entre la actual epidemia mundial que atraviesa el mundo mediante la expansión del coronavirus con el colapso de Lehman Brothers, en el año 2008.

Gabriel Felbermayr, presidente del Instituto para la Economía Global, dialogó con DW y expresó que “las empresas están aprendiendo cuán frágil es realmente el sistema de producción global”. Según Felbermayr,  al igual que en el 2008, puede suceder que las empresas reorganicen sus estructuras financieras. "Algo similar podría ocurrir ahora", arrojó.

Los efectos económicos de la epidemia se perciben especialmente en las drásticas medidas que las autoridades y las empresas se ven obligadas a tomar para evitar una mayor expansión de la enfermedad, ya sea restringiendo viajes de negocios o cerrando plantas.

El ministro de Economía de Francia, Bruno Le Maire, ve en la epidemia una oportunidad para “cambiar las reglas del juego” en vista de la vulnerabilidad que ha mostrado el sistema. El brote habría revelado una dependencia de China “irresponsable e irracional”. Por ello, Le Maire señaló que habría que repensar las relaciones globales de suministro, especialmente en los sectores de salud y automotriz. “No podemos seguir dependiendo en un 80 u 85% de China en términos farmacéuticos”, explicó.

Miedo a las quiebras

El presidente de la Cámara de Comercio Europea en China, Jörg Wuttke, considera que las consecuencias económicas de la enfermedad son “mucho más extremas de lo que la mayoría sospecha”. Muchas medianas empresas con asiento en China ya están en bancarrota, porque no han tenido ingresos en semanas. “Esto puede no ser un problema para las grandes corporaciones, pero sí para las medianas”, sostuvo.

También se habrían subestimado las consecuencias para Alemania. Las grandes navieras Cosco y Maersk no han podido mover setenta barcos con contenedores en las últimas cuatro semanas. Como los navíos tardan seis semanas en realizar el trayecto, estos siguen llegando a Alemania desde China, pero “cada vez menos y podría ocurrir que algunos productos empiecen a escasear en Europa”, dijo Wuttke.

Planes de contingencia

“Algunas empresas nos informaron que, junto con sus proveedores chinos, están trabajando en identificar los problemas más acuciantes para desarrollar planes de emergencia adecuados”, dijo a DW el representante de China de la Asociación Federal de Gestión de Materiales, Compras y Logísticas (BME), Riccardo Kurto. Esto incluye un análisis preciso del alcance y posible duración de la epidemia, para lo cual “es crucial que las autoridades chinas proporcionen información transparente sobre la propagación del virus”.

BME aseguró que se están abriendo fuentes de suministro alternativas en otros lugares del mundo. Los miembros de la asociación “nos dijeron que sus inventarios ya están llegando a un punto crítico, por lo que están solicitando materiales de producción a proveedores alternativos en otras regiones, como Europa”, explicó Kurto.

Vuelos de carga adicionales

A partir del domingo 1 de marzo la oferta de vuelos de carga de Lufthansa se incrementará a ocho vuelos semanales, explicó la firma. Si bien el grupo había cancelado sus vuelos de pasajeros a China, su filial Lufthansa Cargo solo había disminuido sus operaciones a cinco semanales, las que recientemente fueron aumentadas a ocho. Esto, sin embargo, sigue estando lejos de los 15 vuelos semanales que realizaba normalmente, especialmente porque ahora las bodegas de los aviones de pasajeros no están disponibles.

Sin embargo, las áreas especialmente afectadas por el brote de coronavirus podrían ser las primeras beneficiadas si las cadenas de producción interrumpidas retomaran su operación normal. “En el pasado hemos visto que, tras largas pausas en la producción, la demanda se incrementa notoriamente cuando la pausa termina”, explicó un portavoz de Lufthansa.

Caída en la demanda de automóviles

La industria automotriz, enormemente importante para Alemania, ha sido duramente golpeada tanto por el Brexit como por la guerra comercial entre Estados Unidos y China. Ahora, con la dinámica expansión del coronavirus, suma un nuevo frente de conflicto, estima el experto Ferdinand Dudenhöffer. Ya no se trata de un asunto de cadena de suministro, sino de una “caída de la demanda cada vez más marcada”. Dudenhöffer espera que el mercado automotriz mundial se desmorone como resultado de esta crisis, y estima que en 2020 se venderán unos 7,5 millones de autos menos que en 2017, una caída de casi un 10%.

La epidemia también afectará con dureza a la economía alemana, según estimaciones del banco estatal de desarrollo KfW. “Debido al brote de esta enfermedad en China, el estancamiento de la economía germana debería continuar al menos hasta la primera mitad del año”, adelantó la institución. Recién para el verano se puede esperar que aumenten las tasas de crecimiento, agrega.

Para el año 2020, KfW estima un crecimiento del PIB alemán de solo un 0,8 por ciento en lugar del 0,9 previsto anteriormente. Sin embargo, este pronóstico se basaba en el supuesto de que la epidemia se limitaría a China y desaparecería en pocas semanas, algo que finalmente no ocurrió.

Alarmante expansión de la enfermedad

“Si la epidemia dura más y también otras regiones del mundo se ven afectadas de forma severa, los efectos para el comercio exterior y las cadenas de suministro serán importantes, lo que deja especialmente expuesta a la industria alemana”, advirtió el economista jefe de KfW, Fritzi Köhler-Geib.

Las perspectivas económicas se tornan más sombrías ahora que el virus se está propagando con rapidez fuera de China y la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido sobre una “posible pandemia”. Aunque el desarrollo de la enfermedad en China, su país de origen, ya había alcanzado su punto máximo, el repentino surgimiento de brotes secundarios en Irán, Italia y Corea del Sur es “profundamente preocupante”, estimó Fritzi Köhler-Geib.

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