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La reactivación de sectores como construcción y obra pública, igual que el crecimiento en la venta de 0km, abren ventanas de oportunidad. Inflación y tarifas, los grandes desafíos de los seguros.

24 Enero de 2017 12.55

La reactivación de sectores como construcción y obra pública, igual que el crecimiento en la venta de 0km, abren ventanas de oportunidad. Inflación y tarifas, los grandes desafíos de los seguros.

La industria aseguradora se acomoda en la línea de largada de un 2017 que promete tener más de un desafío, pero también más oportunidades de crecimiento y negocios que las que tuvo en los últimos años.

Los cambios para el sector comenzaron a gestarse en 2016 tras la asunción del nuevo Gobierno que puso, como en otros ámbitos, más libertad de acción donde había un exceso de regulaciones. Dos datos para poner en contexto lo que puede venir: después de eliminado el famoso inciso “k” que obligaba a las aseguradoras a invertir en proyectos productivos y aumentados los requerimientos de capital mínimo para aseguradoras y reaseguradoras (septiembre de 2017 es el plazo máximo para terminar de adecuarse), la industria apuesta en 2017 a lograr incentivos fiscales para quienes contraten seguros de vida y retiro, y también a la modernización de la Ley que rige al sector que estaría entre los planes de la Superintendencia del sector, a cargo de Edgardo Podjarny.

“La perspectiva de crecimiento económico, aunque modesto, para el año entrante, debería contribuir a motorizar la industria aseguradora, en particular a los ramos de líneas comerciales e industriales y cauciones, que podrían beneficiarse de los ambiciosos proyectos de construcción en infraestructura pública”, postula en el arranque Diego Nemirovsky, vicepresidente y analista senior de Moody´s.

“Esperamos un año de crecimiento de negocios, ya que se resolvieron durante 2016 algunas inconsistencias de la economía del país que frenaban la perspectiva a futuro. Aún quedan temas importantes por atender, pero las condiciones pareciera que están dadas para tener un año de avance, lo que claramente genera un crecimiento en la industria de seguros”, dice optimista Carola Fratini, CEO de QBE Seguros La Buenos Aires.Fabio Rossi, CEO de Zurich Argentina, apuesta también en positivo: “Las perspectivas son favorables para el próximo año, tanto en el negocio de empresas, en riesgos medianos como Pymes y comercios. También en individuos y en ramos tan representativos como auto y combinado familiar”.

El volumen de negocios de la industria, medido en términos de primas emitidas netas de anulaciones totalizó $211.000 millones, con un crecimiento interanual de casi 38% (en términos nominales, es decir sin descontar el efecto inflacionario) de acuerdo a los datos oficiales de la Superintendencia de Seguros de la Nación (SSN). De ese total, más de 80% corresponde a seguros patrimoniales, y dentro de esa categoría el ramo automotor y Riesgo del Trabajo (ART) son los que mueven la aguja, con un peso de 44% y 35% respectivamente.“Si se produce una gradual mejora en indicadores como el empleo, el consumo masivo y la construcción, en sintonía con una baja de la inflación y una reforma tributaria, podemos esperar un buen año para la actividad. Lo que vendemos está directamente atado a riesgos potenciales que a su vez dependen del consumo y la construcción, en nuestro caso, más el empleo y la industria automotriz para otros actores del sector”, plantea Gastón Schisano, gerente general de BBVA Seguros. “En resumen, si bien lenta, se va a producir una mejora en la actividad, que se verá reflejada en mayores volúmenes de producción e innovación en materia de coberturas y servicios.

