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Montaña, bosque, mar. Una combinación imbatible es la propuesta de World?s End Lodge, en Tierra del Fuego, para disfrutar de la pesca con mosca en ambientes únicos y casi vírgenes en el río Irigoyen.

10 Diciembre de 2017 15.57

Montaña, bosque, mar. Una combinación imbatible es la propuesta de World?s End Lodge, en Tierra del Fuego, para disfrutar de la pesca con mosca en ambientes únicos y casi vírgenes en el río Irigoyen.

Este exclusivo lodge de pesca se encuentra en la costa este de la isla, a 180 kilómetros de la ciudad de Río Grande y a 200 km de la capital, Ushuaia, justo donde la cordillera se mete en el Atlántico y desaparece.

“World?s End Lodge ofrece la posibilidad de pescar truchas de mar y residentes en ambientes únicos y casi vírgenes, rodeados de vida salvaje y resguardo del rey viento”, dice Karina Vargas, gerente del Grupo Apex, propietaria del emprendimiento que cumple tres años.

El lodge cuenta con cómodas cabañas , con capacidad para recibir ocho huéspedes por semana y la opción especial de habitaciones simples con baño privado. La calefacción ?fundamental para esta zona del mundo- es a radiadores y también a leña. Hay conexión permanente vía teléfono satelital e internet.

En el amplio y cómodo comedor común, se puede disfrutar de charlas y aperitivos antes de cada cena o almuerzo. El menú consiste en un mix entre comida gourmet y clásica argentina donde se destaca el buen vino y los mejores cortes de carne, además del mejor cordero del mundo, especialidad que el chef prepara cada semana.

Cada día, desde el World?s End Lodge salen dos pescadores con cada guía. La jornada de pesca comienza temprano después del desayuno.

“Salimos en vehículos 4x4 o anfibios dependiendo de la zona a pescar. Al mediodía regresamos al lodge para disfrutar de un buen almuerzo y prepararnos para la sesión hasta últimas horas de la tarde, que suele ser uno de los mejores momentos del día para pescar Sea Trouts”, señala la gerenta. La pesca se realiza vadeando el río, entre el colorido paisaje fueguino.

El área de pesca comienza desde la desembocadura del río Irigoyen con el Océano Atlántico, y el lodge cuenta con 25 km de río aptos para la pesca en exclusividad de la operación dentro de la Estancia María Luisa. Su cauce mediano a chico es ideal para pescar con cañas de una mano o switch.

“Líderes de al menos 20 libras de resistencia y moscas clasicas para Sea Trout completan el equipo ideal. Contamos con alrededor de 40 pozos, más los pequeños pockets que se encuentran entre los pozos y generalmente están formados por estructuras como palos, árboles caídos, raíces que brindan de protección y cobijo a las sólidas Sea Trouts”, explica Karina.

Además de las Sea Trouts o marrones migratorias de mar, se pescan muy buenas truchas residentes en el aún más remoto río Malengüena, ideal para caña 5-6 y línea de flote. También se encuentra el Robalo, especie marina muy combativa y de excelente calidad para su consumo, que ingresa en los primeros pools del río.

“Buscamos los robalos en el mar justo cuando la pleamar llega a su punto máximo y es cuando encontramos los ejemplares de mayor tamaño que llegan a los seis o siete kilos”, concluye Karina.

Por Franco Spinetta

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