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La familia Navilli busca su debut bursátil antes de fin de año, a cambio de ceder un tercio del paquete accionario de la mayor compañía de harina de trigo de la Argentina.

10 Noviembre de 2017 10.01

La familia Navilli busca su debut bursátil antes de fin de año, a cambio de ceder un tercio del paquete accionario de la mayor compañía de harina de trigo de la Argentina.

Navilli puede resultar un apellido inusual entre los popes argentinos de la industria. Sin embargo, la familia cordobesa, con base en Laboulaye, pisa fuerte entre las alimenticias, como propietaria de Molino Cañuelas.

Un holding agroindustrial con ventas anuales superiores a los US$ 1800 millones, que tiene entre sus características más destacadas, ser la mayor procesadora de harina de trigo del país, con más del 40% de participación de mercado.

Esta semana, sus dueños presentaron tanto ante la SEC, autoridad bursátil de los Estados Unidos, como a la CNV, un prospecto sobre la compañía que vuelve inminente su debut bursátil.

Asesorados por los bancos JP Morgan, HSBC, UBS e Itaú, los hermanos Navilli harán su IPO y esperan reunir al menos US$ 141 millones de fondos frescos a cambio de ceder un tercio del paquete accionario.

El principal objetivo de la operación es revertir el patrimonio negativo de la sociedad. Hasta el momento, la firma se divide en cuatro partes iguales, entre Aldo Adriano, Ricardo Alberto, Carlos Adriano y Adriana Elba Navilli, junto a su hijo, Marcos Aníbal Villemur.

Un gigante silencioso

Molino Cañuelas es una empresa líder de alimentos con marcas reconocidas, como 9 de Oro, Cañuelas, Pureza, San Agustín, Mamá Cocina, Paseo y Florencia, en las categorías de aceite vegetal, harina, galletas, galletitas saladas, mezcla preparada y migas de pan.

Para los ejercicios finalizados el 30 de noviembre de 2014, 2015 y 2016, Molino Cañuelas generó $ 19.821 millones, $ 22.134 millones y $ 32.318 millones (US$ 1867 millones) en ventas netas totales, respectivamente.

En los primeros nueve meses del presente ejercicio, la firma acumuló ingresos por $ 20.453 millones (US$ 1182 millones), posicionándola entre las 50 que más venden en la Argentina.

El año pasado, fue noticia, cuando desembolsó $ 736 millones para hacerse con los activos locales de la estadounidense Cargill, en el rubro donde mejor se mueve, la molienda de trigo.

De acuerdo con los informes de Nielsen y CCR, para 2016, la empresa cordobesa tenía una participación de mercado de 41,7% en el negocio de las harinas de trigo, su Core Business; 26% (aceite vegetal); 34,1% (subcategoría de galletas); 27% (productos listos para mezclar); y 25,5%, en migas de pan.

“Operamos con el objetivo de agregar valor a los productos agrícolas en los que Argentina, nuestro mercado principal y ubicación de nuestras principales actividades de abastecimiento, tiene ventajas competitivas naturales”, grafica su relevancia en los papeles presentados ante la SEC, y detalla:

“Logramos esto a través de una historia de expansión continua siguiendo una estrategia de integración vertical. Nos beneficia tener la mayor capacidad de molienda en Argentina, según datos del Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca de Argentina, Ministerio de Agricultura, Ganadería y Pesca, al que nos referimos como MAGyP, con una capacidad instalada de molienda de 3,12 millones de toneladas por año y, de acuerdo con la Federación Argentina de la Industria Molinera (FAIM) somos el mayor productor de harina de trigo en Argentina, procesando más del 28.5% del trigo en 2016. A su vez, según Euromonitor, somos el mayor exportador de harina en Argentina, con un 44,2% del total de harina de trigo exportada desde Argentina en 2016”.

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