La rentabilidad del sector, rondó 12% (resultado sobre primas netas devengadas), y el balance final del ejercicio muestra un resultado final equilibrado y con ganancias, aunque desbalanceado en cuanto a la composición. Cómo ya es habitual en los últimos años, las aseguradoras en general cierran sus balances con perdidas técnicas que son compensadas por los buenos resultados financieros. Esa es sin duda, una de las grandes asignaturas pendientes que tiene la industria.Las inversiones de la industria, las que le permiten sacar del rojo el número final del balance, están centradas fundamentalmente en títulos públicos y fondos comunes de inversión en el país. Con el cambio regulatorio que entró en vigencia en 2016, las compañías tienen ahora más flexibilidad para gestionar sus carteras de inversión, ya que pueden volver a invertir en activos extranjeros (que se les había vedado desde 2015), y ya no están obligadas a apostar en proyectos de infraestructura y financiación de Pymes (Inciso K) que tenían un costo de oportunidad importante (por dejar de canalizar esos fondos a otro tipo de inversiones) y muchas veces tenían implícito un riesgo mayor al deseable.

“Al eliminarse el porcentaje mínimo que las compañías debían colocar en instrumentos que financiaran proyectos productivos o de infraestructura, mejoraron los resultados financieros de las compañías de seguros y reaseguros”, detalla María Fernanda López, Senior Director de Entidades Financieras de FIX SCR “A partir de 2017 comenzarán a registrarse indicadores de expansión del sector asegurador sustentado en una menor intervención del regulador en el mercado y un mayor crecimiento de la economía”, evalúa López.

Multiplicar el negocio de los seguros

Acordado que el que inicia será un año de mejores oportunidades, identificar por dónde pasarán los drivers de la industria es el eje en el que están centrados los ejecutivos. EL GPS de las principales compañías ya está reprogramado para poner primera hacia donde se vislumbra que aparecerán los negocios.

Los ejecutivos y analistas consultados coinciden que autos será un ramo en expansión de la mano de la recuperación en la venta de unidades cero kilómetro, pero también hay nichos para explorar en seguros para el agro, y en los distintos subrubros del segmento corporativo.

El mayor desafío: los seguros de personas, tanto vida como retiro, que por el momento tienen poco peso dentro de la industria y de la economía en general, pero pueden resultar una gran revelación a mediano plazo.

Carola Fratini, al mando de QBE, con el plan de negocios sobre la mesa hace zoom sobre algunos segmentos en particular: “Probablemente las ramas de incendio, ingeniería y transporte sean las que tengan crecimientos importantes si se realizan las inversiones en infraestructura que el gobierno nacional viene anunciando lo que conlleva a crecimiento de las economías regionales y la actividad en general.

“Para acompañar estas inversiones en infraestructura ?tanto el crecimiento de la obra pública como la ampliación de la matriz energética- estamos desarrollando coberturas específicamente diseñadas para amparar tanto la etapa de construcción como de operación de las plantas de energía tanto tradicional como renovable”, detalla Fratini.

Rossi, de Zurich, apunta que los objetivos 2017 están centrados en “seguir creciendo en autos a partir del desarrollo de soluciones diferenciadoras en el mercado” y subraya el negocio del agro. “Es estratégico para nosotros y por eso trabajamos de manera constante para brindar una propuesta de valor que promueva el desarrollo del sector agropecuario. El objetivo es proteger de manera integral a los productores, estando presentes en todas las etapas de la cadena de valor de su negocio”, puntualiza el CEO.

Las oportunidades, bajo el análisis de Schisano, de BBVA Seguros estarán en los sectores ligados a la actividad de la construcción y al consumo masivo. “Traducidos en productos, hablamos de Combinado Familiar, Integral de Comercio, Robo en Cajeros y la amplia gama de productos de riesgos varios, como Bolso Protegido, Celular Protegido o Notebook Protegida”, detalla. “A un bajo costo, se empieza a tomar conciencia de la conveniencia asegurar bienes que resultan imprescindibles en el día a día”.

Parado del lado de los clientes, Cristopher Rosenthal, Compliance Officer de Makler Group, uno de los brokers con más peso dentro del sector, hace foco en transportes y cauciones , “dos riesgos que dentro del segmento corporativos, definitivamente requerirán de nuestra parte agregar valor”. Para el ejecutivo, son riesgos de gran complejidad donde es importante el conocimiento técnico y “buen poder de negociación con las aseguradoras para conseguir óptimas condiciones”.

