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Miguel Acevedo: "Necesitamos a alguien como Caputo"

Ana Vainman

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17 Julio de 2018 11.57

El presidente de la Unión Industrial Argentina estima que los cambios en el equipo económico "son buenos", pero es prudente cuando se le pregunta por el futuro del país. Y admite: "No veo que este gobierno se preocupe mucho por la industria".

Miguel Acevedo no quiere confusiones. Hasta abril de 2017, estuvo al frente de Aceitera General Deheza, una de las empresas agroexportadoras más importantes de Argentina, con cerca del 40% del total de aceite envasado. Pero, desde que asumió como presidente de la Unión Industrial Argentina (UIA), se dedica de lleno a mejorar la producción industrial del país y quiere dejar en claro que dejó de lado los intereses particulares del sector aceitero. Por eso, se propuso un plan federal que lo tiene prácticamente todo el tiempo viajando por el interior, para visitar el entramado industrial, y busca hacer hincapié en las necesidades de las pymes y en aquellos sectores que están atravesando dificultades. Así y todo, a pesar de esta cargada agenda (y de confesar poco afecto a los flashes de las cámaras), Acevedo se hace un hueco para conversar sobre la actualidad política y económica de Argentina.

Es prudente cuando se lo consulta sobre el futuro del país, y más prudente aún cuando se le pide su opinión sobre la política industrialista del Gobierno. Si bien se muestra conforme con la designación de Dante Sica en el Ministerio de Producción (“por su conocimiento y mirada realista”), duda de su influencia real dentro del Gabinete. Admite también que el ajuste va a achicar aún más el mercado interno y que la crisis cambiaria traerá consecuencias negativas, al punto de que su deseo para fin de año es tan solo llegar a diciembre “con un crecimiento cero”.

¿Son positivos los cambios realizados en el Gabinete Nacional y en el Banco Central?

A quien más conozco es a Dante Sica. Es una persona que conoce muy bien el sector de la producción, no solamente la industria, y toda la cadena de valor. A él no hay que explicarle nada: sabe lo que está ocurriendo. Al ministro de Energía, Javier Iguacel, no lo conozco, así que no puedo opinar. Al presidente del Banco Central, Luis Caputo, lo veo con un gran conocimiento del sistema financiero, aunque no sé si tanto del Banco Central: lo veo muy bien con el manejo de préstamos y finanzas. Al anterior presidente, Federico Sturzenegger, lo veo más economista que en la realidad de las finanzas. Y en este momento, por todo lo que está pasando en el mundo, necesitamos a alguien como Caputo.

O sea que, en términos generales...

Sí, estoy conforme. Son positivos. Lo que yo no sé es qué influencia van a tener en el Gabinete. Me pregunto si esta gente, que tiene un mayor conocimiento de lo que está pasando en la realidad, podrá influir en el Gabinete y en las decisiones del presidente.

¿Cómo ve la situación económica actual?

La situación específica de la producción está bien. Con su heterogeneidad, estaba creciendo respecto de años anteriores. Tenemos esta debilidad de ser emergentes pero con un gran nivel de endeudamiento, y esta crisis cambiaria es preocupante y va a impactar muy fuerte en el crecimiento de la producción. Hasta abril, tuvimos un 3% de crecimiento, aunque con tres velocidades: más de dos dígitos en sectores como construcción y acero, otros sectores más chatos como alimentos, y sectores como calzado e indumentaria que todavía no habían tenido crecimiento. A partir de ahora, la situación cambia y ojalá que lleguemos a fin de año con un crecimiento cero. Le va a costar mucho a la Argentina recuperarse de este cimbronazo.

¿Y a qué obedece este cimbronazó

No es el sistema productivo el que tiene el problema, sino el sistema financiero. Pero no es por una sola cosa, siempre hay distintos factores: la suba de tasas en Estados Unidos, y su pelea con China y también con Europa. Esto ha impactado fuerte en Argentina y en los emergentes. Argentina lo sufrió más que otros países por el nivel de endeudamiento. Cuando hay un “fly to quality”, impacta más. Hoy el sistema productivo no ha sido impactado, todavía es bueno. Pero vamos a sufrir por altas tasas, y las cadenas de pagos van a tener muchos problemas. Es lógico que eso pase. Esta tasa del 40% es buena para frenar la cuestión cambiaria, pero no es una tasa que pueda soportar la producción mucho tiempo, la vemos como algo temporal.

¿Cuáles son las consecuencias de tener las tasas en este nivel?

Nos afecta en todo. En las pymes hoy no vemos inversiones. No hay inversión que pueda soportar una tasa del 40%. Pero sí en el capital de trabajo. En la cadena de valor, hay alguien que está produciendo para otro y, si necesita 30 o 60 días para cobrar, todo eso se empieza a demorar. Mantener sueldos y pagar a tasas del 40% los hace inviables, y nos preocupa que esto no pueda continuar mucho tiempo más.

¿Hay una política industrialistá

El Gobierno ha tenido políticas puntuales para las pymes, pero no lo veo como un gobierno que se preocupe mucho por el tema industrial. No hay una política general que tienda a lo productivo, ya no digo a lo industrial. El Gobierno ha tenido buenas políticas, ha sabido financiarse, pero el problema que tiene Argentina hoy es que gasta más de lo que recauda y de lo que se produce. Eso quiere decir que estamos constantemente buscando financiamiento. Estamos pensando cómo producir mejor. Este nuevo ministro está viendo si podemos hacer una mesa de exportaciones. Tenemos que tener un nivel del dólar razonable que creo que hoy está, pero se tienen que mantener las variables equilibrio. Si no, terminamos en una devaluación del 50%. Hay que tener una política productivista.

¿Qué sectores tienen buena performancé

El sector energético, con Vaca Muerta, está creciendo; la matriz energética va a cambiar y va a estar basada en el gas en poco tiempo. Eso es bueno. En los próximos años, vamos a poder exportar. Se puede pensar en una Argentina que crezca exportando gas.

¿Tiene que haber un cambio en el sistema fiscal argentinó

El año pasado, el Congreso aprobó una ley que promueve que se bajen impuestos regresivos como el del cheque y los ingresos brutos, y eso va a ayudar mucho a que las empresas puedan bajar la carga impositiva que, junto con la inflación y las tasas de interés altas, hace que la economía no crezca más y no se invierta más.

¿Hay preocupación por el mercado internó

Suceden dos cosas: mucho del consumo es atendido por la importación y eso te hace bajar la demanda de las empresas que están produciendo en Argentina. Con el tipo de cambio como está hoy, esa importación oportunista no va a estar. Pero, por otro lado, toda esta crisis cambiaria, con la suba de las tasas, va a hacer que hasta fin de año tengamos un mercado mucho más recesivo. Es inevitable que vayamos a eso por la política de ajuste que tenemos que realizar en Argentina.

¿Cree que, en este contexto, es necesaria una reforma laboral?

La reforma del sistema de ART fue una muy buena medida. Una ley laboral sería excelente, si se pudiera discutir con los sindicatos. Pero no sé si hoy es viable. No veo que estén las condiciones, pero es algo que vamos a tener que hacer sí o sí porque tenemos una ley del siglo pasado y hemos entrado en un mundo digital y mucho más integrado, con muchísimas más interconexiones. Esta modernidad significa que tenemos que ver cómo incluir a los trabajadores que en este momento están en la informalidad. La informalidad significa descompetencia con las empresas que están en la formalidad y, además, que mucha gente no tenga un salario digno. Lograr que esa informalidad baje se hace con una ley laboral más moderna y más abierta que la que tenemos ahora.

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