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Aviación ejecutiva: incertidumbre frente al coronavirus

Forbes Digital

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25 Marzo de 2020 14.18

La aviación en general es una de las industrias más golpeadas por los efectos de la pandemia del COVID-19. La desarticulación de las redes de aviación comercial por las medidas tomadas por los gobiernos del mundo, hizo crecer la demanda en febrero y marzo. Pero nadie sabe cuánto durará.

Es muy particular lo que sucede en la la industria estos días. Por un lado, es partícipe necesaria para la propagación del virus, transportando poco más de 17 millones de pasajeros por día alrededor del mundo, fue el vehículo predilecto para la propagación. Pero a su vez es el medio de transporte vital, para la repatriación de ciudadanos de múltiples países a sus respectivos hogares.

Las líneas aéreas comerciales están reduciendo sus operaciones a niveles nunca vistos, en el orden del 70 y 80%, y los gobiernos siguen aumentando drásticamente las restricciones con el fin de aislar aún más los países afectados.

Si bien se observaron numerosas cancelaciones de vuelos charter con aviones ejecutivos, debido a la postergación de los turistas que tenían planificadas desde hace meses su visita a Sudamérica, se vivió en la última semana una explosión en reservas de jets con el propósito de repatriación de pasajeros varados. Claro está que estos índices no son sostenibles en el tiempo y corresponden a la coyuntura. 

Tendencia

 A nivel mundial, todavía se mantiene una fuerte demanda de reservas de jets, pero realmente es incierto si esa demanda se sostendrá ya que todos los días nuevas restricciones aparecen para las operaciones aéreas.

Si comparamos con marzo de 2019, podemos observar un incremento generalizado del orden del 37% comparado con el mismo periodo pasado, pero nada dura para siempre. De mantenerse las actuales medidas de las autoridades aeronáuticas de los más de 110 países consultados, podemos divisar una caída de por lo menos un 19% entrando en mayo, comparado mismo periodo 2019.

La incertidumbre por delante genera unos meses de junio y julio similares a sus pares pasados, pero solo especulando con una cuarentena que no se extienda más allá de mayo.

De continuar esta situación, la aviación ejecutiva no correrá mejor suerte que la aviación comercial.

Claramente, Europa por el momento es la región más afectada por las restricciones a los viajes. Promedia una caída interanual del 25% y a medida que pasan los días se incrementa la tendencia. Será probablemente el abril más duro en años.  

Estados Unidos es un mundo aparte, al no haber restricciones para vuelos internos la demanda se mantiene a los mismos niveles comparados al año pasado, claro está que estos índices de reservas y uso de jets solo se sostendrán si las autoridades no comienzan con las restricciones de viajes interestatales  

Por estas latitudes, se sumaron varios factores que tiraron la tendencia a la baja. Si bien la demanda de reservas creció producto de pasajeros europeos y americanos varados sobre el fin de la temporada alta de verano, esa demanda quedó lamentablemente insatisfecha en muchos casos.

Resulta que, en nuestro país, múltiples dueños de aviones privados que operan sus máquinas comercialmente prefirieron no disponer sus aeronaves para alquiler a terceros y mantenerlas alistadas junto a sus tripulaciones fuera de las cuarentenas, por si llegaran a necesitarlas en lo personal.

Sin lugar a dudas, el COVID-19 genera preocupación para todos los que participamos en esta industria.

Por Sebastian Chicou 

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