Con la mirada plantada en un horizonte un poco más lejano, apostar al crecimiento de los seguros de personas será un negocio que las compañías que ya operan en el ramo no querrán dejar pasar. Incluso, podrían instalarse algunas nuevas empresas motivadas por un campo casi virgen. Entre seguros de vida y retiro, (individual) la producción representa menos del 6% del volumen de negocios de la industria. Medido sobre el PBI, el peso del segmento es de 0,6%, muy lejos del promedio de los países vecinos como Chile (2,9%) y Brasil (2,1%), de acuerdo a datos suministrados por Moody´s.

Las claves

La clave para que este nicho despegue está en la estabilidad de la economía, para que ahorrar a largo plazo sea una opción atractiva para los individuos, y en los incentivos fiscales. Justamente en este punto están depositadas las esperanzas. Si se aprueba el proyecto de Ley que está en estudio, que promueve llevar las deducciones por vida y retiro individual a $19.500 anuales, frente a los $996 actuales, y a $ 12.000 para las pólizas de retiro colectivo que actualmente roza los $600, el escenario de negocios claramente será más favorable. Esos montos no se modifican desde 1992.

“A partir de 2018, vemos una muy interesante oportunidad para el desarrollo de seguros de vida con componente de ahorro porque con la reactivación de la economía, el empleo y el poder adquisitivo, buena parte de la población, aunque de manera lenta, empezará a pensar en la conveniencia de disponer de recursos económicos adicionales a la jubilación, para cuando llegue el momento de retirarse”, confía Schisano de BBVA.

“En lo que respecta a seguros de personas de largo plazo, la decisión del gobierno de establecer metas inflacionarias decrecientes, junto con la posibilidad de incrementar los incentivos fiscales, deberían constituir un motor para el desarrollo de este tipo de productos”, confía por su parte Nemirovsky, de Moody´s.

Alertas encendidas

Así planteado el año próximo, las oportunidades de negocios van a ir apareciendo lentamente para quien tenga el ojo entrenado y el equipo listo para aprovecharlas. Sin embargo, los desafíos que complican a la industria desde hace varios años no desaparecerán de la noche a la mañana. Convivir con ellos y tratar de palearlos es una estrategia aparte.

La inflación, que aunque más controlada que en 2016 seguirá siendo elevada en 2017, es una de las preocupaciones mayores para los empresarios del sector. Es un tema que impacta de lleno en la actividad y en sus distintos segmentos. Afecta tanto en el tipo de coberturas que deben enfrentar la suba de precios a la hora de liquidar un siniestro, como es el automotor (el ramo con mayor peso dentro de la industria) como a la comercialización de coberturas de ahorro y protección de largo plazo, como vida y retiro.

En ese sentido, “una baja en el nivel de inflación también debería ayudar a mejorar la performance técnica de las compañías de seguros generales, particularmente aquellas con foco en el ramo automóviles, las cuales históricamente han dependido de la obtención de resultados financieros”, advierte Nemirovsky.

El ramo automotor, es en ese sentido, uno de los que más siente el impacto. “La competencia en el sector automotor es extremadamente dinámica, es el ramo donde más presencia de marca logran las aseguradoras. Pero el contexto del mercado y el país generan que sea complejo establecer tarifas competitivas pero sustentables en el tiempo. Como resultado las estrategias de las compañías varían constantemente en este ramo”, evalúa desde su lugar de bróker, Cristopher Rosenthal, de Makler.

La competencia por precio, por ganar market share, aún a costa de perdidas técnicas es una carrera que la mayoría de las compañías de primera línea decidieron abandonar. Eso sí, el equilibrio se busca ajustado, para no perder frente a la comparación de los consumidores y ahí es donde la inflación complica los márgenes.

“Actualmente las compañías enfrentan el desafío de lograr un equilibrio en sus resultados técnicos, con el foco puesto en el control de gastos y el adecuado ajuste de tarifas en un marco de altas tasas inflacionarias”, resume María Fernanda López, de FIX SCR.

Por Constanza Agri

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