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Negocios
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11 Febrero de 2019 11.45

La última esposa de Mario Hirsch (de los otrora popes de la extinta Bunge&Born), logró multiplicar con creces los bienes obtenidos hace más de 30 años. Es la segunda criadora de toros registrados de la Argentina, a través de Bellamar Estancias, una compañía agropecuaria con más de 70.000 hectáreas y un stock de 40.000 vacunos bajo su órbita. Con una fortuna estimada en unos US$ 250 millones, es una de las diez mujeres más ricas de la Argentina.

La génesisComega, la primera torre de hormigón armado erigida en Buenos Aires, fue un emprendimiento familiar liderado por el magnate Alfredo Hirsch, accionista de Bunge&Born, que luego continuaron sus hijos. Uno de ellos, Mario Hirsch, desarrolló el negocio de las cabañas (Las Lilas, Corral de Guardia, Bellamar, El Bonete). Desde 1992, tras su fallecimiento, el negocio agropecuario se dividió en cuatro nuevas unidades, entre ellas Bellamar Estancias.

Hoy, la viuda del empresario es la propietaria de este gigante con siete establecimientos repartidos entre Buenos Aires (3), Córdoba (2), Formosa (1) y Salta (1), con los cuales talla fuerte en el negocio de la reproducción bovina, aportando su avanzada genética en cuatro razas: Brangus, Braford, Polled Hereford y Aberdeen Angus. En un raid de premios, en 2018 se consagró Campeón del Mundo Brangus, en Houston, Texas. Lo hizo con Payanquén, un toro de tres años.

Una mujer con clase (empresarial)Una de sus jugadas más audaces fue el aporte de capital que hizo en Pilagá, cuando la también empresa agropecuaria buscaba debutar en la Bolsa de Comercio. A cambio, cobraba los intereses correspondientes, hasta que Pilagá desistió con su intención de realizar un IPO y terminó cambiando de manos. Como parte de pago, ella recibió una nueva fracción de tierra firme en Formosa: las 24.800 hectáreas de Guaycolec. Cuando inició su recorrido como flamante cabañera, por ejemplo, Corral de Guardia era una firma solo de Brangus negro; fue ella quien sumó el Brangus colorado y la raza Braford. Y no solo retuvo tres de las cuatro cabañas que administró su marido: también incrementó los rodeos y creó una “sucursal” de Corral de Guardia en Salta. No tuvo hijos con Hirsch, pero sí tres con su primer marido, Marcelo Saint: Elena (h), Marcelo (h) y Marina. La primera fue la más prolífica en engendrar la siguiente generación: Elena (h) tuvo cinco hijos, hoy vinculados a diversos negocios que van desde la hotelería y el real estate hasta el agro, las finanzas y el software.

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